Los mejores trucos de estilo que hemos aprendido de las mujeres francesas

Las clásicas chaquetas de punto son tendencia esta temporada pero antes las llevaron nuestras madres y abuelas. Es una prenda femenina de entretiempo muy amada por las francesas que te socorre en días frescos. Es sofisticada, sencilla y atemporal. Queda de maravilla con unos vaqueros o sobre un vestido floral. Jeanne Damas (en la imagen) es una de las francesas con un estilo más patrio. Su marca, Rouje, es toda una oda al estilo francés. Cree en el menos es más y en la importancia de la naturalidad. 

Un complemento clásico donde los haya: el pañuelo de seda. Se pueden encontrar con diversos estampados y normalmente se ponían en el cuello con una lazada. Aun así, esta prenda tan versátil puede llevarse también como accesorio de pelo, podemos verlo en la imagen de Chloe Lecareux, o como top. Una idea perfecta para días de verano. Estos pañuelos capaces de elevar y alegrar cualquier look, también pueden utilizarse en las asas de los bolsos, envolviéndolas con sus estampados. 

Para días en los que no sabes qué ponerte piensa en esto: el negro nunca falla. Las francesas conocen el poder y la sofisticación de este color, es elegante y clásico. Además da pie a ser combinado con complementos un poco más llamativos, como los zapatos con lazo en la imagen de Monica de La Villardière. Un jersey fino de punto negro y unos pantalones de ese mismo color es una de las combinaciones más sencillas y perfectas que hay. 

Las camisetas con rayas marineras son otro clásico de la moda, una prenda sencilla, informal y estilosa. Una de las lecciones que podemos aprender de las francesas es tener una serie de básicos atemporales en el armario: camisetas y camisas blancas, vaqueros rectos, chaquetas de punto, gabardinas, etc. Estas prendas funcionan como salvavidas cuando no sabemos qué ponernos. Como en la imagen de Violette, la mejor forma de combinar una camiseta de rayas es con unos vaqueros, no se necesita más, la sencillez es la clave. 

Si hay una prenda que usen las francesas durante toda la primavera-verano es el vestido de estampado floral. Es una prenda fácil de llevar, fresquita y natural. Al ser una pieza no hay qué pensar con qué combinarla y al ser un vestido aporta una gran feminidad. La preferencia es el largo midi, el corte más sofisticado. Sabina Socol lo demuestra en esta foto. 

Las camisas y blusas de color blanco, tanto en algodón, seda o lino, son una de las prendas clave en los armarios de las francesas. Ciertamente son una apuesta segura y ellas lo saben. Son perfectas para llevar tanto en looks informales como en otros más arreglados. La clave en este caso, por Anne-Laure Mais, es combinarla con unos sencillos vaqueros. 

De crochet, rafia, corcho o bambú, en verano las francesas optan por bolsos hechos con tejidos naturales que les aportan un aspecto sencillo, relajado y campestre. Son el complemento perfecto para los días y noches de verano, junto con vestidos florales, shorts vaqueros o cualquier otra prenda. El bolso de la foto de Dolorès, una habitual de este tipo de complementos de inspiración Jane Birkin, es todo un ejemplo. 

Aunque hayamos vivido el auge de las diademas barrocas al estilo Blair Waldorf, una diadema que podrás llevar siempre será la clásica diadema de tela, aquella que llevábamos con diez años al colegio. En cuanto a color, lo mejor es optar por el negro o azul marino, dos tonos elegantes. Como nos muestra Gabrielle Caunesil Pozzoli en la foto, es un accesorio sencillo, cómodo y bonito. Puede llevarse con looks más arreglados o con unos vaqueros y camiseta. 

El traje es una de las prendas que más visten, son perfectos para llevar en el día a día al trabajo así como para un evento importante. Da poder, elegancia y sofisticación. Es un clásico, un elemento clave en cualquier armario, versátil pues se pueden utilizar las dos partes por separado. Para que el traje cumpla su función debe ajustarse al cuerpo, favorecer la figura, nada de volúmenes o prendas oversized. El traje de la imagen, de Chanel, en Caroline de Maigret, es el ejemplo perfecto. 

Después de las alpargatas de cuña hay un calzado informal que las francesas llevan durante la temporada de primavera-verano: las zapatillas altas estilo Converse. Son cómodas, sencillas y fácilmente combinables. Unas zapatillas informales que las francesas prefieren con un toque vintage y ahí está la clave, que reflejen un desgaste, el paso de los años aunque no sea real. En la foto Louise Follain lleva unas de color rojo.

¿Qué sería una francesa sin su gabardina? Desde luego francesa no. Es un clásico indiscutible, una prenda atemporal llena de clase, perfecta para llevar sobre looks elegantes o sobre otros mucho más informales. Si tuviéramos que elegir solo una chaqueta o abrigo de entretiempo no lo dudaríamos, la gabardina es la elegida. En la foto, Constance Arnoult lleva un diseño menos clásico.