Posturas fáciles para empezar a hacer yoga

Comienza con la pose del niño. Mantén los dedos de los pies juntos, las rodillas separadas, a medida que el pecho se funda entre las piernas. Estira los brazos suavemente todo lo que puedas. Inhalación y respira profundo.

En la próxima inhalación, ponte de pie sobre las manos y las rodillas, en una posición de mesa. Las manos y rodillas deben estar firmemente apoyadas en la colchoneta, los hombros en línea recta con las muñecas. Estira el cuello y tu mirada debería estar justo en frente de tus dedos. Quédate en esta posición para respirar profundamente (inhalar y exhalar). En una inhalación, arquea la columna vertebral y lleva tu mirada al cielo.

Cuando hayas terminado la tercera respiración completa, ponte sobre los dedos de los pies y levanta las caderas imitando esta posición. Una vez que llegues a ese punto, abre bien las puntas de los dedos, asegurándote de que el pulgar y el dedo índice estén firmemente plantados en el suelo. Activa los muslos internos a medida que levantas las caderas más hacia arriba. Los pies deben estar paralelos y estar posicionados con la anchura de las caderas. Si quieres, puedes quedarte aquí durante unos ciclos de respiraciones.

Al exhalar, arquea tu espalda mientras bajas la cabeza y miras hacia tu ombligo, adoptando la pose del gato. Moviéndote con la respiración, realiza este movimiento tres veces para calentar la columna. Puedes girar las caderas y hacer movimientos con las palmas.

Al exhalar, avanza con el pie hacia abajo, manteniendo las puntas de los dedos en el suelo; el pie debe caer entre las manos. Pon la mirada delante de los dedos mientras te quedas aquí para respirar profundamente.

En una inhalación, levanta la pierna derecha hacia el cielo y mantén el peso con la otra pierna.

Cuando termines de exhalar, comienza a abrazar los dedos de los pies, manteniendo la pierna hacia atrás mientras enderezas la pierna delantera tanto como puedas, adoptando la forma de pirámide. Mantén el tronco sobre la pierna delantera e intenta que tu frente toque la pierna delantera. 

Haz una gran inhalación, y mientras exhalas, dobla tu cuerpo como si fueses un cisne. Sumerge tus brazos en la colchoneta hacia adelante. Al inhalar, lleva las manos a las espinillas y mira hacia arriba, manteniendo la espalda recta.

Baja ambas manos al suelo y da un paso atrás poniéndote en posición de tabla. Tus hombros deben estar directamente sobre tus muñecas. Extiende los talones hacia atrás y ponte lo más recta posible. Quédate aquí durante tres respiraciones completas.

En la siguiente exhalación, mantén los codos cerca de los costados mientras desciende a la mitad hacia chaturanga dandasana, también conocido como pose del personal: en esta postura, los codos deben estar doblados en un ángulo de 90 grados.

Inhala y levántate, con las manos a la altura del corazón, de cara al frente de la habitación. Cierra los ojos y quédate aquí por un momento, sintiendo el suelo sobre el que estás apoyada mientras mantienes esta postura durante dos respiraciones completas.

Inhala, voltea los dedos de los pies y presiona el abdómen hacia adelante y hacia arriba, deslizándote hacia esta posición. Solo tus manos y la parte superior de los pies deberían estar en el suelo. Tus muslos y rodillas deberían estar activos y levantados.

Toma una gran inhalación, y mientras exhalas, vuelve a hacer la posición del cisne.

En una exhalación, ponte sobre los dedos de los pies y levanta las caderas.