A pesar de que me considero una persona bastante exigente con los básicos de entretiempo que escoge, aún lo soy más con el accesorio que se convierte en mi mejor aliado durante los viajes (y también durante esos días interminables): los zapatos.
Y ojo, porque me gusta que sean cómodos –es más, ¿a quién no?–, pero como buena clásica, me niego a renunciar a la elegancia. Eso me ha llevado a sacarme un máster en las mejores hormas, colores, formas y alturas, con el objetivo de encontrar aquellos que tengan lo mejor de los dos mundos. ¿La buena noticia? Los he encontrado.
Zapatos cómodos y elegantes: en qué me tengo que fijar
- En la altura. Un zapato plano es, por ende, mucho más cómodo que uno que tenga tacón. Sin embargo, no tiene por qué ser un imprescindible. Hay muchos zapatos con tacón sensato que son más cómodos que una zapatilla. La clave está en que no sobrepasen los 9cm, que lleven cuña o tacón grueso y que no tengan demasiada inclinación.
- En cuanto a los colores. Aquellos de colores neutros suelen ser más elegantes. No son los únicos. Juega con colores pastel, con combinaciones sorprendentes o préstate a que tus zapatos sean ese toque de gracia juvenil que quite años de encima.
- Bailarinas y cangrejeras. Ambas son una alternativa a las sandalias de tacón que todas las clásicas y elegantes escogen para completar sus looks de día a día.
- Zapatos de piel. Da igual que sean sandalias, que mocasines, cangrejeras o bailarinas... Los materiales nobles siempre se prestan a dar una apariencia más cara. Son toda una inversión que SÍ merece la pena.
- Marrón como nuevo negro. Sin duda, es mi apuesta segura para mi calzado de verano. Es igual de combinable, pero añade un toque diferente a tus looks.
10 zapatos elegantes y cómodos en los que invertiré en primavera