La industria de la belleza se basa, en gran parte, en conseguir retrasar el envejecimiento, un objetivo que en los países de oriente parecen llevarnos ventaja y al parecer, todo de forma natural. En concreto, en Japón tiene mucho más peso que en los países occidentales la medicina tradicional y es que esta se ha convertido en una gran aliada para la salud y también para la belleza.

Los japoneses llevan utilizando una planta conocida como angelica keiskei koidzumi, más popularmente llamada ashitaba, para combatir enfermedades como la fiebre del heno o la acidez estomacal. Ahora, una investigación publicada en la revista Nature confirma que esta también podría retrasar el envejecimiento.

Es cierto que gracias a los avances de la medicina tradicional vivimos más tiempo y lo hacemos con mejor calidad de vida. En este sentido no solo la medicina está implicada, sino que el estilo de vida que llevemos, en cuanto a alimentación rica en nutrientes y una vida activa en la que se practique ejercicio habitualmente, también repercutirá directamente en este objetivo.

Pero hay elementos de la naturaleza que nos pueden ayudar de forma inocua y nada invasiva con este objetivo. 

El flavonoide que retrasa el envejecimiento naturalmente

La ashitaba ha sido utilizada tradicionalmente en Japón desde hace siglos como un elemento para luchar contra afecciones como las molestias estomacales o fiebres. Ahora parece ser que esta misma planta también podría tener una función antiaging.

Los investigadores de la Universidad de Graz, en Austria, han descubierto que esta planta tiene una sustancia que alarga la vida de moscas y gusanos, protege el corazón de ratones y frena el proceso de envejecimiento en células humanas.

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Esto se debe a que sus componente estimulan la autofagia, un proceso por el que las células eliminan y reciclan sus propios residuos y de esta forma no se quedan en el organismo pudiendo provocar daños en el mismo.

Con esto, la industria de la belleza podría dar un gran paso al frente, puesto que se pone la primera piedra para desarrollar nuevos productos eficaces en la lucha contra en envejecimiento. 

Los investigadores explican que no encontraron este flavonoide 'mágico', a través de la planta, sino que fue al contrario. Estuvieron analizando más de 180 sustancias que podrían tener un efecto antigaging y la que les pareció más efectiva fue la llamada 4,4’-dimetoxichalcona (DMD). Poco después llegaron a la conclusión de que esta era producida por la naturaleza en esta planta oriental.

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Los científicos pudieron comprobar que este flavonoide tiene un efecto protector superior al del resveratrol, una molécula presente en algunos frutos rojos y el vino tinto a la que se atribuyen efectos saludables y antiaging.

Además de este beneficio, en la costa oriental de Honshu, una de las islas de Japón, se le han atribuido tradicionalmente propiedades diuréticas y digestivas cuando se ingiere. Por otro lado, también se conoce por su capacidad de curar heridas cuando se aplica sobre la piel. 

Otro estudio, este en ratas, encontró que un extracto en ashitaba puede ayudar a reducir el colesterol LDL (malo), así como el colesterol total y los triglicéridos. Aunque lo que está claro es que esta investigación de la universidad austriaca abre muchas puertas y todo parece indicar que nos encontramos mucho más cerca de hallar el secreto de la eterna juventud.

Sin embargo, no hay que echar las campanas al vuelo, porque como los propios estudiosos dicen, la investigación se encuentra en una etapa muy inicial y todavía no se sabe cómo este hallazgo puede traducirse en la industria de la belleza.

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Lo que sí que se puede saber son algunos aspectos de este futuro producto. Los investigadores comprobaron que, si les daban a ratones este flavonoide con la comida, la molécula pasaba a la sangre. Este resultado indica que, si en el futuro se desarrolla un fármaco a partir del DMC -flavonoide-, podría administrarse por vía oral.