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Un nuevo italiano que rompe el concepto intimista y familiar de muchos de los restaurantes de inspiración transalpina que se aposentaron en Madrid a partir de los 2000. Aquí todo es práctico (desde el momento de pedir; ya lo verás), rápido y muy rico. Un lugar ideal para los amantes de la gastronomía del país de la bota pero también para aquellos que buscan un restaurante de última hora que deje huella.

Y para bien, porque aquí la pasta está muy rica, los aperitivos son excepcionales, las pizzas artesanas para chuparse los dedos y los postres ídem. ¿Su ventaja? Gustará a todos. Y eso es ya de por sí una razón de peso para ir. Está en la calle del General Díaz Porlier número 57.

¿Tu padre es popero o roquero? Los sábados y domingos, a partir de las 13, Barbara Ann Sol  (Cedaceros 3) abre sus puertas al brunch con más ritmo de Madrid. Vale, tendrás que esperar al fin de semana para celebrar a papá como merece, pero compensará.

Al ritmo de la banda sonora compuesta por clásicos de la música moderna (de esos que nunca pasan de moda) podréis disfrutar de un desfile de platos en el que no faltan taco de cochina pibil, huevos benedict, miniburguers, burrata o bao de rabo de toro. Para rematar –además de llevarte la alegría en el cuerpo–, pancakes, tarta de queso… Irresistible. 

Trotamundos, el lobby del Only YOU Hotel Atocha, viaja virtualmente hasta Japón para ofrecernos/ofrecerte una experiencia diferente. Se trata de la tradición Omakase, que sería algo así como ‘ponerte en manos del chef’, esto es, tú eliges el cóctel disponible y el chef propone la pieza de sushi para acompañar.

Además, hay música en directo y los jueves una maestra en Shodo (arte de la caligrafía japonesa) obsequiará a los presentes con el significado de sus nombres escritos en japonés. El precio de cóctel y dos nigiris es de 19 € y la experiencia se promociona como afterwork (comienza a las 18). A partir de ahí, todo es entregarse a la diversión. 

Un pequeño y coqueto cinco estrellas en el centro de Madrid que se ha convertido, gracias en gran parte al buen hacer de su dirección, en el place to be de aquellos que viajan buscando rincones especiales. Y en este caso no son solo los rincones, sino también los objetos que lo pueblan, piezas de arte y antigüedades distribuidas tanto en zonas comunes como en habitaciones.

Lujo clásico con toques románticos, estos últimos bien visibles en la terraza-patio que recuerda a esas zonas de descanso de los palacios antiguos. Imprescindible también hacer parada en el restaurante El Jardín del Orfila, cuyo chef ejecutivo es Mario Sandoval (Orfila 6).

Poco queda por decir de este hotel, de su espectacular diseño, de sus restaurantes y de su privilegiada situación, a un paso de la madrileña Puerta del Sol. Las escaleras que asombran en su entrada son seña de identidad de todos los hoteles Edition, al igual que laa decoración cálida, en tonos tierra y claros, que te acogen como si se tratara de una cabaña de invierno deluxe.

Y, de repente, aparecen neones que alumbran pasillos, espacios donde las formas fluyen y rincones en los que la iluminación (esas lámparas) te trasladan a otros lugares proporcionando al hotel cierto carácter onírico. Entrar en The Madrid Edition es como hacerlo en una distopía de estilo y buen gusto en el que la comodidad va pareja a la creatividad.

Un hotel con puesto permanente en la lista de los más bonitos del mundo y que está situado en el Atlas marroquí. Las habitaciones son una maravilla (las hay incluso con piscina), con elementos de la cultura autóctona elegidos con muchísimo gusto y cuidado y vistas perfectas a las montañas. Las telas suntuosas, el pavimento, las alfombras… todo en Olinto desborda encanto y clase. Ir hasta allí implica sumergirte en un oasis (literal) de Las mil y una noches donde todo es posible. Búscalo en Douar Marigha (Marrakech).

