Ivana Baquero
Juan Miguel Herrero

Cuando en 2007 Ivana Baquero recogió el Goya como actriz revelación por su trabajo en 'El laberinto del fauno' dirigida por Guillermo del Toro solo tenía 12 años y había participado en varias películas con algunos de los directores españoles más reconocidos (como Paco Plaza y Jaume Balagueró). 

No siempre los niños actores culminan con una exitosa trayectoria como intérpretes de adultos, pero en el caso de Ivana Baquero aquellos acercamientos al cine se convirtieron en una profesión que ya la ha llevado a cumplir el sueño de trabajar en EEUU y en producciones internacionales. Pero esto es solo el principio de la historia de una actriz española tan versátil que saltó de una serie de gladiadores romanos a uno de los true crime más mediáticos de nuestro país. 

Ivana Baquero
Juan Miguel Herrero

Este viernes 30 de mayo se ha estrenado en Netflix (y en cuestión de horas ocupará el top 10 de películas más vistas) 'La viuda negra' en la que Ivana Baquero interpreta a Maje. Una joven casada que orquesta el asesinato de su marido con uno de sus muchos amantes.

Durante semanas mintió a la policía y a toda su familia sobre lo sucedido. Las conversaciones telefónicas, mensajes y audios de este caso estremecieron a toda España, así como las muchas relaciones paralelas que mantenía y su poder para manipular a las personas. 

InStyle.es ha podido entrevistar a la protagonista, Ivana Baquero, que se ha enfrentado al gran reto de interpretar a Maje, la viuda de Patraix.

¿Cómo te llegó la oportunidad de interpretar a Maje?

Me llega a través de una prueba de un casting que hice además desde Nueva Zelanda y me volvieron a llamar para hacer ya una prueba más a fondo con directrices de Ramón Campos y de Carlos Sedes, el director. Después me dieron la maravillosa noticia de que me habían escogido para interpretar a Maje y, a partir de ahí, pues un proceso largo de ensayos porque en este caso contamos con varios meses hasta la fecha de inicio de rodaje para adentrarnos en ese mundo. 

¿Conocías el caso antes del casting?

No lo conocía, pero claro, yo hablaba con gente y con mi equipo también y todo el mundo lo conocía. Aunque creo que fue a favor en mi caso el no saber nada porque me pude informar por mi cuenta y pude dejar un poco de lado todo ese ruido externo y esa contaminación a veces para de alguna manera estudiar todo desde la lente del guión que teníamos y de la historia que nosotros queríamos contar.

La viuda negra
Netflix

Has tenido que interpretar a alguien que está viva y que todos tienen en su imaginario, ¿cómo querías Carlos y Ramón que abordases a Maje? 

Lo curioso del caso es entender el por qué y como actriz llegar a comprender las acciones de Maje de alguna manera para poder encarnarla y poder traer esta historia a la vida. Entonces tenía muchas preguntas que al final pues tampoco tienen respuestas, ¿sabes? Eso sí, fueron muchas charlas, muchas conversaciones. Ramón además hace un gran trabajo de investigación, entonces tenía muchas claves e información que me ayudó mucho. Carlos también sobre la historia que quería contar, entonces, me dejé guiar por ellos realmente que fueron los que me proporcionaron mucho material. Más allá ya de todo lo que existe, que es público. Todos los audios, los reportajes, documentales. Fue sobre meterme en esa piel a través de la mirada de ellos y de la historia que se quería contar. 

¿Qué filosofía tenías con respecto al personaje? ¿Imitar? ¿No hacerlo? ¿Qué teclas tocar con Maje?

Nos queríamos alejar un poco de ese término de imitar. Sí es verdad que, anecdóticamente, había una nota muy clara que era que queríamos atinar la voz lo máximo posible, sobre todo porque es una película muy sonora y al final sí que esos audios y llamadas pinchadas son muy reconocidos y lo más destacado de la historia. Entonces, queríamos atinar con la voz y la cadencia. Para eso conté con un coach, para hacer un trabajo más a fondo, pero sobre lo que es la persona como tal, la gesticulación y el parecido físico no queríamos calcarlo, queríamos simplemente captar una esencia y transmitir y captar de la forma más verídica posible todas esas caras que tiene Maje. Pero no intentamos hacer una imitación porque además, en este caso, tampoco teníamos suficiente material gráfico para conseguir una imitación exacta. 

Como dices, Maje plantea muchas preguntas. Tras interpretarla, ¿qué crees que la llevó a hacer lo que hizo? 

