La manicura francesa invertida en colores pastel es la que más nos gusta para la próxima temporada. Y te contamos las razones.

Para las que prefieren las uñas sencillas, impolutas y elegantes la manicura francesa se ha convertido en una especie de templo al que siempre volver. Las razones son simples, es esa manicura versátil que sienta bien tanto a uñas cortas como largas, hace que tus manos se vean despejadas y se pueden llevar tanto con looks formales como otros más arriesgados. Y quiénes la tachan de (demasiado) aburrida ignoran que en los últimos tiempos la manicura francesa se ha revitalizado con opciones que sustituyen el clásico color blanco por otros más vitales como los tonos flúor o por otras que apuestan por la técnica ombré.

Y, en este sentido, la aparición de la técnica de manicura conocida como 'francesa invertida' es otra opción a la que recurrir para ir cambiando el diseño de uñas, pero siempre en una misma línea sencilla y minimalista.

¿Qué es la manicura francesa invertida?

Si una manicura francesa normal se caracteriza por pintar las puntas de las uñas de blanco (mientras que el resto de la uña se pinta con un esmalte en nude que deja un aspecto natural) la manicura francesa invertida es justo al revés: la parte que va pintada en blanco es la media luna que suele asomar por la cutícula de modo que el resto de la uña se ve transparente (e impecable). Se puede pintar de blanco o con colores pastel, como propone Christina, manicurista de CLW NailArtist.

Una bueba idea para las que aman los diseños sencillos, pero con personalidad, incluso en las uñas. Y que, si nuestro radar de tendencias no nos falla, se convertirá en una de las manicuras más deseadas durante el próximo otoño.