Todas jugamos de pequeñas a esos recortables con los que vestíamos a distintas modelos con ropitas de papel de lo más ñoñas. Hoy en día ese juego de cromos sigue existiendo con opciones más fashion, para que sigamos aprendiendo ha construir looks (como este de Alba Díaz) desde la más tierna infancia. Pero lo que no imaginábamos es que de papel sería, sí, también nuestra ropa.

Bueno, en realidad no es papel propiamente dicho, sino un derivado de la celulosa, el Lyocell, también conocido como tencel. Es parecido a la popular viscosa, que procede igualmente de la pasta de madera, pero sin el componente contaminante derivado de la producción de ese tejido.

¿Qué tipo de tela es el lyocell? 

El lyocell se encuentra en un punto intermedio entre las fibras naturales (la lana, el cáñamo, el algodón, el ramio y la seda) y las fibras artificiales procedentes de petroquímicos (el poliéster, el nailon...). Es, además, es uno de los tejidos protagonistas de la gran apuesta de la industria textil por los materiales sostenibles, como el algodón orgánico y las fibras recicladas. 

¿Cómo lavar prendas de lyocell?

Las prendas de lyocell se pueden lavar a máquina, con agua fría y detergente suave. Es recomendable utilizar un programa para ropa delicada, sin centrifugado o con centrifugado muy suave.

Ventajas del tejido sostenible lyocell

Como puedes ver en la siguiente selección de prendas confeccionadas con Lyocell, los colores son menos intensos y definidos que en otro tipo de tejidos. Sus ventajas son muchas:

  • Es una tela lisa y suave que resulta muy agradable al tacto. 
  • No se arruga: o casi... es un tipo de fibra lisa, elástica que apenas se arruga.
  • Transpira. es el tejido perfecto si sudas demasiado o para los meses de más calor, por sus cualidades de absorción de la humedad, mayores, por ejemplo que las del algodón.
  • Antibacteriano. Es precisamente su capacidad de transpiración lo que lo convierte en un tejido ideal para el control bacteriano y en especial si tienes la piel sensible.

Además, es un tejido ligero, muy fresquito y perfecto para los meses más calurosos del año. Y además, una alternativa a las prendas denim (que son las que más agua gastan a la hora de producirse).