Como todos los años, ñas recomendaciones para conseguir un cuerpo ideal para la temporada de playa empiezan a llegar. Al final, todos los años de manera cíclica aparecen en estas fechas los trucos para perder pesode forma rápida como esa dieta que te promete que adelgazarás 6 kilos en tan solo una semana.
Lo confesamos: alguna vez hemos clicado en una de ellas (e incluso, nos hemos animado a probarla a ver sí lo conseguíamos como si fuésemos un 'conejo de indias'). Y la verdad es que lo cierto es que algunas sí que consiguen ese resultado en la báscula, pero sigues notando exactamente igual tu cuerpo y no ves ningún otro cambio.
@sannevloet
¿Por qué? ¿Cómo consiguen que pierdas ese peso? Todo se resume en el binomio de perder peso y perder grasa. No es lo mismo, la concepción que tenemos sobre estos es errónea desde siempre. No siempre que recudimos algún kilo estamos perdiendo grasa y ganando masa muscular, es una falsa creencia.
Isabel Viña, médico experta en suplementación, metabolismo y hormona y una de las divulgadoras de referencia en redes sociales, explica qué ocurre realmente con estas dietas en un vídeo de su perfil de Instagram. ¡Te lo contamos todo!
¿Qué diferencia hay entre perder peso y perder grasa?
sannevloet
No es ningún secreto, pero la mayoría de personas desconocen exactamente cómo funciona el proceso de la pérdida de grasa y la ganancia muscular. Hasta hace poco a mí también me pasaba: pensaba que si perdía unos kilos, también estaría disminuyendo en proporciones mi grasa corporal. Pero nada más lejos de la realidad
Isabel Viña explica en sus redes sociales la clave de todo este fenómeno: "Hay una gran diferencia entre perder peso (entendiendo el peso como valor numérico) y perder grasa o ganar músculo”, comienza su vídeo en Instagram.
Tal y como explica la doctora, perder peso como número no significa que tu composición vaya a cambiar. “Tú puedes perder mucho peso como valor númerico sin cambiar tu composición corporal. Simplemente modificando tu dieta que es lo que mucha gente utiliza como reclamo de ‘he perdido 3 kilos, ergo he perdido 3 kilos de grasa. Y no es así’, aclara.
¿Por qué sucede esto exactamente? Principalmente se debe a los hidratos de carbono que eliminan estas dietas y que generan consecuencias directas con nuestro peso corporal. “Cuando comemos hidratos de carbono, llegan a la sangre y se almacenan principalmente en el músculo y en el hígado como glucógeno. Esa molécula retiene 3 veces más de peso de agua. De manera que, cuando tú tomas hidratos de carbono, (especialmente si haces deporte) se almacena en el músculo y en el hígado y eso te permite verte más turgente porque no es agua que se queda extracelular. Es agua que se queda intracelular dentro del músculo", explica la experta.
Por lo tanto, al quitar cualquier tipo de cereal integral, legumbres, verduras, frutas... "vas a perder mucho peso porque el glucógeno se va a ir agotando y por tanto, vas a ir perdiendo agua que vas a eliminar a través de la orina".
Además, a esto se le suma otro ingrediente que genera impacto cuando prescindimos de él en nuestra alimentación: la sal. "Generalmente son dietas que eliminan cualquier alimento que pueda tener sal, entre ellos los hidratos de carbono (muchos de ellos tienen inherentemente sal) y la sal retiene 4 veces su peso de agua. Por tanto, si tú eliminas la sal de tu alimentación de los alimentos que la tienen vas a perder también muchísimo peso", señala Viña.
¿Tiene consecuencias esta pérdida de peso para nuestro cuerpo? Por supuesto. Según explica la doctora, esto provoca una pérdida de energía necesaria para tu cuerpo: "Si tú no tomas ningún tipo de hidrato de carbono y quieres hacer deporte y ganar músculo. ¿Cómo vas a tener energía para entrenar? ¿Cómo te vas a recuperar?”.
Por eso, puede que no veas los resultados que esperas si estás siguiendo una dieta mientras haces deporte. Lo recomendable es alcanzar un balance hidroelectrolítico, que se trata del equilibrio que consigue nuestro cuerpo entre la entrada y salida de agua y electrólitos del cuerpo.
¿Cómo hacerlo? Debes beber el agua suficiente (al menos 2 litros al día) y consumir la suficiente cantidad de frutas, verduras, lácteos y cereales integrales que tienen muchos electrolitos. Además de por la cuestión hidroelectrolítica, "son fuente integral de fibra que son maravillosos para la insulina, mejoran nuestro perfil inflamatorio y nuestra salvia intestinal".