Jane fonda
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En una sociedad marcada por el edadismo y la eterna juventud, el miedo a envejecer es la principal preocupación que, en mayor o menor medida, a todas nos aterra. La obsesión por lucir siempre un rostro y un cabello joven, la extrema precaución a la hora de elegir los componentes más avanzados en nuestras formulaciones, la  aparición de las primeras canas y líneas de expresión... son el signo de que el tiempo no pasa en vano para nadie, menos aún con el estrés constante en el que vivimos sumergidas en esta sociedad. Sin embargo, el envejecimiento es una parte más de la vida, un símbolo de nuestra experiencia, y tenemos que aprender a convivir con él. Aunque, obviamente, llevando una vida saludable y cuidándonos, conseguiremos entendernos mucho mejor con el paso de la edad.

Jane Fonda tiene claro que tener una actitud positiva y eliminar la mentalidad de rechazo hacia cumplir años, es vital para vivir mucho más y también para hacerlo más felices. La actriz y activista es todo un ejemplo de esta mentalidad positiva y un referente para todas las mujeres. En un programa de CBS News Sunday Morning, en el que participó junto a la defensora del antienvejecimiento Ashton Applewhite, la artista contó cuáles son sus claves para vivir de forma plena y feliz a sus 87 años.

Las claves de Jane Fonda para vivir feliz sin temer al envejecimiento

"Nos están robando siete años y medio de nuestra vida", contaba la actriz en el show estadounidense. Y es que, según un estudio de la Universidad de Yale, las personas que tienen creencias y actitudes positivas frente al envejecimiento, viven una media de 7,5 años más que las personas que afrontan con negatividad el paso de los años. Y es que, conocida en todo el mundo por practicar aerobic a sus 80 años, Jane Fonda tiene claro que tener una actitud positiva es vital para vivir de forma plena el envejecimiento.

Jane Fonda
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Jane Fonda desfilando para L'Óreal con 86 años, el pasado mes de septiembre.

"La gente asume que acabará en las residencias de ancianos, cuando en realidad menos del 3% de nosotros lo hacemos [...] Creer que envejecer es terrible, no solo es un poco insultante, es un error", explicó Jane Fonda, contundente, en la entrevista. Y es que, las personas con actitudes negativas, así como las que equiparan el envejecimiento con las enfermedades y el declive vital, por lo general, tienden a vivir mucho menos y, por supuesto, con una peor calidad de vida, embarcadas en pensamientos negativos constantemente.

Las expertas también hablaron sobre la "curva U de la felicidad", esa que aprueba, científicamente, que las personas son mucho más felices al inicio y al final de sus vidas. Una felicidad que comienza, por lo general, a partir de los 20 años, durante los últimos de adolescencia y los primeros de la edad adulta y que, con la temida "crisis de los 40" se va resintiendo y toca fondo. No obstante, a partir de los 50, los expertos revelan que esa curva de la felicidad vuelve a ascender poco a poco.

¿Cómo solucionarlo? Jane Fonda tiene claro que "tener una comunidad sólida es el componente más importante de una buena vejez" y que la mejor forma de poder construir esa comunidad en la tan temida etapa "senior" de la vida es apuntarse a clases de arte, ya que el National Endowment for the Arts descubrió que esta disciplina no solo aumenta el compromiso mental, sino que, además, favorece a la actividad física y fortalece las relaciones.

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Un alegato que Jane Fonda concluyó reflexionando sobre todas esas cosas de nuestra vida que, a pesar de que las pasamos por alto, son vitales para mejorar la actitud con la que vamos cumpliendo años. "Nos estresamos menos, nos volvemos más amables con nosotros mismos y más valientes, somos menos críticos y, lo mejor de todo, dejamos de preocuparnos tanto por lo que los demás piensan de nosotros", explica la actriz sobre este concepto de envejecer con actitud, dejando claro que, para lograrlo, lo fundamental es querernos a nosotras mismas y ahorrar todo el tiempo y todas las preocupaciones que nos llevan a pensar que la vida se acaba a partir de los 65 años. Porque, es a partir de ese momento, cuando realmente empezamos a querernos y, por tanto, a disfrutar de nuestra propia vida, sin dejar que las opiniones ajenas influyan en ella y la condicionen.