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1. El ambiente y la luz

Este es el punto más importante: crear ambientes cálidos, agradables. Los daneses están obsesionados con la iluminación en general pero, si hay algo que se relacione con el hygge, son las velas. De hecho, como escribe Wiking en su libro, “cuando se les pregunta a los daneses qué es lo que más asocian al hygge, un apabullante 85% responde que las velas”. Los datos hablan por sí solos: el 28% de los daneses afirman encender velas cada día y el 23% entre 4 y 6 días a la semana. Para ellos, es uno de sus mejores mecanismos de relajación.

Esta obsesión pasa también por la iluminación eléctrica. ¿El secreto? “Varias lámparas bajas repartidas por la estancia crean una luz más hyggelig que una lámpara grande colgada del techo. La idea es crear pequeñas cuevas de luz por toda la habitación”, afirma Wiking.

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2. La presencia

“Apaga el móvil y vive el momento”, nos recomienda el autor. Disfruta del aquí y del ahora, de los que tienes a tu alrededor. Sentirás ese bienestar hygge cuando te acurruques junto a la persona que quieres en el sofá, sin más preocupaciones en la cabeza.

 

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3. Placeres

Somos lo que comemos. En el hygge consumir esos productos que nos hacen sentir bien es imprescindible y pecar, una norma obligada. Las bebidas calientes y los dulces (como la tarta o las clásicas pastas danesas) son un básico; pero también otros alimentos salados como el queso (seguro que conoces el mítico queso danés Arla, perfecto para esos momentos de ‘pecado’) o la carne (atención, porque los daneses consumen 48 kilos de este alimento al año) son propicios para disfrutar de los placeres gastronómicos en buena compañía. ¿Otro de sus principios? El ‘hazlo tú mismo’. Cocinar en solitario o con tus seres queridos es una actividad muy hygge.

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4. Igualdad

Es decir, “nosotros” por encima del “yo”. Una de las claves de sus relaciones sociales está en compartir tanto las tareas como el tiempo de disfrute.

 

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5. Gratitud

Disfrutar del momento (ya que justo este podría ser el mejor de todos) y agradecerlo te llenará de bienestar. Cada segundo es único.

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6. Armonía

La vida no es una competición, no hace falta que presumas de tus logros, todos estamos al mismo nivel. Cuando asumas esto y no tengas la necesidad de ‘estar por encima del de enfrente’, notarás esa sensación de tranquilidad, de bienestar.

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7. Comodidad

Ponte cómodo, es la mejor manera de desconectar y relajarse. Este es uno de los motivos por lo que la casa y la decoración es tan importante para los daneses, y es que el hogar es el centro de la vida en este país. Una casa hygge debe tener un hyggekrog (un rinconcito, ese lugar especial donde te gusta acurrucarte con un libro y una manta), una chimenea, mantas y cojines, velas, muebles de madera, libros…

Lo mismo sucede con la ropa, la prefieren cómoda e informal: superposición de capas, jerseys voluminosos, bufandas, calcetines gordos… En definitiva, mucha lana.

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8. Tregua

Disfrutar de los momentos relax sin agobios. Nada de conversaciones polémicas o estrés injustificado.

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9. Unión

La clave está en construir relaciones e historias con los que tenemos alrededor. Los daneses no son solo los más felices de Europa, también los que más se reúnen con amigos y familia: seguro que algo tiene que ver.

El secreto reside en el placer cotidiano de la buena compañía, pero también es algo químico según cuenta Wiking: “Cuando alguien te pone una mano en el hombro, te da un beso o te acaricia la mejilla, al instante te sientes tranquilo y feliz. Nuestros cuerpos funcionan así, es algo maravilloso. El tacto libera una neurona llamada oxitocina que nos hace sentir felices y reduce el estrés, el miedo y el dolor”. Y es que las relaciones sociales son una de los cimientos clave de la felicidad.

¿Otra clave? La creación de recuerdos y tradiciones junto a tus seres queridos.

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10. Refugio

Crear ese círculo en el que estás cómodo junto a tus seres queridos, junto a tu ‘tribu’. Vivir en un remanso de armonía y paz.

Según la Encuesta Social Europea, los daneses son los ciudadanos más felices de Europa. ¿Su secreto? Disfrutar de los pequeños detalles, de la plenitud de una vida más sencilla. En esto se centra la filosofía hyggen que, según el libro Hygge. La felicidad en las pequeñas cosas, de Meik Wiking (del instituto de Investigación sobre la Felicidad), se basa más en las experiencias, en los ambientes, que en las cosas en sí mismas.

Si bien es cierto que el término “hygge” no tiene una traducción literal, podríamos decir que significa “bienestar” o “lo que es bueno para el alma”. Consiste en disfrutar de aquellos momentos que normalmente pasan desapercibidos ante nuestros ojos ya que son de lo más sencillos.

En nuestra galería te resumimos en 10 puntos en qué consiste esta filosofía y te aconsejamos cómo aplicarla a tu día a día. Lee atenta, es mucho más sencillo de lo que crees.

Pero antes, te descubrimos 10 momentos muy hyggeligt que te harán comprenderla de un simple vistazo y que, como ves, son muy sencillos de poner en práctica en tu día a día.

  1. Una larga sobremesa junto a tu gente después de una deliciosa comida.
  2. Notar el olor a café recién hecho desde la cama o recién salido de la ducha.
  3. Hundir los pies en la arena mojada de la orilla del mar.
  4. Un atardecer en las montañas.
  5. Un aperitivo al sol.
  6. Volver a meterse en la cama después de desayunar.
  7. El roce de las sábanas recién lavadas.
  8. Un delicioso postre (¡pecar de vez en cuando es fuente de bienestar!)
  9. Un baño de espuma bien caliente.
  10. Plan de sofá, manta y peli. Y si es frente a una chimenea, mejor.