Cada vez hay una mayor concienciación sobre los riesgos de exponerse al sol, haciendo del fotoprotector nuestro principal aliado en cosmética. No es algo que debamos aplicar de forma puntual o cuando pasemos el día en la playa, sino que su uso debe de ser diario (incluso cuando está nublado).
Pero antes de invertir en cualquier opción, hay que tener en cuenta ciertos aspectos clave que pueden marcar por completo la diferencia. A esto se le suman la cantidad de mitos que lo rodean y que por suerte hemos podido desmentir con la ayuda de María José Tous, farmacéutica y jefa I+D de KOSEI. ¿Son mejores los filtros físicos que los químicos? ¿Cada cuánto me la tengo que reaplicar? ¿Cuál es el que va mejor para mi piel? Si tienes este tipo de dudas, tranquila, que te las resolvemos a continuación.
Filtros solares físicos y químicos: ¿cuál es la diferencia?
Esta es una de las confusiones más comunes en el terreno de los protectores solares, distinguiendo entre los filtros físicos (minerales) y los filtros químicos. “Tanto los filtros solares químicos como los físicos funcionan de igual forma, fundamentalmente absorben la radiación UV”, explica la experta.
“Los filtros físicos únicamente dispersan o reflejan aproximadamente un 5% de la radiación UV, el 95% restante se absorbe. Lo que se traduce en que prácticamente funcionan de la misma forma”, añade. En realidad, el filtro capta la radiación ultravioleta y latransforma en calor, que es mucho menos dañino para la piel. “El problema está en que muchas personas asocian la palabra 'absorber' con algo que penetra en el cuerpo y puede ser peligroso, cuando en este caso es solo una propiedad del filtro”, aclara la farmacéutica.
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También hay una creencia generalizada de que los filtros físicos protegen mejor simplemente porque dejan una película blanquecina sobre la piel, lo que da esa falsa sensación de seguridad, ya que este aspecto no tiene relación directa con la eficacia del producto. Este es uno de los principales mitos a desmentir.
“‘Bajo mi criterio de formuladora de productos cosméticos, lo ideal es combinar filtros químicos y físicos para obtener un producto homogéneo (que no deje huecos que permitan el paso de la radiación) con muy buen nivel de protección dentro de todo el espectro (UVA y UVB) y con muy buena sensación a la hora de aplicarlos (no se siente que se llevan puestos, no generan efecto blanco, son fáciles de aplicar…)”, remata.
¿Qué pasa con la luz azul y visible?
Con el auge del trabajo frente a pantallas y la conciencia creciente sobre los efectos de la luz azul y la luz visible, surge una nueva preocupación: ¿Cómo nos protegemos de estas fuentes de radiación que también pueden afectar a la piel? “Para que un protector solar funcione frente a la luz azul y visible, es necesario que contenga óxidos de hierro y dióxido de titanio de tipo pigmentario”, confirma María José.
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Este tipo de protección se encuentra sobre todo en protectores solares con color, como bases, BB creams o productos específicos como el Heliokos de KOSEI. Aun así la farmacéutica deja una advertencia importante: “Hay que tener cuidado porque la tendencia es utilizar menor cantidad de estos productos, y hay que recordar que, a menor cantidad de producto aplicado, menor protección. En este caso lo ideal, para garantizar una protección adecuada es aplicar una primera capa de protector solar sin color y encima un protector con color”.
¿Cuánto tiempo hay que esperar tras aplicarlo?
Durante muchos años se recomendaba esperar entre 15 y 30 minutos después de aplicar el fotoprotector para exponerse al sol, ya que esto podía restar los efectos sobre la piel. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que los filtros solares son efectivos desde los primeros cinco minutos después de la aplicación.
“Ambos tipos de filtros empiezan a funcionar desde el primer momento. Investigadores del Laboratorio de Fotobiología y Dermatología de la Universidad de Málaga han demostrado que no es necesario aplicar el protector solar 30 minutos antes de exponerse al sol. Se ha demostrado que 5 minutos después de la aplicación en la piel ya es efectivo”, confirmaba la experta.
@mariafrubies
Otra idea errónea es que si un protector solar tiene FPS50+ y se utiliza uno resistente al agua, ya no hace falta reaplicar. Esto es completamente falso. “Es verdad que hay algunos filtros químicos que son poco fotoestables, es decir se descomponencon la acción del sol y dejan de ser eficaces, pero esto no significa que lo sean todos. De todas formas, sean fotoestables o no, es recomendable volver a aplicar después de 2 horas, la capa de protección puede comenzar a agrietarse, puede desaparecer con el roce con la toalla o con la ropa, puede disolverse por la acción del sudor o del agua del mar o de la piscina…”, continuaba.
Claves para elegir bien tu protector solar
Elegir el protector solar adecuado puede marcar la diferencia entre una piel sana o una piel con manchas, arrugas prematuras o incluso daños más graves. Para María José hay ciertos factores esenciales que siempre tenemos que tener en cuenta antes de lanzarnos a comprar:
- Tipo de piel: las pieles grasas necesitan fórmulas ligeras y matificantes, mientras que las secas necesitan protectores que contengan activos más nutritivos.
- Uso adeucado: en el caso de que vayas a estar haciendo deporte al aire libre o pasar el día en la playa, lo mejor es optar por un protector resistente al agua.
- Amplio espectro: asegúrate de que tu protector cubra tanto los rayos UVA como los UVB, siempre siendo lo mejor un SPF50.
- Textura agradable: lo más importante de un buen protector es que debe ser cómodo, fácil de aplicar, sin dejar efecto blanco ni sensación pegajosa, ya que es lo que hará que lo usemos de forma más continua.
La fotoprotección no es solo un gesto estético, sino que es una necesidad clave para mantener nuestra salud cutánea. Hay que usarlo de forma consciente y efectiva, ya que, si no sus efectos no serán los adecuados, siendo la constancia la verdadera clave del éxito en esta categoría.