Ágatha Ruiz de la Prada en el que fuera su ático
@agatharuizdlprada

Hace unos meses, Ágatha Ruiz de la Prada inauguraba su nueva casa ubicada en la zona de El Retiro, tras vender su fabuloso ático del paseo de la Castellana, el que fuera su hogar durante 26 años y que fuera una extensión de su universo creativo. Con 705 metros cuadrados de superficie y un sinfín de detalles al más puro estilo de la diseñadora, esta vivienda ha sido un el hogar familiar plagado de recuerdos. 

Las formas orgánicas y los colores vibrantes, son el denominador común
@kretzspain

Ahora, tras más de dos décadas, Ágatha ha decidido ponerlo a la venta por 7,5 millones de euros y está en manos de la inmobiliaria Kretz Real Estate.Esta transacción marca el cierre de una etapa en su vida. Hacemos un recorrido por cada rincón de este espacio único.

Un legado arquitectónico con historia

Situado en el corazón de Madrid, este ático perteneció al escritor José Luis de Vilallonga, lo que se hace evidente en ese halo de historia que tiene la vivienda. Cuando Ágatha lo adquirió hace más de 20 años, decidió transformarlo junto a su padre, el arquitecto Juan Manuel Ruiz de la Prada y Sanchiz.

La renovación respetó el carácter original del inmueble, pero incorporó elementos modernos y, por supuesto, una explosión de color y diseño. Desde entonces, la diseñadora ha vivido tres grandes etapas en esta residencia, cada una marcada por reformas y cambios que han ido acompañando su evolución personal y profesional.

Un estallido de color y formas

El interior del ático es un reflejo puro de la creatividad de Ágatha. En el salón, las paredes blancas actúan como lienzo para una selección de muebles y decoración de tonos potentes. Un sofá fucsia con respaldo en forma de flor es el centro de atención, rodeado de pufs en rojos y rosas, que evocan el universo lúdico y alegre de la diseñadora. No faltan los corazones, su símbolo icónico, que aparecen en distintos elementos ornamentales.

El mobiliario del salón incluye mesas auxiliares en colores llamativos, con formas geométricas que rompen con la estructura convencional. Las sillas, de diseño vanguardista, combinan materiales plásticos y metálicos en tonos como el amarillo y el azul celeste, creando una armonía visual que no deja indiferente a nadie. Cortinas y cojines estampados con patrones abstractos complementan el conjunto, aportando un extra de dinamicidad al espacio.

En el comedor, las sillas y mesas diseñadas por ella misma para Amat se combinan con una vajilla a juego y una figura de una menina de Sargadelos, también diseñada por Ágatha. El arte contemporáneo también está presente con piezas como "Gold Tondo Nº 2" de Jason Martin, que aporta un toque sofisticado al conjunto. Sobre las paredes cuelgan cuadros coloridos y texturas marcadas, enmarcados en tonos dorados que realzan su presencia.

La terraza: un refugio en la ciudad

Uno de los grandes atractivos del maravilloso ático es su amplia terraza, un oasis en pleno centro de Madrid. Con vistas panorámicas de la ciudad, se convierte en el lugar ideal para pasar las horas leyendo, o recibir invitados en un entorno que mantiene el sello inconfundible de la diseñadora. La mezcla de vegetación y muebles divertidos, hacen que este espacio vaya en armonía con el resto de la casa.

En el exterior encontramos sofás de ratán pintados en verde lima y en naranja neón, creando una atmósfera acogedora y energética. Almohadones estampados con diseños florales y geométricos se combinan con mesas de centro de cristal y metal, reflejando la luz natural y añadiendo un aire sofisticado. Grandes maceteros de cerámica esmaltada albergan plantas y flores exóticas que refuerzan la sensación de frescura y vitalidad.

Un hogar lleno de recuerdos

Más allá del diseño, este ático ha sido testigo de momentos clave en la vida de Ágatha Ruiz de la Prada. Desde su llegada tras la compra, pasando por la reforma integral de 2008, hasta la etapa posterior a su divorcio, en la que decidió renovar los colores de las paredes y reorganizar el mobiliario. Cada rincón tiene una historia.

El arte forma parte importante de esta impresionante casa
@kretzspain

En su dormitorio, la diseñadora ha optado por una cama de cabecero alto en color rojo intenso, adornada con corazones de terciopelo bordados. Las mesitas de noche, en azul cobalto, contrastan con lámparas de formas orgánicas que proyectan juegos de luces y sombras. Los armarios, revestidos en tonos pastel con tiradores en forma de estrella, refuerzan la temática lúdica y onírica del espacio.

Con la decisión de vender este espacio, Ágatha no solo deja atrás una casa, sino también un capítulo de su historia. Sin embargo, su nuevo hogar también estará a la altura de lo que se espera de ella y pronto veremos cómo ha quedado su acondicionamiento.