Yo creo que móviles hay varios, en este caso no hay una razón concreta, que es un poco lo que exploramos en la película, se suman ya no solo los factores ambientales, toda esa parte opresiva y religiosa de la familia y del entorno, de su educación… Y también la sensación de falta de libertad que ella sentía, ¿no? También hay una falta de recursos y herramientas para poder salir de ahí de la forma racional que es el divorcio. Por eso nos preguntamos siempre por qué no se divorció. Y luego confluyen también todos los temas de la personalidad. Maje tiene un perfil bastante narcisista, siempre busca ser la víctima, nunca quiere ser ella la villana en ninguna de las situaciones. Un claro ejemplo es que necesita buscar un autor material, ella no quiere en su mente formar parte del acto físico del asesinato porque no quiere enfrentarse a esa situación. Por eso es muy característico el hecho de que una vez ocurre, podemos escuchar en los audios que ella continúa su vida como si no hubiera pasado. 

La viuda negra
Netflix

Te has confesado fan de los true crime ¿cómo has vivido formar parte de uno?

Y de la mano de Ramón Campos y de Bambú que tiene un historial tan increíble de ya no solo de ficción true crime, también de documentales de ese estilo, pues para mí es una gozada. Además, hacía ya tiempo que no trabajaba en España, así que cuando me propusieron hacer este proyecto me apeteció muchísimo y fue como un gran cumplido que quisieran contar conmigo y confiar en mí para traer a la vida un proyecto como este. 

Y además con compañeros como Carmen Machi y Tristán Ulloa… ¿Cómo ha sido la química con ellos?

Pues increíble y tengo que decir que para mí una de las cosas más especiales de este proyecto, ha sido poder trabajar con Carmen y con Tristán porque realmente son unos grandes de la profesión y cuando trabajas con gente tan buena, con actores tan buenos, al final tú quieres estar a su altura para poder darles a ellos lo que necesitan para brillar. Entonces, al final tu trabajo también se eleva. Fueron muy generosos conmigo en esta ese sentido y ver a Tristán transformarse en su personaje para mí fue un aprendizaje. Fue curioso porque cuando le conocí al principio de los ensayos estaba como él mismo y conforme pasaba el tiempo, se iba transformando en Salva y le iban caracterizando porque un día venía con el pelo teñido, a la semana siguiente pues había cogido corpulencia... Fue brutal y todo ese trabajo al final te motiva. Y Carmen también es maravillosa, super cálida. 

Estabas en Nueva Zelanda cuando te llegó 'La viuda negra', ¿en qué momento profesional te encuentras con ese punto internacional? 

Sí, estaba rodando otro proyecto que es el spin-off de Spartacus, esta serie tan mítica que hicieron hace ya bastante tiempo. Creo que mi carrera siempre ha tenido un poco un halo internacional. Como fui a la escuela americana desde tan pequeñita, siempre tenía las vistas a lo internacional y sinceramente a Estados Unidos, pero ya no ya no solo por la interpretación -que vino más adelante-, si no que por la propia educación que tuve yo siempre quise estudiar o irme ahí para para continuar ese camino que iniciado. Ahora me encuentro en un momento muy bueno en todos los sentidos con este proyecto aquí en España de nuevo feliz y con ganas de ver la reacción y de disfrutar del momento. Después estrenaré esa otra serie en breves meses.

¿Y estás ahora trabajando en algo que puedas contarme? 

Nada que pueda contar (se ríe). Tengo un rodaje en breve, pero ahora lo más destacable es 'La viuda negra' y esta serie que se verá en otoño. 

La viuda negra
Netflix

Hablamos de internacional, pero que 'La viuda negra' esté en Netflix, aunque se haga en España, la hace un proyecto 100% internacional. 

Hay una visibilidad y una oportunidad de que los proyectos se vean internacionalmente y de que ,además tengan un éxito brutal, porque igual pasó con 'El caso Asunta', que incluso en países anglosajones, estuvo en el top 10 durante mucho tiempo. Evidentemente es un aliciente y también, de alguna manera, como un honor, ¿no? Poder tener esa esa visibilidad internacional y que tu proyecto, independientemente del idioma en el que esté rodado, cruce fronteras de esa forma. Como actor cuando te embarcas en un proyecto tampoco te planteas mucho qué tipo de visibilidad va a tener, porque cuando pisas el set y estás trabajando con tus compañeros y con el equipo artístico es igual en una producción independiente o una mega producción que vaya a estar en plataformas globales. En ese sentido, no cambia el trabajo.

¿Cambia la vida cuando una gana un Goya? 

