A sus 62 años, nos podríamos creer perfectamente que la actriz habría recurrido a La sustancia, para parecer más joven, porque parece inexplicable. Su rostro es el reflejo perfecto de una piel luminosa, tersa y llena de vida por la que parece que no ha pasado el tiempo.
Aunque ha admitido en varias ocasiones que hay retoques y tratamientos que la han ayudado a conservarse tan bien, la clave indiscutible del éxito es unos buenos hábitos y una rutina a su medida.
En un vídeo que realizó en colaboración con la revista Harper’s Bazaar, compartió varios de esos secretos beauty tan codiciados. La hidratación profunda, la limpieza meticulosa, el drenaje linfático facial y el autocuidado emocional son algunos de los requisitos innegociables de su rutina diaria. Saca papel y lápiz, porque estos son los mandamientos que Demi Moore tiene como bandera.
Masajes faciales, la clave de un rostro esculpido
Seguro que has oído hablar del drenaje linfático, uno de los gestos estrella en la rutina de Demi Moore. Aunque se puede realizar con movimientos con las manos, en el caso de la actriz utiliza una herramienta específica: la Lift + Sculpt Butterfly Stone de Georgia Louise. Esta es una piedra esculpida que recuerda a un gua sha pero con diseño ergonómico que favorece el agarre.
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Lo emplea una vez que ha aplicado los productos de skincare, como sérums e hidratantes, deslizándola con movimientos lentos y ascendentes por el rostro, especialmente en mandíbula, pómulos, frente y cuello. “Eliminas toda la tensión del rostro”, dice. “Activa la circulación. Cuando tienes más de 50 y sientes que tu piel se cae al suelo, esto es un impulso increíble”. Esto ayuda a conseguir ese efecto lifting de forma natural, sin tener que recurrir a tratamientos invasivos.
¿Cuándo es el mejor momento para hacerlo?
Aunque no hay una norma estricta que lo determine, en términos generales estos son más eficaces por la mañana. Ayudan a descongestionar el rostro después de dormir, aunque también nos encanta por la noche, para liberar las tensiones del día. Aplicamos un aceite facial que ayude a deslizar la herramienta y así evitar fricciones innecesarias. Esto se puede acompañar de respiraciones pausadas y conscientes, creando un ritual sensorial ideal.
Puedes ir desde la nariz hacia los pómulos y la sien de forma diagonal, ayudando a levantar esta zona que se suele caer a medida que cumplimos años. Otro movimiento popular (y efectivo), es el del mentón hacia el cuello, uno de los preferidos de la actriz, que ayuda a definir el contorno.
Una facialista de confianza como aliada clave
Otra de las cosas que le ha hecho mejorar su aspecto estos últimos años, es encontrar una buena profesional de la piel. En su caso su nombre es Terri Lawton, una facialista y terapeuta energética de Los Ángeles.“Es casi una experiencia mente-cuerpo completa,” afirmó. “Confío mucho en su criterio sobre productos, porque coincide con mi filosofía: deben ser eficaces, pero también muy puros.”
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Suele acudir a ella para tratamientos personalizados, que combinan tecnología avanzada, productos activos y una dimensión holística. Sabemos que esto puede ser una inversión con precio elevado, pero no es algo que tengas que realizar de forma regular, ni siquiera semanal. Puedes reservarte para cuando tengas una ocasión importante, o reducirlo a un par de veces al mes (todo dependiendo de tus necesidades).
Cuidarse por dentro: el mejor secreto de belleza
Aunque en lo que más énfasis pone Demi Moore es que la belleza comienza desde el interior.“Mira, no tengo ningún secreto enorme,” confesó. “Pero definitivamente creo que la belleza empieza desde dentro. Puedes hacer lo que quieras con el exterior, pero si por dentro no te sientes bien, no sé si todo lo demás servirá de mucho.”
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Este enfoque es una de las cosas más importantes a tener en cuenta hoy en día, especialmente con el estrés y las prisas a las que estamos sometidas de forma diaria. La importancia de un buen descanso, alimentación y amor propio, es el cocktail que todas deberías de aplicar.
Una de las cosas que ella ha hecho en este aspecto, y que le ha cambiado la vida, es dejar de beber alcohol, por ejemplo. En su libro más reciente habla de varias recaídas, pero también de cómo retomó el camino antes de cumplir 50. “No quiero perderme ni un momento de la vida, de esa textura, incluso si eso significa sentir... algo de dolor”, afirmaba. Esto además, es algo que influye también en su apariencia exterior, mejorando la calidad de la piel.
Esta rutina que ella ha creado no es algo imposible, ni mucho menos complicado, sino que está al alcance de todas nosotras. El respeto hacia una misma y la constancia son los pilares fundamentales para lograr nuestra mejor versión, sin formulas milagrosas. Y eso, más que ningún tratamiento, es lo que mantiene su piel eternamente joven.