El ayer y hoy de Angelina Jolie

Elegante, sensual y sencilla: estas tres características podrían dibujar a la actriz perfectamente. En su 43 cumpleaños, repasamos su transformación (a mejor) desde el año 2000.

4 de junio de 2018, 18:31

Actriz, directora, madre, embajadora de la ONU… Ejerce muchos roles, pero el de camaleón no es uno de ellos. “Casi siempre opta por el cat eye para enfatizar sus ojos almendrados. Y muchas veces llega con un rabillo hecho por ella misma”, cuenta el maquillador Toni G. Aunque suele ser bastante sencilla, a veces le gusta resaltar sus voluminosos labios con algún pintalabios tipo glossy o algún rojo mate o algún rosa más nude, que también les da luz y protagonismo.

El año 2000 fue el último en que vimos a la actriz con el pelo tan oscuro, casi en un negro caoba muy brillante. Después, su coloración comenzó a aclararse gradualmente, pasando por un castaño oscuro a uno color miel. No obstante, su color fetiche (ya que es el que más tiempo ha durado en su cabello) es el castaño avellana con ligeros reflejos más rubios.

Angelina, además, tiene unas facciones muy exóticas que hacen que cualquier peinado le quede bien, debido a la silueta ovalada en su rostro. Hacia atrás y bien pulido, peinados ahuecados tipo retro, flequillos de corte asimétrico… “Tiene los rasgos muy acentuados, así que cuanto más sencillo el pelo, mejor. Está en un momento de ondas voluminosas, más que de un pompadour rompedor.”, asegura Adam Campbell, peluquero. “Adora el big hair de los 60. Con un poco de spray de sal, y ahuecándolo desde la raíz, evitamos que quede lacio”, explica el peluquero David Babaii.

El caso es que Angelina Jolie se mantiene como referente de millones de mujeres alrededor del mundo en cuanto a un millón de cosas más que su aspecto. Trabajadora, seria, amable, bondadosa. Por eso, hoy queremos repasar su evolución desde principios de siglo.

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