Realizada en Los Ángeles por Carlijn Jacobs, la campaña encarna el espíritu glamuroso, seguro y atrevido de Jimmy Choo. Kendall se mete en el papel de la diosa moderna de Jimmy Choo, acaparando toda la atención con el telón de fondo de un entorno privado y decadente, con una mirada y una presencia poderosas, seductoras y seguras de sí mismas.