Aunque pasen los años, Brad Pitt sigue siendo uno de esos hombres que logra acaparar todas las miradas sin apenas proponérselo. A sus 61 años, el actor estadounidense sigue apareciendo en las listas de los más atractivos del mundo, y no es solo cuestión de genes: también hay rutina, cuidado y filosofía detrás de ese rostro sereno y esa piel luminosa que parece desafiar el paso del tiempo.
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En una de sus pocas entrevistas centradas en el cuidado personal, concedida en exclusiva a Vogue USA, Brad Pitt hablaba abiertamente de su rutina de belleza y del origen de su marca cosmética, Beau Domaine. “Tengo una rutina de cuidado de la piel muy simple, pero soy meticuloso. Gwyneth Paltrow fue la primera que consiguió que me lavara la cara dos veces al día”, confesaba el actor con humor.
Una afirmación que podría sonar trivial, pero que marca el inicio de una nueva etapa para Pitt: la de creador de una firma de cosmética consciente, sin género, y con una base científica y sostenible.
El encanto de Château Miraval y el nacimiento de Beau Domaine
No se puede hablar de Beau Domaine sin mencionar Château Miraval, la propiedad que Brad Pitt posee en el corazón de la Provenza francesa. Esta finca no solo es conocida por la producción de vinos rosados (uno de los favoritos de la crítica internacional), sino también por ser el lugar donde Pitt comenzó a gestar una nueva etapa personal y profesional.
En colaboración con la familia Perrin, socios también en la bodega, y con la asesoría científica de Pierre-Louis Teissedre, experto en enología y biotecnología, nació Beau Domaine. Esta línea de cosméticos parte de la idea de aprovechar los activos antioxidantes y regeneradores de la uva y de los residuos de la viña para crear una cosmética efectiva, sostenible y sin etiquetas.
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Los productos están formulados con ingredientes procedentes de la propia finca, en envases recargables y reciclables, y pensados tanto para hombres como para mujeres. “Los hombres tenemos mucho que aprender de las mujeres en cuestiones de autocuidado. Yo lo he aprendido de mis parejas”, reconoce Pitt.
La rutina minimalista (pero eficaz) de Brad Pitt
Lejos de complicadas capas de productos o rutinas interminables, la filosofía de Pitt es clara: pocos productos, pero bien elegidos, y constancia. Sus tres pasos esenciales son:
Beau Domaine
1. Limpieza facial: Mañana y noche, sin excusas. Gracias a la influencia de Gwyneth Paltrow, el actor incorporó este gesto como un ritual imprescindible.
Beau Domaine
2. Sérum y crema hidratante: Para hidratar en profundidad, potenciar la regeneración celular y prevenir los signos visibles de la edad. En Beau Domaine, estos productos son la columna vertebral de la marca.
3. Protección solar: Aunque no forma parte directa de su marca, Pitt es consciente de la importancia del SPF como barrera frente al foto envejecimiento. Como diría cualquier dermatólogo, si solo vas a hacer una cosa por tu piel, que sea protegerla del sol.
Una marca sin artificios
Beau Domaine no se presenta como una fórmula milagrosa. De hecho, Pitt es claro al respecto: "No creo en el marketing del antiedad como una especie de cuento de hadas. La vejez llega, queramos o no. Pero cuidarse, hidratarse y protegerse puede marcar una gran diferencia". La idea no es detener el tiempo, sino acompañarlo con dignidad y bienestar.
El trabajo con el doctor Teissedre ha permitido incluir ingredientes clave con estudios en enfermedades como la progeria (una enfermedad de envejecimiento acelerado), lo que da a la marca una base científica sólida y diferencial. La uva, rica en resveratrol y polifenoles, se convierte aquí en el ingrediente estrella, y cada producto busca mantener la integridad de la piel con un enfoque respetuoso y eficaz.
Envejecer con estilo (y sin miedo)
Cuando se le pregunta si teme a la vejez, Brad responde con serenidad: no, en absoluto. Y ese enfoque es el que ha querido imprimir en su marca. Cuidarse no debería ser una lucha contra el paso del tiempo, sino una forma de quererse, de estar mejor y sentirse bien en cada etapa de la vida.
Su rutina está diseñada para acompañar ese viaje: limpieza, hidratación, protección. Y sobre todo, constancia. Porque como bien dice, no hay productos milagrosos, pero una piel cuidada con regularidad tiene mucho ganado.
De Hollywood a la Provenza (y al neceser)
Lo más curioso de esta historia es que, sin buscarlo, Pitt ha acabado inmerso en una industria que nunca se había planteado explorar. Pero quizá por eso el proyecto funciona: porque nace de un lugar real, de una finca rodeada de viñas, de una colaboración honesta y de una necesidad personal de encontrar una rutina eficaz, sostenible y que tuviera sentido.
En un mundo saturado de lanzamientos, claims vacíos y promesas imposibles, que una estrella de Hollywood apueste por una rutina sencilla, honesta y con una historia tan bonita detrás, es casi un soplo de aire fresco.
Y si además viene con vistas a los campos de lavanda del sur de Francia, mejor que mejor.