Su ubicación (a los pies de la Sierra de Tramuntana, en Mallorca) ya pronostica la belleza del entorno. Su arquitectura, el de la mansión señorial del siglo XVII que es, apunta a que este lugar es muy especial. Su interior, con suelos de piedra, chimeneas de otras épocas y vigas, señala que estamos ante un hotel especial, que respeta la esencia de la Mallorca antigua al mismo tiempo que preserva su entorno.

La decoración, obra del interiorista Lorenzo Castillo, es un must, así como también el spa (con piscina cubierta de agua salada) o esa viña que rodea al hotel y en la que se cosecha el vino mallorquín que se sirve en el restaurante. Son Net inaugura temporada el 1 de marzo, pero ya está abierto a reservas (Castillo Son Net, Puigponyet)

Barcelona y el mar son las dos vertebras de este restaurante del hotel Palace en la Ciudad Condal (Gran Vía de las Corts Catalanas 668). Aquí, la buena cocina viene acompañada de una decoración a la altura del cinco estrellas que la apadrina. Tonos dorados, azules, terciopelos, espejos majestuosos y unas lámparas que se erigen en excelsas protagonistas rodean a los comensales que pueden optar por sentarse en una isla central a disfrutar del menú orquestado por Rafa Zafra.

Y hablando de premios, aquí va otro. Este restaurante de Bergen, en Noruega (ya, lo mismo te pilla un poco lejos) es candidato seguro a los galardones de diseño que se celebran anualmente de manera global. Se halla en un edificio histórico que recuerda a una catedral, pero es moderno a rabiar tanto en su propuesta gastronómica como en la gente que lo frecuenta. Un restaurante de esos no solo para comer sino para ver, dejarse ves y obtener testimonio gráfico de que has estado allí.

El gastrobar del hotel Barceló Torre de Madrid en la Plaza de España es un diseño de Jaime Hayon en el que no faltan los guiños a Madrid (atenta a la escultura del oso a rayas) pero también los colores que recuerdan al Mediterráneo y al sol. Un espacio muy acogedor del que te costará despegarte y que es perfecto para tapear y que también tiene DJ.

Dior sabe muy bien cómo hacer Alta Costura, pero también la forma de crear Alta Magia. Y para muestra, sus tiendas. Entre las recientes aperturas, las de Lisboa, cuyo interior está presidido por una escultura de la artista Joana Vasconcelos, es un homenaje a la firma, pero también a la ciudad (y al país que la aloja). O Seúl, con una fachada maravillosa a juego con un interior a su altura.

Pero la que de verdad nos tiene enamoradas es la clásica, la de 30 Montaigne en París, que reúne todos los valores identificables con Dior: elegancia, calidad, glamour… Si viajas a la capital francesa visítala sí o sí, porque además, justo al lado, se encuentra La Galerie (en la foto), el Museo Dior que reúne todas las ‘obras de arte’ de la firmas que son muchas y preciosas. Y si además de ver belleza quieres degustarla, pásate por el restaurante Monsieur Dior. Agradecerás la recomendación. 

Un maravilloso libro editado por Taschen y firmado por Anna Atkins, la primera mujer en aplicar la fotografía con fines científicos. En sus álbumes fue capaz de captar las formas de especies de helechos y algas, algo inaudito en la época victoriana. La técnica que utilizó, llamada cianotipia, fue en realidad descubierta por un amigo suyo, pero solo Anna se dio cuenta de que podía ser empleada tantos con fines artísticos como prácticos. En el proceso, un tono esencial, el pigmento azul de Prusia, que define la estética de un libro maravilloso basado en los álbumes de Atkins que aún se conservan en Nueva York y Los Angeles.

