En los últimos tiempos vemos la moda de los ácidos y los retinoides muy en auge y paralelamente productos destinados a nutrir la barrera de la piel. ¿Sabes exactamente qué función cumple esta barrera y cómo mantenerla a salvo?
Como sabes, la barrera de la piel, también conocida como "manto lipídico", es un término utilizado para describir la capa superior de la piel. Las tres capas principales de la piel son: la epidermis, la capa más externa de la piel; la dermis, la capa media de la piel que contiene colágeno, elastina y el suministro de nervios y sangre de la piel; y la grasa subcutánea que forma una barrera entre la piel y el músculo. Pues bien, dentro de la epidermis, hay una capa todavía más externa que es la capa córnea y ahí es justo donde se encuentra la barrera de protección.
¿Para qué sirve la barrera cutánea?
Tiene dos grandes misiones: mantener las cosas buenas dentro y las malas fuera. Protege el interior de las toxinas (como la contaminación y los productos químicos dañinos) y de la radiación ultravioleta de la exposición al sol.
La barrera cutánea también ayuda a retener la humedad natural y prevenir la pérdida de agua transepidérmica. Fíjate si es importante. Por lo tanto, si esta capa no contiene suficiente cantidad de agua, la piel perderá elasticidad y quedará seca, áspera y escamosa.
No tiene nada que ver tu tipo de piel. Puedes tener la piel grasa, y que a la vez esté deshidratada, entre otras razones por tener la barrera cutánea alterada. Esta situación puede ocurrir, por ejemplo, por el uso excesivo o la mezcla de forma incorrecta de activos con acción exfoliante, como los ácidos y/ o los retinoides.
¿Cómo saber si tengo la barrera cutánea dañada?
Si tienes alguno de estos síntomas, pon atención porque tal vez necesites reparación de la barrera de la piel:
- Irritación crónica de la piel.
- Picazón.
- Piel deshidratada y opaca.
- Hiperpigmentación.
- Infecciones cutáneas.
- Retraso en la cicatrización de heridas.
La limpieza facial es clave para restaurar la barrera cutánea
"Lo más importante cuando se tiene la piel alterada es la limpieza. Lo ideal es incluir un limpiador que no te deje sensación de tirantez después de limpiarte, que respete la barrera cutánea, hidratando y preservando el pH natural de la piel, sin resecar ni dejar esa sensación de tirantez", afirma la farmacéutica Belén Acero, especialista en dermofarmacia y nutrición. Escoge algún limpiador con tensioactivos muy suaves.
También, puedes incorporar, después de la limpieza, un tónico hidratante apto para todo tipo de pieles, es decir, que no incluyan ingredientes que favorezcan la producción excesiva de sebo en las pieles grasas, pero que tampoco alteren las pieles secas y sensibles. la función del tónico es aportar una primera capa de hidratación muy ligera y equilibrar el pH.
Es ideal apostar por ingredientes que tengan una acción barrera, como la niacinamida, las ceramidas o el ácido hialurónico, así como agentes calmantes y antiinflamatorios.
Principios activos clave para reparar la función barrera
- Niacinamida. Este ingrediente es ideal para restaurar la barrera protectora de la piel ya que aumenta la producción de ceramidas y filagrina en la epidermis. Además, retiene la humedad para evitar la pérdida de agua transepidérmica y calma la piel en un solo gesto. Es muy recomendable en una rutina facial en la que se quiera reparar la función barrera.
- Ácido Hialurónico. Contiene un sinfín de propiedades, entre las que destacan la función barrera, el aporte de agua que necesita la piel y el evitar, precisamente, la pérdida de esta agua para no deshidratar la misma. "Además, fortalece la función barrera, a la vez que rellena las líneas finas y las arrugas. Otra de sus ventajas es que es perfectamente tolerado por (casi) todas las pieles", destaca Belén Acero.
- Ceramidas. "Son una especie de cemento intercelular organizado en láminas densas y estructuradas. Esta función de barrera protectora de la piel actúa a varios niveles: hidratan, combaten la deshidratación, la restauran y la mantienen. Además, tienen propiedades antienvejecimiento por su acción de barrera protectora, disminuyen la formación de líneas de expresión y arrugas. Sin ellas, la piel también pierde su elasticidad y firmeza”, finaliza la farmacéutica.
Aquí es bueno hacer un análisis de rutina, para comprobar que todo lo que utilizas es realmente útil o si por el contrario, te aplicas cosas por inercia que ni quisiera te sientan bien. Recuerda, que tu rutina de cuidado de la piel debe varíar según la temporada. Los expertos recomiendan apostar por productos sin fragancia y tener cuidado con cualquier ingrediente que pueda aumentar esta irritación o inflamación, como algunos ácidos (ácido salicílico y glicólico), retinoides (utilizados para el acné y el antienvejecimiento) y otros exfoliantes, durante los meses de frío ya que la piel está más sensible.