La segunda temporada de El Inmortal llega a Movistar Plus+ el 22 de febrero y con ella el personaje de La Rubia, encarnado por Teresa Riott.

La actriz (Barcelona, 1990), a quien muchos descubrimos en la serie Valeria, regresa a la gran pantalla convertida de nuevo en esa mujer de armas tomar –esto último hay que tomárselo en sentido literal– que ama el poder tanto como presumir de looks noventeros.  

Teresa Riott
Juanlu Real

La Rubia de El Inmortal es un bombón de personaje, no nos lo vas a negar… Ha sido una oportunidad de oro, un regalo que me ha llegado, imagino que porque también hice algo bien. Mis amigas dicen que soy buena, daba el personaje y por eso me contrataron, pero sí que es difícil que en España se vea algo tan marcado, una mujer tan difícil, estereotipada y llena de clichés. A partir de ahí hay que convertirla en real, porque en el fondo ella es muy de barrio y tiene mucha naturalidad. Es una oportunidad poder explorar todas esas partes de una mujer en una época y ante unas situaciones que difícilmente te pasarán en la vida. Muy diferente a la que interpreté en Valeria. Aquí había cosas que he vivido, que viviré y con las que me puedo sentir identificada, pero un personaje como La Rubia… Explorar estas otras partes de mí ha sido brutal y me ha ayudado mucho en la vida. 

Los looks tan noventeros que luces en pantalla seguro que te ayudan a meterte en faena.¡Claro! El look forma absolutamente parte del personaje y me hace ella en un 70%. Maquillaje, peluquería y vestuario conforman un trabajo que hacemos conjuntamente. Con este personaje todo ha sido muy creativo e incluso he aportado mis propuestas. En esta ocasión se tenía que ver la época y era una mujer que debía mostrar un poder adquisitivo muy alto, una persona arriesgada, desinhibida… Todo esto se refleja en la ropa y me ayuda a empoderarme como actriz.

En alguna ocasión has dicho que ‘vivir’ determinadas situaciones en pantalla te ha ayudado a superar tus miedos en la vida real. Por supuesto. La Rubia no tiene miedo. Con Álex García, que interpreta a El Inmortal del título, mantiene un fuerte encontronazo en la primera temporada. Imagínate: una mujer que roba al capo de la droga más capo de Madrid. A ella le pone el miedo y eso lo tengo que transmitir. En lo que a mí respecta, y por mucho que me sepa el texto o que me ayude un compañero, el espectador tiene que verme afrontar situaciones sin miedo cuando yo, como Teresa, estaría asustadísima. En esta segunda temporada vamos a ver mucha violencia, situaciones muy heavies; los personajes están en un momento crítico porque hay una ruptura de la banda y una lucha por el poder. Así que eso que me llevo, estar en una situación similar, ir segura por la calle y sentir que puedo tener herramientas llegado el caso.

Todos los actores habéis conseguido crear una sensación de que sois un grupo muy bien ensamblado. Hubo un casting donde los directores y el productor nos vieron e hicieron un puzzle. Nosotros individualmente podemos ser maravillosos, pero hemos conseguido formar una banda que ha logrado que la serie sea lo que es. Hemos tenido mucho ensayo, hemos viajado juntos, hemos pasado tiempo y a todos nos gusta jugar e improvisar, lo que crea una confianza muy familiar.

Teresa Riott
D.R.

Teresa Riott en El Inmortal

El grupito de las chicas de Valeria también funcionaba como un reloj. La verdad es que sí. He tenido suerte con mis bandas. Porque esto no pasa siempre: hay gente que sabe lo difícil que es ser actor, la responsabilidad que supone y, sobre todo, se quita el ego de encima remando a favor de la historia. Cuando te juntas con personas así todo fluye y surge la magia, porque no están pendientes del yo, de lo que quiero hacer, de cómo se me ve en la cámara, sino de lo que hay que contar. 

Imagínate que puedes activar una cápsula del tiempo. ¿Qué te traerías de los 90 a nuestros días? No puedo imaginar cómo sería eso de que no hubiera redes sociales. En la serie pasa y me doy cuenta de que la gente está más presente y más al día. Vas a un restaurante y no hay móviles, nadie te puede contactar ni hacerte una foto… Estás en el momento. Soy fan de las redes sociales y de las conexiones, pero me llama la atención de vida sin móviles.

