Una bruma, también conocida como "mist" es un producto cosmético en forma de aerosol o pulverizador que se utiliza para rociar sobre el cuerpo o el rostro, con el fin de refrescar, hidratar o perfumar la piel.
En los últimos tiempos se ha convertido en un imprescindible para llevar en el bolso y rociarte de arriba abajo en determinados momentos. La principal diferencia con un perfume tradicional, es que la bruma la puedes pulverizar sobre el rostro y el cabello, porque además contiene propiedades de tratamiento para la piel e incide directamente sobre tus emociones.
La bruma suele contener una combinación de agua, fragancia y otros ingredientes como humectantes, emolientes, antiedad y acondicionadores de la piel. Se presentan en gran variedad de aromas, para todos los gustos y momentos, cuya misión es intervenir en las emociones, a través de la aromaterapia y así, proporcionar un chute de energía, de calma o de frescor inmediatos.
¿Para cuándo se recomienda la bruma corporal?
En realidad, no hay un momento perfecto porque cualquiera es bueno. Generalmente se usa después de la ducha o en cualquier situación en la que necesites refrescarte, ya que ayuda a combatir la sensación de calor y humedad. Además, de refrescar e hidratar, estos sprays están diseñados para perfumar la piel y el pelo, dejando un aroma muy agradable y duradero.
A lo largo del día, es probable que la piel pierda los niveles recomendables de hidratación. Esto debe a numerosos factores, como la calefacción o el aire acondicionado en las oficinas, el estrés o la propia contaminación de la ciudad.
Para asegurarte de que la piel mantiene su equilibrio óptimo de humedad y evitar irritaciones, e incluso envejecimiento prematuro, “lo mejor es llevar una bruma que la repulpe, la equilibre y le devuelva toda la jugosidad”, comenta Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza. Es decir, un agua perfumada que además solucione problemas de piel.
¿Por qué usar una bruma hidratante?
Estas brumas cumplen con más funciones cuando contienen ingredientes adicionales con propiedades beneficiosas para la piel. Veamos algunas bondades:
Hidratación. Algunas de estas brumas de tratamiento contienen ingredientes hidratantes como ácido hialurónico o aceites naturales, que ayudan a mantener la piel hidratada, suave y flexible.
Nutrición. También te puedes encontrar ingredientes nutritivos como vitaminas, antioxidantes o extractos botánicos. Estos elementos proporcionan nutrientes esenciales a la piel y ayudan a mejorar su salud y aspecto.
Calmante y refrescante. Ingredientes como aloe vera o extracto de manzanilla son buenos para calmar la piel irritada o sensible, aliviar la inflamación y proporcionar una sensación refrescante inmediata. Si tienes problemas de piel atópica o rosácea, son una buena opción para reducir el picor.
Revitalización. Contienen ingredientes que estimulan la circulación sanguínea y proporcionan una sensación revitalizante en la piel. Esto mejora la apariencia de la piel cansada, opaca o con falta de brillo.
Aromaterapia. Este tipo de brumas pueden incluir aceites esenciales con propiedades aromáticas y beneficios para el bienestar. Sus aromas están enfocados a relajar, energizar o mejorar el estado de ánimo, aportando una experiencia sensorial muy agradable.
Antiage. No podían faltar las brumas diseñadas para tratar signos de la edad al tiempo que refrescan y perfuman. Suelen estar indicadas para el rostro y contienen antioxidantes, vitaminas y otros ingredientes antienvejecimiento.
Cuida tu cabello con un "flus"
También existen brumas específicas, que no solo ofrecen beneficios específicos para el cabello, sino que también dejan una fragancia agradable. Pueden contener aceites esenciales o aromas diseñados durar todo el día y refrescar el cabello.
Brumas hidratantes. Proporcionan hidratación adicional al cabello, especialmente a aquellos cabellos que están secos, dañados o deshidratados. Contienen ingredientes humectantes como glicerina o ácido hialurónico, que ayudan a retener la humedad en el cabello, y lo mantienen suave y menos propenso a la sequedad y la rotura.
Acondicionadoras. Contienen ingredientes acondicionadores que ayudan a desenredar el cabello, suavizarlo y mejorar su manejabilidad. Por ejemplo: siliconas, proteínas o agentes desenredantes que facilitan el peinado y reducen la rotura al deshacer los nudos.
Protectoras del calor. Están formuladas para proteger el cabello del daño causado por el calor de herramientas como secadores, planchas o rizadores. Sus ingredientes forman una barrera sobre el cabello, que previene la deshidratación y el daño térmico. Muchas de ellas están perfumadas.
De volumen y textura. Sirven para agregar cuerpo y textura al cabello fino o sin vida y sus componentes son polímeros o agentes texturizantes que crean mayor volumen y movimiento al cabello. De esta forma, su aspecto es más lleno y con mayor cuerpo.