Si no eres muy amiga de las bases de maquillaje, por su amplia cobertura, seguramente te guste más el acabado de una crema con color. Estas que podemos encontrar en farmacia cumplen dos funciones en un solo gesto: hidratan la piel en profundidad, como una crema de farmacia, a la vez que ponen un punto de color que deja ese efecto que todas buscamos en nuestra piel.
Este producto no está fabricado para crear un efecto de cobertura total en el rostro, sino para generar un efecto de unificar el tono de la piel, aportar luminosidad y jugosidad.
Además muchas de ellas cuentan con factor de protección alto, en esos casos, estaríamos ahorrando un tercer paso, que es el SPF, ya que es obligatorio antes de salir de casa.
Cómo aplicar una crema con color
Este sería el último paso de nuestra rutina de cuidado. Aplicaríamos el resto de productos de manera habitual, es decir, el tónico, el sérum y el contorno de ojos, dejando unos segundo entre todos ellos para que la piel lo absorba y, después, pondríamos la crema con color, tratando de extenderla bien para que el tono quede uniforme.
Este producto ejerce de barrera sellando todos los productos que hemos aplicado anteriormente y haciendo que todos los beneficios de estos se multipliquen.
Aunque no es un producto que busque cobertura, podemos regular ligeramente el acabado dependiendo de si la aplicamos con brocha, con esponja o directamente con las manos.
Normalmente, cuando hablamos de este tipo de producto no existe tanta variedad de tonos que cuando se fabrican bases de maquillaje. Lo ideal es coger el tono más parecido.
Si dudas entre dos, apuesta por el más oscuro, pues esto se puede adaptar añadiendo una pequeña cantidad de crema hidratante sin color.
Actualmente en la farmacia podemos encontrar todo tipo de cremas con color, con diferentes activos, como ácido hialurónico o niacinamida y también con diferentes acabados, como mate o luminoso, para que podamos elegir el producto que mejor se adapta a nosotros.
10 cremas con color de farmacia, que hidratan e iluminan