Es septiembre y es época de vendimia. Y si bien cualquier día del año nos parece bueno para hacer una escapada de enoturismo, septiembre es un mes especialmente agradecido, ya que las bodegas se encuentran en pleno ajetreo. Dicho lo cual, entre la ingente cantidad de propuestas nos hemos quedado con tres de las bodegas de más relumbrón englobadas en la DOCa Rioja. Si te resulta difícil elegir, ya sabes, quédate con las tres…

Bodegas Egurun Ugarte
D.R.

Bodegas Eguren Ugarte

Esta bodega familiar de la Rioja Alavesa (búscala en el kilómetro 61 de la A-124, en Laguardia) cuenta con un interesante abanico de actividades que pronostican un paso al otoño muy disfrutón. Por supuesto, el paquete básico está ahí, con visitas a las mencionadas bodegas seguida de la correspondiente cata de vinos. Lo que ocurre es que, en Eguren Ugarte y según programa, puedes efectuar una visita con un plus añadido que engloba desde un aurresku de bienvenida a una chuletada. Que no te quede duda  alguna de que estás en Euskadi y aquí se come mejor que bien. Todo regado con sus excepcionales caldos DOCa Rioja, claro está.

Pero es que hay más cosas que, por lo menos a nosotros, nos parecen estupendas como experiencia: un paseo en carro de caballos en el que no falta almuerzo en medio de las vides, un recorrido en Segway por los viñedos y, la guinda del pastel, una vendimia en familia (o con amigos; allá cada uno). Aunque si no quieres grandes alardes, te proponemos cenar en el restaurante de las bodegas: desde 40 € podrás comer mejor que bien.

Y otra cosa nada desdeñable: aquí hay hotel. Muy cuco, por cierto. Situado a los pies de la sierra de Cantabria, tiene 21 habitaciones de distintas categorías para relajarte durante tu inmersión en el maravilloso mundo del vino. Yo de ti me pensaría eso de alojamiento y desayuno (tampoco mucho que está muy solicitado; a ver si te vas a quedar sin poder reservar…).

Bodegas Ysios
María G. Amado

Bodegas Ysios

Imposible no maravillarse ante ese imponente edificio firmado por Santiago Calatrava y que es ya insignia de las bodegas Ysios, una fantasía capaz de aunar tecnología puntera (mucho) y amor por la tierra y la tradición. Esto que te hemos soltado no es una frase hecha: hay que entrar dentro para entenderlo. Y, una vez dentro, catar. Y comer, porque aquí los aperitivos se elaboran y se sirven con un derroche de arte (culinario).

unque, ya que estamos en confianza, te diremos que el solo hecho de pasear por las bodegas te transporta a otro mundo, un mundo casi de leyenda. La belleza está en el interior, sí, pero también e ese exterior que puedes recorrer subida a lo que ellos llaman winecar. Al final del camino y durante el mismo serás convenientemente agasajeada; en Ysios saben cómo hacerlo. Incluso puedes contratar un tour exclusivo. ¿Que el precio es alto? Sí, pero te llevarás una experiencia de esas para atesorar.

Y si te encuentras por la zona y solo estás por la labor de una visita rápida, el Winebar de Ysios es para parar, beber, comer y, sobre todo, estar. Un lugar premium que te permitirá relajarte en un entorno único. Apunta coordenadas: La Hoya Bidea, Araba.

Barrio de la Estación
María G. Amado

El Barrio de la Estación de Haro

Si te cuentan que este lugar es único en el mundo, créetelo. En el Barrio de la Estación de Haro conviven varias bodegas con mucha historia. Puedes hacer un recorrido guiado en el que te contarán todo lo que atesoran esos muros, que es mucho y cómo nació la genial idea de aunar voluntades. Por supuesto, todo ello con la muy grata compañía de vinos (y tapas).

A partir de ahí, tú decides cómo quieres organizar tu experiencia enoturística conforme a la oferta de cada bodega. ¿Qué te apetece darte un paseo por el viñedo y rematar con un picnic en algún rincón de preciosas vistas? Bodegas Roda lo tiene. ¿Prefieres un curso exprés de cata para saber más sobre los vinos que tomas? En Bodegas Muga lo ofrecen. ¿Una comilona te vendrá mejor que  bien? Prueba en Bodegas Bilbaínas Viña Pomal; superará tus expectativas. Y estos son solo alguna de las opciones que encontrarás si te acercas al Barrio de la Estación, algo que ya de por sí merece mucho la pena aunque solo sea para probar y comprar algunos de los mejores caldos de la zona.