Melanie Griffith es una actriz icónica y referente del cine de los 80 y 90, cuya elegancia y feminidad no solo nos dejó a todas enganchadas a la gran pantalla, sino que ha sido un modelo también en la vida real. A sus casi 70 años su piel continúa manteniéndose tersa, luminosa y fresca, desafiando por completo el paso del tiempo. Esto nos ha hecho preguntarnos, ¿cuál es su secreto?
Tal y como ha declarado en una entrevista a la revista People, la clave del éxito está en una rutina de belleza meticulosa, pero sobre todo, a la experiencia que la ha dado la madurez y los buenos consejos de su madre, la icónica actriz Tippi Hedren. Y es que la edad es solo un número, ya que Melanie luce más rejuvenecida y radiante que nunca.
La herencia de su madre
La constancia que ha cultivado Melanie Griffith en el cuidado de la piel no es algo fruto de la casualidad, y mucho menos con una madre como Tippi Hedren. Recordada por su elegancia clásica y su protagonismo en películas de Alfred Hitchcock como Los pájaros, desde pequeña le inculcó a su hija una filosofía de belleza basada en el uso de productos de calidad y el respeto por el cuerpo.
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"Mi madre siempre se cuidó de forma impecable. Así aprendí a cuidar mi piel", comentó Melanie. Y es que las madres siempre tienen razón. Lo más inteligente que podemos hacer es construir unos buenos hábitos de skincare desde que somos jóvenes, porque la belleza no se basa en ver resultados en tiempo récord, sino en poner la mirada a largo plazo.
Augustinus Bader: su marca fetiche
Como una actriz de Hollywood conocida mundialmente, tiene acceso a las mejores firmas y tratamientos del mundo, pero hay una que ha destacado por encima de todas ellas: Augustinus Bader. Es una maca de alta gama, eso sí, reconocida por sus fórmulas abaladas por la ciencia.
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En su caso, si se tuviera que quedar con un solo producto para el resto de su vida lo tiene claro:The Rich Cream, una crema facial nutritiva rica en ácidos grasos omega-6 y antioxidantes que ayudan a regenerar la piel y prevenir el daño celular. «Mi madre la usa. Mis hijas la usan. Es una crema multigeneracional y el mejor producto que he usado en mi vida», explicaba.
A esta le acompañan otros fichajes infalibles, con los que completa una rutina impecable que nos sirve como ejemplo.“Por la mañana uso The Face Oil, seguido de The Cream. Por la noche, vuelvo a aplicar The Face Oil junto con The Rich Cream. Ah, y adoro The Body Lotion para el día, y por la noche combino The Body Oil con The Body Cream. Mi piel se mantiene bien, y así sigue joven”, afirmaba Griffith.
Ingredientes infalibles en una rutina para piel madura
A medida que vamos cumpliendo años, hay algunos activos que ganan más peso en nuestro cuidado facial. Nuestra piel no se comporta igual cuando tenemos 20 que cuando alcanzamos los 60, ya que perdemos elasticidad, firmeza e hidratación, y se vuelve más fina y sensible. Para poder hacer frente a esta situación, hay algunos básicos que no pueden faltar en tu neceser. Entre los ingredientes más recomendados para esta etapa de la vida destacan:
- Retinol: es uno de los más populares y efectivos, ya que estimula la renovación celular y mejora la textura de la piel, suavizando arrugas y líneas de expresión.
- Vitamina C: es el mejor antioxidante que podemos utilizar (siempre por las mañanas) que ilumina, unifica el tono y estimula la producción de colágeno.
- Ácido hialurónico: para hacer frente a esa falta de hidratación, es un aliado que marca por completo la diferencia, nutriendo en profundidad y devolviendo volumen a las zonas más secas o marcadas.
- Ceramidas: nos ayudan a reforzar la barrera cutánea y previenen la pérdida de agua, fundamentales para mantener la piel protegida.
- Péptidos: cada vez son más habituales, los cuales nos ayudan a mejorar la firmeza y elasticidad, estimulando el colágeno y la elastina.
- Niacinamida: es un básico que nunca puede faltar, tengas la edad que tengas, el cual mejora la textura, reduce la inflamación y potencia la luminosidad.
El enfoque que le demos a nuestra rutina de skincare es lo que marca un antes y un después. No se trata de hacerlo por obligación y usar solo aquellos productos que estén en tendencia, sino que hay que ver qué es lo que nos funciona a cada una de nosotras. Cada piel es un mundo, y no hay nada mejor que conocerla y dedicarle tiempo y cariño.