helena rodero entrevista
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En el mundo del cuidado capilar abundan los mitos, y uno de los más extendidos es que “si te lavas el pelo con frecuencia, se te caerá más”. Esta afirmación, sin embargo, es totalmente infundada y puede incluso jugar en contra de la salud de tu cuero cabelludo.

Como explica Helena Rodero en 'Todo sobre tu pelo y tu piel' (Editorial SomosB). “¡Nada más lejos de la realidad! Esto, como quizá ya has descubierto, es completamente erróneo, un auténtico mito". A través de un conocimiento riguroso de la microbiota, la elección de productos adecuados y una técnica de lavado correcta, podemos mantener un pelo fuerte, sano y libre de preocupaciones infundadas.

caida pelo
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Entender que la caída diaria de entre 50 y 100 cabellos forma parte de nuestro ciclo natural es clave para no alarmarnos cada vez que notamos mechones en la ducha. Lo que sí debemos evitar es permitir que la acumulación de sebo, restos de producto o la proliferación de hongos alteren el equilibrio de nuestra piel capilar. Cuando esto ocurre, el folículo se debilita y la fibra termina sufriendo.

La importancia de la microbiota del cuero cabelludo

En nuestro cuero cabelludo habitan multitud de microorganismos que conviven de forma armoniosa. Rodero destaca que “la microbiota del cuero cabelludo tiene una acción protectora, evita que otros microorganismos proliferen y causen irritaciones o picores, entre otros”.

El hongo Malassezia, por ejemplo, es “el microorganismo que más dolores de cabeza nos da”y está directamente relacionado con la caspa y la dermatitis seborreica. Mantener la flora en equilibrio, por tanto, es esencial para que el cabello nazca con fuerza y crezca sano.

Aunque a menudo se recomienda lavar cada cuarenta y ocho horas, “Cada persona debe lavar su pelo según se le ensucie” Si tu cuero cabelludo tiende a la grasa, un lavado diario —o incluso más frecuente tras el ejercicio— resulta beneficioso; si, en cambio, tu piel es seca, espaciarlo a dos veces por semana puede bastar. Lo determinante es escuchar las señales de tu pelo y no ceñirte a reglas fijas.

¿Por qué el champú no es para las puntas?

Una de las claves fundamentales que subraya Rodero es que “el champú no está diseñado para lavar el cabello, sino para lavar la raíz y el cuero cabelludo.” A pesar de los reclamos de marketing —“para cabello seco”, “para puntas abiertas”, “para reparar”— el verdadero cometido de estos productos es sanear la zona donde se asienta el folículo.Aplicar champú en medios y puntas puede desproteger la fibra, dejándola vulnerable. Para nutrir o reparar la hebra, recurriremos a acondicionadores y mascarillas específicas que tratan la fibra dañada sin arrastrar el sebo necesario.

Alternar productos para evitar el efecto rebote

En el caso de cuero cabelludo graso y cabello dañado, Rodero aconseja alternar un champú seborregulador con uno para fibra debilitada. Si solo usas el primero, sus detergentes más potentes pueden provocar “un efecto rebote” y dejar la raíz más grasa aún; si solo empleas el segundo, notarás que tu pelo “no tiene vida, que está aplastado y que nunca parece estar limpio”. El equilibrio entre ambos garantiza limpieza profunda sin agredir la fibra.

cabello ondulado
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Para piel capilar seca y hebra frágil, los champús de limpieza suave son imprescindibles. Estas fórmulas “no suelen contener sulfatos, unos detergentes que limpian más, sino que suelen usar otros más suaves”, pero, por sí solas, no regulan la microbiota. Por ello, cada diez o quince días conviene intercalar una fórmula con mayor poder de limpieza, para evitar acumulaciones y mantener la piel capilar en óptimas condiciones.

Adaptar la frecuencia al estilo de vida

  • Cuero cabelludo sin problemas + cabello corto: Para quienes no presentan exceso de grasa ni sequedad, un champú de uso frecuente en días alternos es suficiente. Si practicas deporte y sudas, lava tras la sesión para evitar irritaciones.
  • Cuero cabelludo sin problemas + melena larga: Aunque no haya procesos químicos, las puntas sufren “meteorización”: erosión por roce, sol y agua. Aquí basta un champú de limpieza media que permita lavados diarios sin desgastar la fibra.
  • Cabello muy dañado sin suciedad en la raíz: Existen alternativas suaves como el co-wash (acondicionador limpiador) o cremas limpiadoras diseñadas para lavar sin agredir. Cuando no percibas suciedad, estos productos permiten refrescar el pelo sin arrastrar el sebo esencial.

Paso a paso: técnica de lavado según Rodero

Para cerrar, el método más adecuado para lavar tu pelo evitando dañar la fibra es:

  1. Desenreda el cabello en seco antes de la ducha. Si lo necesitas, aplica un aceite capilar para facilitar el proceso.
  2. Moja el cuero cabelludo con agua templada, dejando que el resto del cabello se humedezca de manera gradual.
  3. Echa champú en la palma de la mano y emulsiónalo con la humedad: una almendra para cueros secos; dos o tres para cueros grasos o de alta densidad.
  4. Masajea con las yemas, nunca con las uñas, siempre en la misma dirección. Incide en frente, detrás de las orejas y la nuca. Dos pasadas suelen ser suficientes; deja actuar los activos seborreguladores dos minutos si tu champú los contiene.
  5. Aclara completamente hasta eliminar todo rastro de producto.
  6. Aplica acondicionador de medios a puntas, espera dos minutos y enjuaga con abundante agua.

Con esta rutina personalizada, no solo conservarás el equilibrio de tu microbiota capilar, también protegerás la fibra contra el desgaste diario.Olvida el temor a lavar el pelo con frecuencia: cuando lo haces bien, le estás dando la oportunidad de crecer sano y fuerte, sin un solo mechón menos.