Sobran las razones para visitar Oporto. En los últimos años, la ciudad portuguesa se ha convertido en uno de los destinos predilectos por el turismo europeo. Su cercanía ayuda, pero también su estética (los azulejos son emblema); su oferta gastronómica (con ese megasandwich llamado francesinha a la cabeza); sus actividades culturales; los paseos en barca por el río o las bodegas que elaboran el famosísimo vino de Oporto y que se encuentran en la renovada zona de Vila Nova de Gaia. Quizás esta última, con el moderno complejo WOW Porto –repleto de museos y restaurante– al frente, sea uno de los factores que más ha transformado la postal de la ciudad. Situada al otro lado del río, a lo largo de sus estrechas callejuelas se distribuyen opciones de ocio más que interesantes. Es ahí donde se ubica uno de nuestros establecimientos preferidos para una escapada exprés: se llama The House of Sandeman y supone una curiosa combinación de hostel y hotel convencional (bueno, no tanto; tiene muchísima personalidad) que seduce a público de lo más heterogéneo. Porque quizás esa sea precisamente una de las grandes virtudes de la ciudad portuguesa, su capacidad de atraer a todo tipo de visitantes. Por ello, te recomendamos fervientemente que, si no la conoces, este otoño le hagas una visita. Y se ya has estado allí, te gustará redescubrirla, ya que Oporto es uno de esos enclaves en los que siempre hay algo nuevo que ver y disfrutar. Para hacerlo desde un lugar cómodo y apetecible, además de The House of Sandeman (el único de nuestro trío con vistas al Duero) te proponemos otros dos hoteles, muy céntricos ambos, que engloban conceptos diferentes tanto en su historia y decoración como en sus categoria y, por supuesto, precios. Eso sí, insistimos en que los tres que te describimos aquí son sin duda de nuestros favoritos. Y, pronto, también de los tuyos.

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The House of Sandeman (hostel)
D.R.

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The House of Sandeman. Hostel & suites

El concepto de este establecimiento situado en Vila Nova de Gaia, lugar que desde siempre ha acogido a las muy famosas bodegas de la ciudad, no es lo habitual. Para empezar, se trata de un modernísimo y acogedor hostel con habitaciones de distintas y múltiples capacidades. Pero también es un coqueto hotel con fantásticas estancias y vistas al río Duero. Huéspedes de uno y otro se mezclan en las salas comunes creando un ambientazo increíble lleno de gente joven, mochileros, turistas curiosos y amantes del vino. Esto último es importante, porque The House of Sandeman convive con las bodegas Sandeman, que fabrican uno de los mejores vinos de Oporto. Puedes catarlo por ti misma sacando los tickets para una visita guiada con clase magistral y cata incluidas. Pero, volviendo al concepto del alojamiento, si optas por el hostel porque viajas en un grupo más o menos grande, que sepas que las macroestancias, además de económicas, son amplias, limpísimas y con un curioso y moderno diseño que recuerda a las barricas donde reposa el vino. Estarás muy a gusto. Si prefieres ir a lo convencional y alojarte en las llamadas suites, eso ya es otro mundo: las habitaciones (ojo a las camas, que son comodísimas), tienen una decoración muy agradable y un punto musical gracias al tocadiscos presente en todas ellas –hay vinilos a tu disposición en la propia habitación, pero puedes consultar el catálogo en recepción para elegir la banda sonora que quieres pinchar–. El desayuno se convoca en la mesa común que hay junto a la Recepción y se convierte en una ocasión muy especial para confraternizar con otros huéspedes en el caso de que lo deseas. Además, la propiedad del hotel prepara varios detalles para sus huéspedes, empezando por el cóctel de bienvenida (Portotonic, elaborado como un gintonic pero con el vino blanco de Oporto sustituyendo a la ginebra), la hora del té, etc. Un lugar singular no solo para conocer la ciudad (a tiro de piedra atravesando el puente Luis I, cerquísima del hotel), sino para descubrir la zona de Vila Nova de Gaia y todo lo que ha cambiado en los últimos años, con las bodegas convertidas en repositorio de la historia de Oporto y ejemplo de modernidad y cambio consciente.

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Eurostars Das Artes (habitación)
D.R.

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Eurostars Das Artes

En los últimos años, Oporto se ha convertido, sin duda, en el place to be de Portugal. Y, obviamente, a medida que iba escalando puestos entre los destinos más deseados, también surgían hoteles para todos los públicos y necesidades (familias, solo adultos, congresos etc). Dentro de la enorme oferta, este de la cadena Eurostars es uno de esos que puede satisfacer por igual a distintos paladares. Situado en pleno centro de la ciudad (Rua do Rosario), irás caminando a cualquier parte ya que tienes al lado jardines, lugares de interés cultural, restaurantes, tiendas… En su exterior, la típica fachada de azulejos que tanto y tan bien representa a la ciudad; en el interior, habitaciones con balconada (en la planta superior), muebles de diseño moderno, mucho mármol  y un jardín que es perfecto para descansar entre paseos y excursiones. Otra cosa por la que es conocido (aparte de haberse convertido en un destino idóneo para reuniones y viajes de trabajo) es por su amor por el arte. Y es que este miembro aventajado de la cadena Eurostars suele completar su decoración con exposiciones temporales que captan la atención de lugareños y foráneos por igual. Te encantará.

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Infante Sagres
D.R.

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Hotel Infante Sagres

Este hotel (mejor hotelazo) es una de las joyas de Oporto. Situado en el centro histórico de la ciudad, podría equipararse con el Maria Cristina de San Sebastián, esa especie de lugar de peregrinación de celebrities y punto de reunión de la intelectualidad y la alta sociedad de la ciudad. Lógico, porque el otrora palacete que lo cimenta todavía conserva en su interior detalles de la maravilla que fue y sigue siendo: los artesonados, el ascensor, las escaleras, las obras de arte… Hasta la mínima filigrana destila lujo y preciosismo. Eres consciente en todo momento del privilegiado edificio en el que te encuentras, pero también te sientes como en casa, algo no tan fácil de conseguir. Quizás contribuya a ello el hecho de que solo dispone de 85 habitaciones, que en él trabaja una plantilla extremadamente amable (desde el primero hasta el último) o que alberga una pequeña aunque muy mona piscina –quizás la parte más moderna del hotel–, ideal para evadirse del bullicio de Oporto. Y eso que cerca se hallan sitios tan fotografiados como la Igreja do Carmo o la Torre de los Clérigos. En cuanto a las habitaciones en sí, son amplias, conservan antigüedades y dedican una especial atención a los textiles. En la parte baja encontrarás, además, el Vogue Café, que suele estar bastante concurrido y sirve unos estupendos desayunos. Ve apuntado dirección:  Praça D. Filipa de Lencastre 62.

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