Nada mejor para celebrar el Halloween más especial que visitando a la exposición de la que todo el mundo habla y que retrata el universo de un director (más que director, polifacético artista) capaz de convertir lo dark en auténtica fiesta. La exposición tiene como base 200 bocetos cedidos por el propio Burton, algunos de ellos nunca vistos. Si esto ya suena bien, lo que te encantará de esta muestra es que prácticamente nadie ve la misma exposición. Y es que nada más entrar tienes la posibilidad de elegir entre varias puertas (todo muy Alicia en el País de las Maravillas) y, a partir de ahí, prácticamente cada vez que llegues a una sala cuentas con la posibilidad de elegir por dónde quieres salir de ella. Esto no implica que algunos de los visitantes se queden, por ejemplo, sin disfrutar de alguna de las inmersiones en las películas del director, sino que cada recorrido ofrece una aproximación diferente a la privilegiada mente de Burton. Así que tranquila, porque todos los que entre recibirán su dosis de Beetlejuice, Pesadilla antes de Navidad, La novia cadáver, Eduardo Manostijeras y, por supuesto, ese mundo de color que es Charlie y la fábrica de chocolate. Nuestra recomendación sería que, si vas con alguien, cada cual elija su propio camino para cambiar impresiones una vez fuera. Y, sí, aunque a aquellos que ya hemos tenido la suerte de verla nos parezca un planazo de Halloween, lo cierto es que estamos ante una maravilla ideal para disfrutar cualquier día que quieras y puedas (no se aconseja a menores de 14 años). El punto de encuentro es el Espacio Ibercaja Delicias, detrás del Museo del Ferrocarril, y la expo abre al público de jueves a domingo con pases cada 30 minutos.

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Se estrena el 14 de octubre (una adelantada a su tiempo) y nos vuelve a traer a la casi pareja de hecho que forman la actriz Jamie Lee Curtis y Michael Myers, ese señor (quien dice señor dice ente) que mata gente a cascoporro. Obviamente, se trata de la nueva entrega de una franquicia de películas que siempre pensamos que va a acabar pero no. Mientras haya alguien dispuesto a morir, Myers estará listo para hacerle los honores. Con John Carpenter, creador de la saga original, como productor ejecutivo, y dirigida por David Gordon Green, quien ya dirigió las últimas entregas la nueva película, la cinta nos trae de regreso a Laurie/Jamie, que en esta ocasión comparte casa con su nieta Allyson y vive plácidamente escribiendo sus memorias. Pero una nueva muerte desencadena el pandemónium y vuelve a poner a Laurie al límite, no solo de su paciencia.

Quien vaya en estas fechas al parque temático de Tarragona sabe que se lo va a pasar de miedo. Literal y metafóricamente hablando. Aparte de la decoración (cuidada hasta la última telaraña de atrezzo), hay nuevos pasajes y uno de ellos, llamado Truco o Trato, pensado para el disfrute de los más pequeños. El otro, MTV Hot-Rock in Texas, ya son palabras mayores. Además, repiten los espectáculos Halloween Parade y Horror en el Lago, que tanto éxito han cosechado en anteriores ediciones. Obviamente, todo va a estar customizado para la ocasión, desde las zonas comunes de los hoteles hasta los restaurantes por no hablar de las diferentes calles. Prepárate para recibir sustos –de los gozosos– a mansalva, cortesía de personajes tan adorables como la niña de El exorcista.

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Si te gustó La bruja de Blair, lo mismo darte un paseo por Reserva Park, en la isla de Mallorca, te va bien para lo tuyo. Lo mejor es que este espacio, en plena Sierra de Tramuntana, solo se viste de Halloween un día al año, el 1 de noviembre, con lo que además sentirás que estás en un lugar muy, muy especial. Desde las 10 a las 17, los que allí se acerquen podrán acceder a un singular túnel del terror en el que no faltarán ni Freddy Krueger ni Carrie, quienes se moverán como pez en el agua entre ataúdes, motosierras y demás parafernalia del terror. Habrá sustos, sí, pero adaptados a todas las edades porque los niños son de los que más disfrutan con la experiencia. Y también con el momento de después, donde podrán degustar hamburguesas o carne asada y participar en un concurso de disfraces que incluso tiene premio. Reservas en reservapark@ljs y 971616622.

