Imagina que tres amigos se sientan a hablar de cine una noche. Y uno de ellos (Matt Damon) cree tanto en la historia que no para hasta verla convertida en una de las películas más aclamadas de la década. ¿Cosas que solo pasan en Hollywood? Tal vez. Pero también prueba que las historias que más nos tocan a veces nacen en una conversación cualquiera, entre amigos que saben que el cine puede doler y sanar.
Universal Pictures España
Hay películas que no solo cuentan una historia: te transforman y te desarman. Luego están esas películas que hacen todo sin apenas levantar la voz, sin subrayados, o sin banda sonora dramática empujando la emoción. Con seis nominaciones a los premios Oscar, ‘Manchester frente al mar’ está dirigida por Kenneth Lonergan, y es una historia íntima y devastadora que ahora está en Netflix.
Puede que te suene, porque cuando se estrenó en 2016, el foco mediático de los Oscar estaba en el histórico error de ‘La La Land’ y ‘Moonlight’. Sin embargo, entre el caos de sobre cerrado y estatuilla cambiada, ‘Manchester frente al mar’ se llevó dos de los premios más importantes de la noche: Mejor Actor para Casey Affleck y Mejor Guion Original para Lonergan. Seis nominaciones en total. Un aplauso unánime de la crítica. Y una ovación emocional silenciosa que todavía se escucha en quien la ha visto.
Ahora que Netflix la ha recuperado para su catálogo, no hay excusas: es el momento perfecto para (re)descubrir esta joya del cine contemporáneo. Eso sí, prepara los pañuelos.
‘Manchester frente al mar’: de qué va
La historia de ‘Manchester frente al mar’ comienza cuando Lee Chandler (Casey Affleck) —un hombre taciturno, con expresión de derrota perpetua— recibe la noticia de que su hermano ha muerto. Nada más. Nada menos. Lee trabaja como conserje en Boston, reparando calderas, cargando cubos de basura, cruzando pasillos ajenos con los auriculares puestos. Hasta que tiene que volver a su pueblo natal: Manchester-by-the-Sea. Una localidad tan bella como estancada. Y ahí todo se enreda.
Lo que debería ser una visita breve para gestionar trámites se convierte en algo más: Lee descubre que su hermano ha decidido que él sea el tutor legal de su sobrino adolescente, Patrick (Lucas Hedges, nominado al Oscar por este papel). Y ese regreso forzado a su tierra —y a su pasado— lo obliga a enfrentarse a la tragedia que lo destruyó. Un incendio. Una pérdida irreparable. Un matrimonio roto con Randi (Michelle Williams). Y una culpa tan profunda que no cabe en palabras.
Lonergan no juzga a Lee. No le da frases grandilocuentes ni redenciones artificiales. Lo muestra tal y como es: un hombre que hace lo que puede con lo que le queda. Alguien que ha decidido que sobrevivir es lo más que puede ofrecer.
Casey Affleck y Michelle Williams: lección magistral de contención
Ver actuar a Casey Affleck en esta película es como ver a alguien respirar con dificultad durante dos horas. Su dolor es tan físico como emocional. Su manera de mirar al suelo. Su forma de caminar por una casa vacía. Su esfuerzo por no estallar, por no sentir demasiado. Es una interpretación de esas que no necesitan palabras: basta un gesto, un parpadeo más largo de lo normal, para entender que dentro de él hay un incendio que nunca se apagó del todo.
Michelle Williams, con un papel pequeño pero brutalmente eficaz, aparece como Randi, su exesposa. Y sí, tiene esa escena. Si ya la has visto, sabes a cuál me refiero. Si no, prepárate para una de las conversaciones más desgarradoras que se han escrito para el cine moderno. En ella hay amor, hay remordimiento, hay impotencia. Hay verdad. Y Williams la entrega sin ornamentos, solo con la voz quebrada y los ojos inundados de todo lo que fue... y ya no será.
Lucas Hedges, por su parte, es el contrapunto perfecto. Adolescente, impulsivo, confundido. Pero también resiliente. Esta película va de eso: de duelo, pero también de conexión. De cómo dos personas heridas pueden, poco a poco, encontrarse a medio camino de su dolor.
Todo surge de una conversación entre amigos
La idea original de ‘Manchester frente al mar’ nació durante una conversación entre John Krasinski y Matt Damon. Krasinski propuso una historia sobre un hombre que, tras una tragedia personal, debía volver a su pueblo natal y enfrentarse a su pasado. Damon, fascinado con el concepto, pensó de inmediato en Kenneth Lonergan como la persona perfecta para llevarla al cine. Fue Damon quien contactó con Lonergan, le presentó la idea y lo convenció para que la escribiera y dirigiera.
Inicialmente, Damon tenía intención de protagonizar y dirigir la película, pero debió abandonar esos planes por problemas de agenda. Aun así, siguió como productor y confió el papel protagonista a Casey Affleck, quien terminaría ganando el Oscar por su actuación. Así, lo que comenzó como una charla entre amigos se convirtió en una de las películas más aclamadas de la década.
Dicho esto, has de saber que Lonergan no escribe para conmoverte con trucos. No hay flashbacks gratuitos ni violines en crescendo. Su guion se apoya en lo cotidiano, en las pausas, y en el peso de los silencios. La historia avanza a través de pequeñas escenas que, juntas, construyen una sinfonía de emociones contenidas.
Universal Pictures España
Dónde verla
Ahora mismo está disponible en Netflix, lista para descubrirla (o redescubrirla) cuando quieras. Y aunque solo necesitas dos horas para verla, su efecto dura mucho más. Te acompaña y te remueve.