Louis Vuitton ha cerrado por todo lo alto la Semana de la Moda de París, con las propuestas prêt-à-porter otoño-invierno 2018/2019 de su director creativo, Nicolas Ghesquière. La cita ha convocado en Museo Louvre a la lista A de amigos de la marca, lo que ha convertido el front row del desfile en el más concurrido all stars de la temporada.
Si hubiera un ranking de poder de convocatoria, Louis Vuitton lo encabezaría. Y con Emma Stone, imagen de la firma insignia del grupo de lujo LVMH, como una de las más destacadas asistentes. No solo por su capacidad pelirroja para atraer todas las miradas, sino también por el maratón de eventos y vuelos que ha tenido que afrontar para poder hacer realidad su agenda de vértigo.
Un día antes del desfile, la actriz estaba vistiendo, precisamente, un diseño de Louis Vuitton para la alfombra roja de los premios Oscar. Una 90 edición en la que también entregó una de las estatuillas, a la mejor dirección, con Guillermo del Toro como el agraciado por La forma del agua.
Maratón de aviones
Horas después, Emma estaba no tan fresca como una rosa (el jet lag hace mella sí o sí) pero lo suficientemente encantadora para que todos pudiéramos disfrutar otra vez de su enorme sonrisa, ahora en el desfile de la maison.
Allí la vimos departiendo con Justin Theroux y Michelle Williams, con Ghesquière y los Arnault, propietarios de Louis Vuitton. Esperamos que la cita no se alargara demasiado y pudiera irse pronto a descansar, porque su 2018 promete estar lleno de proyectos. ¿El que más nos atrae? Su papel de Cruella de Vil en una adaptación real de la cinta de dibujos animados de Disney 101 dálmatas.