Instagram parece cada vez más el reverso luminoso de Facebook. Ambas redes sociales son propiedad de Mark Zuckerberg, pero la segunda está bajo el boicot publicitario de muchas grandes marcas por su posición (al menos ambigua) en relación a las fake news y los mensajes de odio. Mientras, la primera se ha convertido al tiempo en expositor narcisista de moda y belleza y en espacio para la difusión de las mejores causas políticas.

Y mientras la pandemia por coronavirus sigue su curso terrible, tan solo opacada por la repercusión mediática del movimiento Black Lives Matter, otras reivindicaciones ciudadanas van reclamando de nuevo su foco en el podio de la actualidad, como son la lucha contra el cambio climático y la defensa feminista de la mujer. Y la última celeb en hacerlo ha sido Natalia de Molina.

La ganadora de un Goya por la película Techo y comida (un título de 2015 que ahora parece más necesario que nunca) es una de las actrices más comprometidas del cine español. Y en su último post en Instagram ha realizado toda una declaración feminista sin necesidad de sumarse a hashtag alguno. Simplemente porque sí, porque hoy no es el día mundial de reivindicación alguna (de hecho, tocan el Día Internacional del Reagge y el Día Internacional del Chiste), pero cualquier momento es bueno para alzar la voz en defensa de las "hermanas supervivientes" de la amenaza machista.

He perdido la cuenta en mi corta vida de las veces que me han seguido, que he corrido, que me he escapado, que me han alcanzado, que me han tocado, que me han asustado, que me han jaleado, que me han insultado, que me han emborrachado, que me han drogado, que me han acompañado, que he avisado, que me he callado, que me he defendido, que he hecho como que no ha pasado, que he tenido miedo, que he tenido mucho miedo, que he pensado que no lo contaba... tanto a la luz del sol como a la luz de la luna. Con desconocidos y con los que no lo son. Y no somos una minoría. Y porque no se cuente no significa que no exista. No somos víctimas, ni histéricas, ni mujeres, ni adultas, ni niñas. Ni queremos llamar la atención. Ni estamos más guapas calladitas. Somos supervivientes. Y estamos en nuestro derecho a no guardar más silencio. Os quiero, hermanas.

Una publicación compartida de Natalia de Molina (@nataliademolina) el

"He perdido la cuenta en mi corta vida de las veces que me han seguido, que he corrido, que me he escapado, que me han alcanzado, que me han tocado, que me han asustado, que me han jaleado, que me han insultado, que me han emborrachado, que me han drogado", escribe Natalia en un post que es una exhaustiva acumulación de las muchas situaciones de violencia verbal o física a las que se tiene que enfrentar en algún momento de sus vidas cualquier mujer.

Según cifras recogidas por la organización de Naciones Unidas ONU Mujeres, el 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual "por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta a su compañero sentimental (estas cifras no incluyen el acoso sexual) en algún momento de sus vidas". Una cifra que algunos estudios nacionales elevan al 70%.

Por eso, el llamamiento de Natalia de Molina no puede parecer extemporáneo, sino al revés, completamente presente. "No somos víctimas, ni histéricas, ni mujeres, ni adultas, ni niñas. Ni queremos llamar la atención. Ni estamos más guapas calladitas. Somos supervivientes. Y estamos en nuestro derecho a no guardar más silencio. Os quiero, hermanas", escribe la actriz. Un post al que no podemos contestar mejor que como ha hecho la directora Isabel Coixet en comentarios: Amén.