Es sabido por todos que la alimentación tiene un gran impacto en la salud y en la apariencia de la piel. Los alimentos que incorporamos a la dieta y sus propiedades repercuten directamente en cómo nos sentimos y cómo nos vemos.

Y si hablamos de propiedades, no podemos pasar por alto un grupo alimenticio como las frutas. El aguacate, el plátano o la naranja son viejos conocidos de la dieta mediterránea, pero hay otras como las grosellas negras, sobre la que vale la pena informarse, por su gran número de propiedades avaladas por estudios como el publicado recientemente en el 'Journal of Nutritional Science'.

También hay que tener en cuenta que en cada etapa de la vida, la alimentación se debe adaptar a las necesidades de cada persona. Y por ejemplo en la menopausia, cuando el nivel de estrógenos decae y empezamos a oír palabras como osteopeorosis, sofocos y aumento de peso, la dieta se convierte en clave para mantener todo esto a raya.

En este sentido la grosella negra se puede convertir en una gran aliada por sus propiedades. Según explica la revista Saber Vivir esta es una fuente rica en nutrientes esenciales que ayuda a equilibrar las hormonas en esta etapa de la vida.

Grosella negra, la fruta que tiene más vitamina C que las naranjas

Para empezar, esta fruta es una gran desconocida, ya que su sabor, un poco ácido, no encaja con las preferencias por sabores más dulces y suaves que tenemos en España. Sabiendo esto, igual es más fácil entender el desconocimiento sobre la gran cantidad de vitamina C que contienen.

De hecho, son más ricas en este componente que las famosas naranjas y las mandarinas. Las grosellas contienen 41 miligramos de vitamina C por 100 gramos de alimento, mientras que las mandarinas aportan solo 27 miligramos.

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La vitamina C contribuye de forma muy importante en cómo sobrellevamos la menopausia ya que es fundamental para fortalecer el sistema inmológico y también combate el estrés oxidativo. Este está muy ligado a los síntomas de la menopausia, por lo que un consumo regular de esta fruta puede reducirlo.

Por otro lado, seguro que no has parado de escuchar esta vitamina en anuncios de cosmética. Y es que a sus beneficios para el sistema inmunológico se le añade su función clave en la formación de colágeno, el elemento que aporta firmeza al rostro. Este componente se encuentra naturalmente en el cuerpo, pero a partir de los 25 años sus niveles decaen y hay que complementarlos de forma externa. 

Grosellas negras para equilibrar las hormonas

Otro beneficio muy importante para las mujeres que están atravesando la menopausia es que esta fruta ayuda a equilibrar las hormonas. Esto se debe a su alto contenido en fitoestrógenos, un compuesto que tiene una función similar a los estrógenos en el cuerpo y los pueden sustituir, solo que estos son de origen vegetal. 

Estos pueden ayudar a mantener el equilibrio hormona que a veces falta en esta etapa y por tanto apaciguar los síntomas más desagradables como la sequedad vaginal y los sofocos. 

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A este componente se le añade también el equol. Este es un componente que se encuentra en la flora intestinal y lo producen bacterias como la Clostridium y la Leptum. Gracias al equol el organismo puede metabolizar las isoflavonas, uno de los mencionados fitoestrógenos más poderosos. Este se puede obtener de alimentos como la soja. 

Por otro lado, el estudios que mencionábamos al principio del artículo, constata que las grosellas negras son ricas en antocianinas. Estas tienen una función antioxidante y protegen las células contra el daño provocado por los radicales libres. Esta propiedad repercute sobre todo en la piel. De forma que los signos del envejecimiento como la flacidez se hacen menos visibles.

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