¿Estudiaste Publicidad y Relaciones Públicas por obligación o por devoción? Es una profesión que me gusta muchísimo y la elegí teniendo en cuenta lo que a mí se me da bien. Me dije que si no era actriz debería optar por algo creativo, cara al público, con lo que pudiera comunicarme y relacionarme con otros. De todas las carreras que había, Relaciones Públicas, que lleva adjunta Publicidad, era la que más se adaptaba. De hecho, me dediqué a ello y hasta creé una agencia de representación de niños. Era un poco cubrir el expediente pero, a la vez, estudiar algo que me gustara. Y encima me ha ayudado en mi carrera como actriz, porque tengo un tipo de cabeza, una mentalidad, unos cimientos y unos estudios que me han agudizado otro tipo de inteligencia además de la emocional.

¿Te dan miedo los parones intrínsecos a tu profesión? ¿Cómo los gestionas? Yo empecé a trabajar a los 30 años. Soy actriz desde que acabé la carrera y sé lo que es no tener trabajo durante mucho tiempo y estar luchando y peleando. También sé lo que he hecho cuando he parado. No soy de esas que ha encadenado trabajos durante 10 años y le da miedo que la racha acabe. En realidad, esta es una profesión de inconscientes y soñadores y si no estás entre ellos, no te metes. Sabes que el no hacer nada puede pasar. Yo trabajo con un proyecto o dos al año, cada uno de cuatro meses, y el tiempo restante espero a que suene el teléfono. Asusta y da miedo, pero toca estar con la cabeza muy bien amueblada y el corazón tranquilo, hacer mucha terapia, cosas que te gusten, crear tus propios proyectos y continuar formándote. Si me preguntas qué recomendaría a alguien que quiera ser actriz, diría que si es su sueño real y puede sostenerlo, adelante.

Teresa Riott
D.R.

Contabas que en la vida real te resulta imposible actuar. ¿Lo mantienes? Soy una persona hipersensible. Estoy aprendiendo a ser muy honesta conmigo misma y eso me hace estar a flor de piel y no poder tapar lo que me pasa, aunque para qué lo voy a tapar si todo lo que me ocurre me viene bien para mi registro… Soy muy transparente, me cuesta mucho disimular. A veces pienso que sería todo más fácil si sintiera un poco menos. Lo que he aprendido es que quien te quiere se queda y quien no te quiere se va. Y que para quererte te tienen que entender y te tienen que respetar, ser consciente de que eres auténtica. Yo no voy a cambiar. Tengo mucho que aprender, por supuesto, pero hay una base que quiero respetar. 

¿Disfrutas las alfombras rojas? Es una parte de mi profesión que me gusta mucho, sobre todo el proceso previo al evento. Quedar con mi estilista, elegir los looks, probarlos, ver lo que podemos añadir nuevo que esté en nuestra línea… Toda esta previa de reunirnos en mi casa, vestirnos, maquillarnos… Es un momento que se ha convertido en algo muy de amigas. Y luego, cuando llego al evento, suelo encontrar gente con la que conecto o hago nuevos amigos (es cierto que a veces te pones en la cuerda floja, porque has de ir a sitios sola y ello te obliga a conocer gente). En general, me siento como una niña pequeña que se lo pasa bien y, además, voy vestida de diseñadores y marcas increíbles. Como una princesa.

Eres vegana y ejerces de ello. ¿Te complica la vida? Cada vez menos. Madrid es una ciudad donde hay mucha variedad de opciones y cuando digo que lo soy siempre se me respeta. Debemos erradicar el mito de que ser vegano es caro o difícil, porque nuestros abuelos eran más veganos que otra cosa. La carne se comía puntualmente como excepción. Una dieta a base de legumbres, arroz, pasta… Es barata y accesible. En Madrid hay muchos restaurantes veganos; os animo a todos a que lo probéis. Incluso encuentras un montón de postres. E ideas. Yo, por ejemplo, hago tortilla con harina de garbanzos: coges la harina, agua, un montón de especies, echas las patatas fritas y ya. Con esto te digo que siempre hallas opciones: solo necesitas investigar y tener ganas. Así podrás decirles a tus amigos: “He hecho unas empanadillas de queso sin queso, porque he triturado unos anacardos, les he puesto un poco de leche vegetal y mirad qué rico ha salido”. Se quedan flipando.

Confesabas que tu sueño era actuar en un musical. ¿Cómo va la cosa? Sigue siendo un sueño irrealizable. Me da tanto respeto… Admiro mucho a los actores de musical porque me parecen los más completos del mundo. Son bailarines, cantantes y actores… Y han de tener una gran fuerza física y vocal, representar dos funciones al día… Disfruto mucho viéndolos y siendo consciente de todo el trabajo que hay detrás. No sé si esta vida voy a poder llegar a la suela de esos actores y actrices, pero creo que si en algún momento tengo tiempo, me encantaría. Es verdad que he estudiado canto, que cuando empecé en esto hice musicales como Chicago (a nivel escuela) y que también trabajé en microteatro musical, pero soy una persona exigente y necesitaría otra juventud para poder dedicarme a ello.