El concepto de este establecimiento situado en Vila Nova de Gaia, lugar que desde siempre ha acogido a las muy famosas bodegas de la ciudad, no es lo habitual. Para empezar, se trata de un modernísimo y acogedor hostel con habitaciones de distintas y múltiples capacidades. Pero también es un coqueto hotel con fantásticas estancias y vistas al río Duero. Huéspedes de uno y otro se mezclan en las salas comunes creando un ambientazo increíble lleno de gente joven, mochileros, turistas curiosos y amantes del vino. Esto último es importante, porque The House of Sandeman convive con las bodegas Sandeman, que fabrican uno de los mejores vinos de Oporto. Puedes catarlo por ti misma sacando los tickets para una visita guiada con clase magistral y cata incluidas. Pero, volviendo al concepto del alojamiento, si optas por el hostel porque viajas en un grupo más o menos grande, que sepas que las macroestancias, además de económicas, son amplias, limpísimas y con un curioso y moderno diseño que recuerda a las barricas donde reposa el vino. Estarás muy a gusto. Si prefieres ir a lo convencional y alojarte en las llamadas suites, eso ya es otro mundo: las habitaciones (ojo a las camas, que son comodísimas), tienen una decoración muy agradable y un punto musical gracias al tocadiscos presente en todas ellas –hay vinilos a tu disposición en la propia habitación, pero puedes consultar el catálogo en recepción para elegir la banda sonora que quieres pinchar–. El desayuno se convoca en la mesa común que hay junto a la Recepción y se convierte en una ocasión muy especial para confraternizar con otros huéspedes en el caso de que lo deseas. Además, la propiedad del hotel prepara varios detalles para sus huéspedes, empezando por el cóctel de bienvenida (Portotonic, elaborado como un gintonic pero con el vino blanco de Oporto sustituyendo a la ginebra), la hora del té, etc. Un lugar singular no solo para conocer la ciudad (a tiro de piedra atravesando el puente Luis I, cerquísima del hotel), sino para descubrir la zona de Vila Nova de Gaia y todo lo que ha cambiado en los últimos años, con las bodegas convertidas en repositorio de la historia de Oporto y ejemplo de modernidad y cambio consciente.

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En los últimos años, Oporto se ha convertido, sin duda, en el place to be de Portugal. Y, obviamente, a medida que iba escalando puestos entre los destinos más deseados, también surgían hoteles para todos los públicos y necesidades (familias, solo adultos, congresos etc). Dentro de la enorme oferta, este de la cadena Eurostars es uno de esos que puede satisfacer por igual a distintos paladares. Situado en pleno centro de la ciudad (Rua do Rosario), irás caminando a cualquier parte ya que tienes al lado jardines, lugares de interés cultural, restaurantes, tiendas… En su exterior, la típica fachada de azulejos que tanto y tan bien representa a la ciudad; en el interior, habitaciones con balconada (en la planta superior), muebles de diseño moderno, mucho mármol  y un jardín que es perfecto para descansar entre paseos y excursiones. Otra cosa por la que es conocido (aparte de haberse convertido en un destino idóneo para reuniones y viajes de trabajo) es por su amor por el arte. Y es que este miembro aventajado de la cadena Eurostars suele completar su decoración con exposiciones temporales que captan la atención de lugareños y foráneos por igual. Te encantará.

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Este hotel (mejor hotelazo) es una de las joyas de Oporto. Situado en el centro histórico de la ciudad, podría equipararse con el Maria Cristina de San Sebastián, esa especie de lugar de peregrinación de celebrities y punto de reunión de la intelectualidad y la alta sociedad de la ciudad. Lógico, porque el otrora palacete que lo cimenta todavía conserva en su interior detalles de la maravilla que fue y sigue siendo: los artesonados, el ascensor, las escaleras, las obras de arte… Hasta la mínima filigrana destila lujo y preciosismo. Eres consciente en todo momento del privilegiado edificio en el que te encuentras, pero también te sientes como en casa, algo no tan fácil de conseguir. Quizás contribuya a ello el hecho de que solo dispone de 85 habitaciones, que en él trabaja una plantilla extremadamente amable (desde el primero hasta el último) o que alberga una pequeña aunque muy mona piscina –quizás la parte más moderna del hotel–, ideal para evadirse del bullicio de Oporto. Y eso que cerca se hallan sitios tan fotografiados como la Igreja do Carmo o la Torre de los Clérigos. En cuanto a las habitaciones en sí, son amplias, conservan antigüedades y dedican una especial atención a los textiles. En la parte baja encontrarás, además, el Vogue Café, que suele estar bastante concurrido y sirve unos estupendos desayunos. Ve apuntado dirección:  Praça D. Filipa de Lencastre 62.

