Quien ha tenido granitos toda la vida sabe lo que es oír la palabra “aceite” y echarse las manos a la cabeza. Al contrario, añadirlo a cutis con esta afección corta de raíz el exceso de producción de sebo, tal y como explica Mar Sieira, farmacéutica y CEO de la firma Sarah Becquer: “Una piel grasa sufre un desequilibrio en la secreción de sebo, produciéndolo en exceso. En ocasiones, esto se debe a un mecanismo en el que las células segregan un sebo incompleto (mezclado con agua) que hace que entren en un círculo vicioso, queriendo compensar este sebo “ineficiente”. Aceites vegetales como el de jojoba o el de argán son muy similares a los lípidos de la piel y, al ser incorporados en forma de cosméticos sobre la misma, rompen ese círculo vicioso anteriormente mencionado, ya que el sebo aportado de manera exógena es “eficiente” y detiene el mecanismo celular de sobreproducción, eliminando los brillos de la cara”, aclara la experta. ¿Los beneficios? “Un aceite facial formulado con lípidos seborreguladores va a hidratar la piel grasa, impidiendo su pérdida de agua celular, y, por tanto, su deshidratación. Además, los aceites vegetales son una maravillosa fuente natural de antioxidantes y oligoelementos para nuestra piel”, añade.
TIPOS DE ACEITES Y MANUAL DE USO
Además del aceite de jojoba, recomendado para la piel grasa por no ser comedogénico, Mónica Ceño, experta en belleza holística y fundadora del multiespacio de belleza The Lab Room, destaca los aceites que sirven para hidratar, como el de la naranja, para regular -geranio y lavanda- y para eliminar la grasa excesiva, como el del árbol de té. “La calidad del aceite es muy importante. Si es de primera presión en frío y está formulado para todo tipo de pieles, las personas con el cutis graso pueden utilizarlo”, añade Ceño. A continuación, descubre algunos trucos de aplicación de ambas expertas para sacarle todo el partido:
- Debe aplicarse antes de la crema, como si fuese un sérum, mediante un masaje.
- Mezcla unas gotas con tu crema habitual. “Es una forma de beneficiarte de sus propiedades y evitar la textura oleosa en caso de que no te guste”, aconseja Mónica Ceño.
- Según la farmacéutica Mar Sieira, también son recomendables después de agentes transformadores de la piel, como ácidos (AHAs, BHAs -aquí te contábamos todo lo que pueden hacer por tu piel-) o retinoides, “para mejorar la hidratación en este tipo de tratamientos más agresivos para la piel”.
- ¿Más trucos? “Vierte unas gotas en un cuenco de agua tibia, impregna una muselina en ese líquido y colócala sobre el rostro, dejando que el efecto relajante, aromaterápico e hidratante te envuelva y te ayude a disfrutar de tu momento y tu rutina cosmética”, sugiere Sieira.