Úrsula Corberó y su retrato favorito para InStyle

“Creo que he llevado el pelo de todo los colores. ¡Es muy fuerte!”, exclama Úrsula viendo ahora su primera foto para InStyle que, dicho sea de paso, ilustraba un tema de maquillaje exprés. “Hace tanto tiempo ya... Era la época de Física y Química y, durante muchos meses, este retrato se convirtió en mi favorito.”

“Ese fue el día que conocí a Baptiste [Lauron, director de moda de InStyle] y a Sofía [de la Cruz, estilista]. Estaba anonadada con las joyas boho que me pusieron”, recuerda Úrsula. “Fuimos  a un estudio en un edificio muy alto, de estilo industrial, en el centro de Madrid, y me lo pasé muy bien. La luz era divina y el catering, maravilloso. No sé por qué, pero los catering nunca se olvidan (risas).”

Fotos de Alicia Aguilera en Castelldefels. “Se generó un ambiente de trabajo muy divertido y muy bueno, la verdad”, asegura Úrsula. Recuerdo que nos recorrimos todo Castelldefels e hicimos un montón de fotos en la playa. Aquella era la época en la que, para dar autenticidad a los shootings playeros, estaba de moda poner arena por todo el cuerpo, cara incluida (sí, me hicieron una de esta guisa). Es curioso, porque no me acordaba de tener ese pelazo. Eran tiempos de mechas californianas, de neopreno mezclado con lentejuelas... Muy guay.”

Un registro diferente y un crop top del que se enamoró. “De hecho, me lo quedé. Es de Adolfo Domínguez”, cuenta. “Fue una de las primeras sesiones que hice con el fotógrafo Rubén Vega, que ese día estaba inspiradísimo. Ahora somos superamigos.”

“Otro reportaje que recuerdo como genial en todos los sentidos. Había dejado de fumar y ganado unos kilos, así que me veía un poco como un bollito”, dice Úrsula entre risas”. “Me ilusionó que me hicieran un smoking eye. El pelo, mojado, como marcaba la tendencia. De hecho, todas las fotos que he hecho con InStyle son muy representativas de las tendencias del momento.”

Recrear el verano en un estudio no fue fácil, pero lo conseguimos. “El juego de luces me pareció fantástico. Aunque lo que más recuerdo de esa sesión es que vino mi padre. Me había dejado las llaves de casa no sé dónde y él se acercó a traérmelas al estudio. Nunca había estado en un shooting y flipó mucho. Lo primero que me preguntó es que si no me daba vergüenza posar ante todo el mundo. Él, tan tímido…”

Ya con el look de La casa de papel –que, por cierto, está a punto de estrenar nueva temporada en Netflix–, nos la llevamos a Ibiza. “El viajazo de mi vida”, confiesa Úrsula. “Estuvimos en un hotel rural en medio del monte. Vino Chino (Darín, su pareja), comimos en un sitio espectacular, un mirador de la isla... El único problema fue el tiempo: unos días horribles excepto el que fotografiamos, que salió un poco el sol. Hubo risas, charlas filosóficas... Un viaje muy inspirador.”