Nos encanta el buen tiempo, no nos escondemos. Hay más horas de luz, apetece más salir con los amigos o a hacer recados y, además, los looks de entretiempo son muy sencillos de ejecutar.

Sin embargo, no todo en verano es maravilloso, porque su llegada significa que hay que hacer el cambio de armario, y guardar la ropa de invierno bien (en especial los abrigos) para que no se estropee, puede suponer un quebradero de cabeza si no lo haces bien.

Abrigos, prendas de lana, básicos de piel… De repente, la dimensión de tu casa (y de tu armario) no te cuadra. Pero tranquilidad y que no cunda el pánico, porque sabemos exactamente cuál es el paso a paso que debes seguir, según los expertos, para que esta no sea una experiencia traumática. 

Cómo hacer cambios de armarios como una profesional

Bego La Ordenatriz, en su libro Limpieza, orden y felicidad cuenta que, aunque te dé pereza –es algo que a todos nos da una pereza monumental–, hacer un buen cambio de armario te ayudará a saber qué ropa tienes, a deshacerte de las prendas viejas o estropeadas, como a limpiar los armarios por dentro y ordenarlo todo un poco.

Esto son los pasos que hay que seguir:

  1. Saca toda la ropa. Sí, toda. Vacía el armario por completo y distribuye el contenido sobre la cama agrupándolo por tipos, pantalones, camisas, ropa interior, etc. “Sobre todo, no te agobies, ponte una música que te guste y empieza a separar las piezas que vas a guardar otra vez en el armario, porque las usas todo el año, y las que vas a meter en cajas para guardarlas hasta la temporada que viene”, aconseja en su libro. 
  2. Limpia el armario por dentro, cajones y perchas incluidos. Lo ideal es tener a mano tres bolsas de plástico: en una pondrás la ropa en buen estado que ya no vas a usar, por el motivo que sea, y que vas a donar; En otra pondrás la ropa que vas a tirar; y en la última pondrás la ropa que no vas a usar de manera temporal, por un cambio de talla, un embarazo o el motivo que sea, pero que quieres guardar de momento. Eso sí, “cuidado con esta última categoría, porque aquí puedes acabar guardando muchas cosas “por si acaso” y que ese “acaso” no llegue nunca. Por norma general, si tienes una prenda que hace más de tres años que no te pones, deshazte de ella. Si no ha llegado ya el por si acaso, es posible que no llegue nunca”, expone La Ordenatriz. 
  3. Guarda la ropa de la temporada saliente en una caja de almacenaje semirrígida o rígida en función de tus necesidades. Es importante asegurarse de que todo lo que guardes está limpio y en buen estado. 
  4. Mete en el armario toda la ropa de la temporada entrante, ordenándola por tipos de prenda y colores, o siguiendo la distribución que te resulte más cómoda. “Piensa en el uso que le vas a dar; es decir, ten más a mano la ropa interior, que usas cada día, que los pijamas, que lo vas a usar una vez por semana”, nos aconseja. 
  5. Si vas a guardar ropa doblada, prueba el doblado vertical, que ahorra espacio y permite ver mejor las prendas. “También puedes hacerte con organizadores de cajones, que te facilitarán la distribución”, concluye.
Cómo guardar la ropa de invierno según los expertos
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Trucos para guardar la ropa de invierno 

Dicho esto, estos son los consejos concretos que utilizan los expertos para guardar la ropa de invierno y que te ayudarán a optimizar el espacio, tu tiempo y tu energía.

  1. Guarda todo limpio y seco. Lo hemos dicho ya, pero insistimos porque es lo más importante. Asegúrate de lavar todas las prendas antes de guardarlas. La suciedad y los restos de alimentos pueden atraer insectos y provocar manchas permanentes. Por otro lado, ten en cuenta que la ropa mojada causa moho y malos olores. 
  2. Dónde la guardes, importa (y más de lo que crees). Guárdala en un lugar fresco y seco, evitando los espacios húmedos y calurosos, ya que pueden promover el crecimiento de moho y la proliferación de insectos. Si tienes un armario interior o un trastero, sería ideal. Además, como también te recomienda Bego La Ordenatriz, los contenedores herméticos o las bolsas de almacenamiento al vacío son ideales para proteger tus prendas del polvo, insectos y humedad.
  3. Evita el uso de perchas de alambre. Sobre todo, porque pueden deformar la ropa con el tiempo. Opta por perchas acolchadas o dobla cuidadosamente la ropa para evitar arrugas excesivas.
  4. Coloca deshumidificadores o bolsas de gel de sílice en el área de almacenamiento para ayudar a absorber la humedad y prevenir el moho. 
  5. Como consejo final, te la recomendaríamos que revisaras de vez en cuando para evitar signos de moho, insectos u otros daños. Y si tuvieras la desgracia de que te pasara algún tipo de problema, trata la ropa de inmediato.