Empecé a notar que cada vez había más cabello en mi almohada y con cada lavado, se me caía más que antes, lo que hizo saltar mis alarmas. Cuido mi melena con rituales de acondicionadores, mascarillas y mucho mimo para mantenerla sana, brillante y nutrida, pero aquello me hizo preguntarme si estaba siendo exagerada o si, de verdad, había llegado el momento de consultar a un experto. Y es que estarás de acuerdo conmigo en que cuando hablamos de pérdida de cabello, todas las precauciones son pocas.
Fue así como conocí a la doctora Julieta Pacheco Alemán, cirujana capilar y médico estético, especialista en injerto capilar y directora de Capilando. En consulta, la doctora Pacheco me advirtió: “No hay un champú que por arte de magia detenga la caída; lo que necesitamos es un diagnóstico preciso y un tratamiento a medida”. Según ella, “el cabello miniaturizado aún puede salvarse, pero el folículo muerto… ese ya no regresa”.
¿Por qué se me cae el cabello?
La doctora Pacheco destaca que “la alopecia androgenética es la más común, y se hereda; no es culpa tuya ni culpa de tu champú”. A esto se suman los desequilibrios hormonales como “el postparto o la menopausia, los cuales cambian totalmente el panorama capilar, y el estrés, del que advierte que “un susto fuerte, una operación o un cambio drástico de peso pueden desencadenar un efluvio telógeno que, afortunadamente, suele ser reversible”. También recalca la importancia de la nutrición: “Sin hierro, vitaminas B y proteínas, los folículos pierden fuerza y entran en un letargo del que cuesta salir”.
Señales de alarma
Una vez comprendidos los motivos que pueden causar caída del cabello, debía saber si tenía motivos para alarmarme. La doctora Pacheco me aclaró cuáles son las banderas rojas a las que debemos estar atentas:
- Caída en mechones: Cuando al peinarte notas grupos de pelos, esto no es un simple exceso de ‘pelos sueltos’.
- Raya y entradas más anchas: Cuando el cuero cabelludo se transparenta, o al recogerte el pelo la raya parece de dibujo animado, es momento de actuar.
- Picor o irritación persistente: Un cuero cabelludo inflamado nunca será un buen entorno para el cabello.
- Pelos finos y débiles: La miniaturización es el primer aviso de que el folículo está flaqueando.
“La caída diaria de unos 80-100 cabellos puede ser normal, pero cuando sentimos que la calidad o la cantidad de nuestro cabello está cambiando, debemos actuar”, advierte la experta.
Soluciones para la caída del cabello: ¿Cuál es la más adecuada?
Para cada problema existe una solución a medida, de ahí que sea tan importante consultar a un experto ante las primeras señales de que algo está cambiando.
Champús específicos
La doctora incide en que el champú por sí solo no es determinante para frenar la caída capilar. “Puedes usar el que más te guste, pero es recomendable que sea un champú neutro, sin sulfatos agresivos ni siliconas, para respetar el cuero cabelludo y no agravar el problema”. Advierte que mucha gente cree que cambiando de champú va a detener la caída y no es así. Un champú adecuado ayuda a mantener el entorno saludable, pero no va a frenar una caída real.
Tratamientos médicos
Son fundamentales cuando comenzamos a notar que el cabello pierde densidad o que la caída se activa. Con ellos, no solo frenamos la caída, sino que podemos recuperar cabellos miniaturizados (esos pelos finos y débiles que aún están vivos, pero en proceso de perderse).” Aquí es donde los tratamientos realmente marcan la diferencia y son el auténtico punto de inflexión. Si notas que el cabello empieza a perder fuerza o densidad, ahí es donde hay que actuar rápido. Insisto: estos tratamientos nos permiten no solo detener la caída, sino también recuperar el cabello que todavía no se ha perdido del todo”.
Injerto capilar
"Lo indicamos cuando el folículo piloso ya está completamente perdido y no existe posibilidad de regeneración”. En esas zonas donde ya no crece nada, el injerto es lo que nos permite reconstruir de manera definitiva la densidad capilar. Pero siempre debe ser la última opción, cuando no hay otra alternativa natural.
Concluye que la clave siempre está en un buen diagnóstico inicial. No todos los pacientes necesitan lo mismo y, en numerosas ocasiones, combinamos tratamientos para lograr el mejor resultado. “Cada cabello cuenta. Cuanto antes demos con la causa y el plano de acción, más posibilidades tenemos de conservar nuestra melena por derecho propio”.