Cómo entrenar a tu dragón
Universal Pictures

Cuando una va al cine espera salir siendo mejor persona, siempre que la película elegida tenga ese tipo de aspiraciones. Sin embargo, en los tiempos que corren, solo con haber podido entretenerte de forma digna ya supera las expectativas. He ido al cine después de mucho tiempo y he elegido una película inesperada.

Lo cierto es que motivada por la compañía, mis sobrinos pequeños y pre-adolescentes me motivaron a volver a las butacas y hacerlo con uno de los estrenos más recientes, 'Cómo entrenar a tu dragón' (llegó el 12 de junio y está arrasando en taquilla).

Este 'live-action', una de las tendencias actuales que consiste en convertir una película animada en una con seres humanos (y mucha tecnología) es uno de los más valorados hasta el momento. Tras las polémicas vividas por 'La Sirenita', entre otras adaptaciones, la película que nos recrea la historia que ya vimos en 2010 funciona a la perfección tanto si has visto la animada como si no. ¿El motivo? Su mensaje y su forma. Te damos todos los detalles. 

Cómo entrenar a tu dragón
Universal Pictures

Cómo es 'Cómo entrenar a tu dragón' 

Cómo entrenar a tu dragón
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Uno de los grandes aciertos de esta película es contar con los mismos responsables para llevarla al mundo de los humanos. La historia de las películas animadas se basa en la novela homónima de Cressida Cowell y estuvieron escritas, coproducidas y dirigidas por Dean DeBlois.

El mismo que ahora se pone al frente del 'live action' en el que dirige a los protagonistas: Mason Thames, Nico Parker, Nick Frost, Julian Dennison, Gabriel Howell, Bronwyn James, Harry Trevaldwyn, Ruth Codd y Gerard Butler. Mantener al alma máter de las películas animadas consigue que esta versión mantenga el espíritu y la esencia de las primeras que encandilaron a niños y adultos con su mensaje sobre conocer antes de juzgar.

Son precisamente Mason Thames y Gerard Butler (que dio la voz a su personaje en las películas animadas) otros de los puntos fuertes. El joven Mason Thames interpreta al protagonista, Hipo, y lo hace sin que nos chirríe en ningún momento ni colisione con nuestro recuerdo del original. Y su padre, Estoico el jefe de los vikingos sigue a cargo Gerard Butler que se muestra cómodo y honesto con la rotundidad del personaje.

Los paisajes de la isla de Berk y los dragones eran el gran reto técnico, pero de sobra superado por los efectos visuales que consiguen trasladarnos a la magia de esta isla de vikingos y dragones dibujada previamente con maestría.

El mensaje

Cómo entrenar a tu dragón
Universal Pictures

La fuerza de la película, más allá de las maravillas técnicas, interpretativas y de su banda sonora, es el mensaje que nos deja. A veces nos toca ser valientes y fieles a nuestros principios, a lo que nos dice nuestro corazón que es lo correcto. En ocasiones, eso chocará con tradiciones, con las opiniones de otros o con lo que se entiende que se 'debe' hacer. Y ese es el gran reto porque en el camino hacia conseguirlo no lo tendremos nada fácil.

En 'Cómo entrenar a tu dragón', Hypo no es el joven vikingo perfecto, no es el más fuerte ni el más popular, pero esa flaqueza se convierte en una fortaleza cuando es a través de la empatía cómo descubre su gran poder. Quizá los dragones no son tan malos como los pintan los suyos, solo tenemos que pararnos, mirarles a los ojos y descubrir su historia. Pueden ser nuestros amigos, no son monstruos y lo ideal sería que vivieran en paz humanos y los dragones. ¿Lo conseguirá?

A mi alrededor en el cine pude ver grupitos de preadolescentes, muchas familias con niños más pequeños y alguna que otra pareja disfrutando de una historia tierna y bien ejecutada. Al salir todos reían y jugaban y en los adultos descubrí una sonrisa algo diferente, una quizá más inocente y nostálgica. Una sonrisa que me chivaba que habían pasado un buen rato, que habían desconectado del presente y conectado con un 'yo' del pasado que les hablaba de lo que supone creer en seres mágicos, hacerse amigo de ellos y valorar lo bueno de los seres vivos. ¿Lo mejor? Yo también la llevaba.