Coco Chanel y sus lecciones de belleza: "Si estás triste, si te decepciona el amor... maquíllate, cuídate, píntate los labios y ¡ataca!"

Hay iconos de belleza y estilo que jamás caducan. Por ejemplo, si hay una mujer que ha inspirado e influenciado en las rutinas de moda y belleza (y de enfrentarse al mundo), esa es sin duda la gran Coco Chanel.

La diseñadora de moda francesa es una de las figuras más icónicas de la industria por su manera de sentar los precedentes que hoy abraza generación tras generación. No solo por sus míticos diseños como el Little Black Dress o las chaquetas de tweed que siguen imperando en la mayoría de tendencias año tras año, Gabrielle Chanel enseñó a las mujeres del siglo XX (y de hoy) que no hay absolutamente nada más poderoso que la autenticidad, seguridad, feminidad y confianza en una misma.

Sobre todo, en esos días malos y complicados en los que las ganas de pisar fuerte brillan por su ausencia. ¿Cómo lo lograba? Rompiendo con los estereotipos típicos de la sociedad de entonces (en plena posguerra y con un concepto muy distinto de la feminidad) y enseñando al mundo que la imagen, el autocuidado y los pequeños detalles pueden marcar la diferencia en tu día y en la forma en la que el resto del mundo te percibe. Y con tan solo unas pinceladas. 

A día de hoy, sus consejos y lemas de vida y estilo siguen siendo el mantra al que se aferran todas aquellas que buscan mostrar su lado más elegante cada día. Te contamos algunos de los secretos de la diseñadora que te inspirarán.

Uno de los mantras de Coco Chanel, cargado de empoderamiento femenino

La vida de la diseñadora no fue fácil. La gran mayoría de sus vivencias, incluso esas historias de amor dramáticas e intensas y sus correspondientes decepciones amorosas que le marcaron, tenían su huella en cada pieza que creaba, dejando pequeñas notas de inspiración y aprendizaje en cualquier creación: desde los icónicos sombreros hasta perfumes .  

Es más, incluso con su dura infancia con el fallecimiento de su madre y el abandono de su padre en el orfanato de Aubazine, siempre reunía las fuerzas para recomponerse y hacerse más fuerte. Flaquear no era uno de los rasgos que caracterizase a Gabrielle, de hecho. "Si estás triste, si te decepciona el amor, maquíllate, cuídate, pinta tus labios y ¡ataca!", era uno de sus lemas para sus días grises. 

Para la diseñadora, una barra de labios en color rojo era todo lo que necesitabas para verte perfecta y sobre todo, sentirte así. Gracias a ella, esta pieza beauty pasó a ser trascendental en cualquier rutina de belleza e inspiró a otras grandes referentes de la moda a sacar su lado más femenino a través de ella. 

Desde Marilyn Monroe y su “dale a una mujer el labial rojo adecuado y conquistará el mundo" a Audrey Hepburn y la mítica frase: "en tiempos difíciles, siempre llevo pintalabios", la inspiración de Coco Chanel estaba así. Más aún porque la diseñadora decidió reinventar y lanzar su propia barra de labios en los años 20 ante la falta de satisfacción con las que había en el mercado de entonces. 

Así fue como nació el icónico red 99 Pirate, basado en su devoción por el color carmesí. Y desde entonces, es uno de los labiales más vendidos de la historia de la industria del maquillaje. Lo cierto es que no es para menos. Todas aquellas que se hayan pintado con la legendaria barra de labios roja de Chanel sabe que hay pocos pintalabios que logren ese resultado y sobre todo, esa sensación de belleza instantánea. Para Gabrielle, la belleza no era lo mismo que ser bonita. "La belleza perdura, lo bonito pasa", explicaba. 

Si por algo se caracteriza la barra de labios de Coco Chanel es por la intensidad de su color y su agradable efecto de segunda piel con una textura ultra fina que aporta luz al labio a través de su acabado aterciopelado y profundo.

A pesar de ser en una tonalidad audaz, tiene una fijación y pigmentación perfecta nada más aplicarlo gracias a su mezcla de aceites de almendras dulces y éster adherente. El mix perfecto para un arma estilística de elegancia infinita de la mano de la reina de la sofisticación eterna y atemporal.