En mi caso fue un salto profesional muy importante, pero yo no diría que me cambió la vida, sí que me cambió la trayectoria. Hay un antes y un después, pero porque mi caso es muy particular: tenía 12 años y no sé si hubiera continuado siendo actriz si no hubiera ganado el Goya, pero más que nada por lo pequeña que era. Todavía me quedaba mucho por explorar y no tenía claro lo que quería hacer. Al ganar el Goya y sentir ese reconocimiento de mis compañeros de industria supe que lo que estaba haciendo gustaba y que estaba en el buen camino. También empezaron a llegar oportunidades interesantes. Me marcó tanto que continúe ese camino de ser actriz, pero la vida como tal no puedo decir que me cambiara porque al día siguiente yo iba al colegio. Con lo cual, continué con una infancia y una adolescencia muy normal. 

¿Es posible realmente tener una infancia normal haciendo series y películas? 

Yo achaco todo el mérito a mis padres, sin duda alguna, y porque conozco historias de otros niños actores y no todos hacen esa transición de continuar de adultos. Mis padres siempre tuvieron con los pies en la tierra, priorizaron la escuela y me protegieron muchísimo, era un mundo de adultos al final. También es curioso que fueron muy selectivos con el trabajo que hacía, porque me llegaban muchas ofertas y mucho volumen de trabajo. 

Ivana Baquero
Juan Miguel Herrero

Supongo que de esto te darías cuenta ya como adulta… 

Claro. Como toda nuestra vida con los padres, al final te vas haciendo mayor y te vas dando cuenta de todo el sacrificio y empatizas cada vez más con ellos. Me ha pasado también a nivel profesional y he podido ver todo el sacrificio que hicieron para que yo pudiera trabajar desde tan pequeñita, acompañándome a rodajes por todos lados del mundo. Les doy las gracias a ellos por eso. Es cierto que mi infancia, más allá de cuando de repente me iba a rodar unos meses fuera, tampoco fue muy diferente a la de mis compañeros.
Sí es verdad que estás tienes que madurar un poco más, quizás estás forzada a vivir situaciones fuera de lo común porque estás trabajando, estás rodeada de adultos, estás viajando, estás más expuesta culturalmente a otras a otras cosas, a gente… Si me comparo con mis primos, por ejemplo, fue una infancia bastante paralela. 

Aunque tienes claro que quieres ser actriz, estás estudiando Derecho.

Sí, no he terminado todavía, voy cogiendo créditos cuando tengo tiempo y cuando el volumen de trabajo me lo permite. Me encantan las letras y en esta profesión hay mucha memorización como en el Derecho. Es un tema que me interesa, vengo también de una familia de juristas y siempre me ha parecido muy interesante y de aplicación en la vida cotidiana. Creo que es todo más a nivel didáctico que otra cosa, no me veo ejerciendo, pero quién sabe a lo mejor de repente un día es necesario. 

La viuda negra
Netflix

Me hablas de esos momentos libres, ¿cómo has gestionado los parones tan típicos de este trabajo?  

Sí que los hay. Yo he vivido parones también largos y momentos como el post COVID cuando todo estaba parado. En general, esta profesión es inestable, un día tienes muchas cosas y otro ves que no hay nada en el horizonte. Hay que entender que es como un maratón, va por épocas, y vivir mucho en el presente. Si es lo que más te gusta, las oportunidades irán llegando y cuando lo hacen pues las disfrutas al máximo. Es un proceso y sigo aprendiendo.

Y si no van llegando, ¿serás como muchas compañeras de crear tú tus propias historias como directora o productora? 

La verdad es que me llama la atención, pero no me lo he planteado todavía porque me intimida mucho ponerme detrás de la cámara. Se necesita un conocimiento tremendo para ser, por ejemplo, directora y yo todavía me veo que estoy absorbiendo y aprendiendo. Y también la idea de producir un proyecto desde cero y sacarlo adelante que es un milagro, todo eso es algo que me parece muy interesante. No lo descarto, pero todavía no. 

¿Todavía te faltan muchos personajes?

Claro. Me apetecería muchísimo un thriller de espías, algo así o algún tema policíaco o incluso de repente hacer de una reina de España o algo de época que me encanta. Hay tipos de roles que me gustaría interpretar, te van llegando cosas, tú vas viendo lo que lo que más te apetece… Pero es difícil poder ser tan tan selectiva, así que me conformo con personajes que me que me enseñen algo y con equipos con los que me apetezca muchísimo trabajar, que además es que justamente todo eso me ocurrió en este proyecto de 'La viuda negra'. 

Entonces, nos queda mucha Ivana por ver, ¿no? 

Ojalá.

*'La viuda negra' es una película de Netflix producida por Bambú Producciones, dirigida por Carlos Sedes y escrita por el mismo equipo de guionistas de 'El caso Asunta'. Está basada en la historia del caso conocido como la "viuda negra de Patraix" sucedido en agosto de 2017*