la teoría del zapato equivocado
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Si hablamos de forma de interpretar la moda, están los que compran el look completo de la última colección de su firma favorita, y quienes se atreven a experimentar con combinaciones propias y a mezclar según sus propios códigos.

Pese a que en ambos casos la ropa se concibe como una extensión de la personalidad, son los segundos quienes parecen tomarse más en serio la capacidad que tiene cada prenda para hablar de quienes somos, del tipo de creencias que tenemos y de cómo nos relacionamos en un mundo tan saturado de soluciones, que las ideas propias se acogen como un soplo de aire fresco. 

Si has escuchado hablar de la teoría del zapato equivocado, puede que pertenezcas a este grupo de creativos sin miedo a arriesgar y a ser señalados. “Es una práctica estilística que consiste en llevar, de forma deliberada, un calzado de estilo opuesto e inesperadoal resto del look. Como una manera de añadir rebeldía y chispa a estilismos que de otro modo podrían parecer demasiado ‘correctos’ u obvios”, explica Bianca Fuentes, estilista de moda y fundadora de Estilismo Consciente.

La teoría del zapato equivocado

Mezclar prendas opuestas funciona, del mismo modo que sucede con los colores. Es una de las maneras que tenemos de infundir nuestro espíritu en cada estilismo y de sacarle más provecho a las prendas. ¿Recuerdas cuando juraste usar aquella falda tan estupenda que te compraste para la boda de tu mejor amiga, para ir a una cena? La teoría del zapato equivocado es la fórmula perfecta para hacerlo. 

“Diana Vreeland decía algo así como que un look debe tener algo sorprendente o provocador, algún ‘error’ que le dé vida y carácter, así que creo que esta teoría puede aportar mucho al estilo personal”, nos cuenta Bianca, quien lo interpreta como un juego: “el gesto de introducir una pieza ‘fuera de lugar’ es tan sutil que pasa desapercibido para los demás, pero yo sé que está ahí. Me gusta esa complicidad”.

Para la estilista es de lo más apetecible la literalidad que propone la teoría del zapato equivocado, porque demuestra cómo un solo elemento puede transformar por completo la narrativa de un outfit. “Además de generar menos necesidades, ya que así, todo pega con todo y puedes encontrar la forma de llevar más algunas prendas que aparentemente están destinadas a ocasiones puntuales, las líneas se disipan”.

Cómo aplicar la teoría del zapato equivocado

Para Bianca Fuentes, lo primero es entender que, aunque esta teoría se basa en lo visual, el calzado sigue teniendo que ver con la funcionalidad. “Puede ser interesante aplicarla desde la necesidad: si llueve, si vas a caminar mucho o vas con prisa, el calzado puede ser el punto de partida, por lo que empezaríamos al revés, por el calzado. A partir de ahí, puedes construir un look que choque con esa base”.

Sugiere que en ese caso podríamos elegir tejidos lujosos como seda, cashmere o siluetas delicadas, lenceras, para equilibrar el look. “Puedes llevar otra prenda que, aunque desenfadada, juegue con la formalidad, como una gabardina ligera, y aquí las zapatillas podrían ser tan atrevidas como consideres”.

teoría del zapato equivocado
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Añade que para las más conservadoras lo ideal es tener algún punto de conexión, por ejemplo un estilo opuesto, pero un esquema de repetición en el look, esto puede lograrse mediante colores, texturas o formas repetidas. “Por ejemplo, elegir un look muy unisex, pero un calzado muy femenino: una sudadera negra, un pantalón vaquero recto y unas sandalias planas tipo joya en negro, y puedes cerrar el look con algún accesorio mal comprendido como masculino (gorra, en este caso negra, unas gafas de sol tipo wayfarer o un reloj de acero)”.

Las más atrevidas, en cambio, con capaces de ir contra toda corriente y encontrar los opuestos en cuanto a estilo, proporción o color. “Para los looks de oficina la propuesta sería llevar un traje tres piezas con un zueco de estilo anatómico en serraje, estilo Birkenstock. O un conjunto minimalista y monocromático combinado con unas botas cowboy vintage”, propone Bianca, quien insiste en que lo esencial es fiarse de nuestro instinto a ver el look completo, más allá de tendencias y normas de estilismo impuestas. “Se trata, al final, de quitarle solemnidad al vestir y dejar espacio a lo inesperado”.