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Si no has probado un Godello, va siendo hora de hacer tu debut. Y este vino de la familia Vegamar puede ser una excelente opción para iniciarte en esta exquisita variedad. Se trata de uno de esos vinos que te llevarías para una comida en el campo, por ejemplo. ¿La razón? Beio Godello marida a las mil maravillas con quesos, empanadas, embutidos y otros superéxitos de cualquier picnic. Fuera de dicha gama, lo cierto es que se trata de un vino capaz de potenciar el sabor de carnes blancas y/o mariscos.

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Empezamos por tierras gallegas, concretamente la isla de La Toja, donde se encuentra este hotel que, durante buena parte del siglo XX, se convirtió el refugio favorito de las clases altas, quienes acostumbraban a acudir a él para ‘tomar las aguas’ en su balneario. Balneario, por cierto, que hoy se encuentra aún en perfecto funcionamiento, que es el único cinco estrellas de Galicia y cuyo bienestar procede de esas aguas ‘mágicas’ y minero-medicinales que llegan desde los manantiales. Además, para afianzar la sensación de bienestar, junto al balneario se encuentran el Centro de Belleza y el Club Termal, que redundarán la experiencia completa y efectiva. Por lo demás, las habitaciones, decoradas con un estilo clásico y diríamos que casi aristocrático, son extremadamente confortables  y disponen de vistas al mar o a los jardines. En cuanto a los restaurantes, nuestro favorito es Aires, sobre todo la terraza, donde podrás descubrir la cocina gallega (versión alta gastronomía) mientras disfrutas de vistas al mar. Por cierto, que la tarifa de acceso al balneario para clientes es de 25 €, mientras que si no te alojas allí pero quieres probar los beneficios de las aguas, el precio sube a 40 €. Aprovecha el viaje y déjate aconsejar por el equipo de profesionales que se ocupa de este oasis de felicidad.

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De Galicia nos vamos a Portugal, porque a veces lo que te apetece es conocer sitios nuevos que no impliquen largas horas de viaje pero que te aporten esa preciada sensación de desconexión total que sientes, por ejemplo, cuando sales fuera del país. Y The Oitavos, en Cascais, a una media hora en coche de Lisboa, sabe mucho de desconexión. Se trata de un gran hotel construido en forma de Y y situado en medio de un campo de golf. Sí, es ideal para los aficionados a este deporte, pero no solo para ellos. Por varias razones, una de las cuales (muy a tener en cuenta, por cierto) es que viajar a The Oitavos supone abrazar experiencias gastronómicas de gran nivel gracias al restaurante Ipsylon de alta cocina (los platos con pescado son un regalo para los sentidos y la oferta de vinos, maravillosa); Verbasco, restaurante ‘oficial’ del campo de golf y donde los platos te parecerán no solo ricos sino también abundantes, y la terraza de la piscina, el lugar ideal para tomar algún snack, un sandwich XL (preparado con mimo) o una completa ensalada. Por cierto, que la piscina, climatizada, es otro plus a tener en cuenta, sin desmerecer al amplísimo spa (en este cinco estrellas todo es grande) que también cuenta con piscina y jacuzzi. Las habitaciones, todas con terraza y vistas, son muy generosas en metros cuadrados, tienen hasta tocador y los inodoros incluyen chorro de agua. Muy bien pensado. Es cierto que The Oitavos no está a pie de playa, pero a cinco minutos en coche o algo más de media hora andando se encuentran las playas de Guincho, paraíso de surf y windsurf los días de viento, y principal reclamo de turistas y locales las jornadas más tranquilas. Estos arenales cuentan con todos los servicios y puedes acercarte a ellos desde el hotel pedaleando en bici eléctrica (ellos te la proporcionan y hay carril bici en todo el recorrido). Excelente opción para empaparte del paisaje de uno de los lugares preferidos por los lisboetas.

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Como su nombre indica que estamos en un palacio. Con todas las letras. Es más, el edificio donde se ubica este hotel madrileño data de 1852 y es uno de los más emblemáticos de la zona de Atocha. Pero vayamos al hotel, ubicado justo frente a la famosa estación de tren. Para empezar, la entrada, presidida por el dios Hermes, la divinidad viajera, ya es toda una declaración de intenciones. Más allá, en línea recta, está lo que el hotel ha nombrado su jardín secreto y que ya te adelantamos que merece el título. Con una preciosa alberca como gran estrella, parece un milagro que un sitio así se encuentre en pleno centro de Madrid. Respecto a las habitaciones, para empezar son grandes, estando las suites a otro nivel, concretamente al más alto (desde ellas tendrás unas vistas privilegiadas de los tejados y terrazas de Madrid). Buen dormir y también buen comer, porque en el restaurante La puerta de Atocha se han propuesto un reto y parece que lo cumplen: mezclar las propuestas que puedes encontrar en una típica casa de comidas madrileña con la alta cocina. Ah y CoolRooms te elabora experiencias personalizadas para que veas el Madrid que más te interesa conocer. Para que todo salga redondo.

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A tiro de piedra de la estación de Sants (y cuando decimos a tiro de piedra queremos decir a un par de minutos andando) y muy cerca de la Plaza de España se encuentra este hotel, miembro excelso de la compañía fundada por el actor Robert De Niro y el chef Nobu Matsuhisa. Pronto llegarán más establecimientos de la firma a nuestro país, pero mientras tanto, Nobu Barcelona es un ejemplo de todo lo bueno que la cadena ofrece al cliente y que es mucho. Con un interiorismo firmado por Rockwell Group, lo que te encuentras al llegar es confort de alto nivel. Mucha madera, todo tipo de comodidades y un aire japonés que aporta tranquilidad y estilo a partes iguales. A las habitaciones (259) no les falta detalle, incluidos, por supuesto, los amenities de Natura Bisse y esos colchones que son de lo más cómodo que encontrarás en un hotel. En cuanto a la restauración, además de su buque insignia, el restaurante Nobu (puedes pedir su menú mediante el servicio de habitaciones; lujazo), encontramos en el lobby Kozara, un bar que está creciendo en cuanto a oferta culinaria –promete una revolución de tapas en próximas fechas– que te permite tomarte algo dentro o en su pequeña pero acogedora terraza. Mención aparte son las vistas que se disfrutan desde las últimas plantas del hotel (22 y 23 principalmente) y que abarcan emblemas de la Ciudad Condal como la Sagrada Familia, Montjuic, la torre Agbar… No querrás irte.

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La revolución ha llegado a Madrid de la mano de los cinco estrellas que están colonizando las principales arterias de la capital. Entre ellas, por supuesto, las calles que conforman la Milla de Oro, pero también la Gran Vía, cuya privilegiada situación la convierte en epicentro de planes culturales y gastronómicos. Y ahí, en la esquina de Gran Vía con Marqués de Valdeiglesias, encontramos un edificio renacentista que conserva su arquitectura intacta por fuera y que por dentro ha sido completamente renovado. La recepción en sí misma parece ya una pequeña pinacoteca, buen ejemplo de lo que nos vamos a encontrar en un interior con mucho arte (gran parte de las obras y piezas proceden de anticuaros y tiendas de subastas), unos lugares comunes que, a simple vista, recuerdan a los clubs ingleses más privados, y unas habitaciones que, en contraste, resultan absolutamente modernas y funcionales. Pero la joya de la corona, aparte del restaurante Ático, quizás se encuentra arriba, en la terraza, que en verano se nutre de cócteles y actividades. Solo una pequeña muestra de que lo que llueve en The Principal son, sobre todo, buenas ideas.

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