"Me inspiré en la vida real. En esas amas de casa de los suburbios de Nueva Jersey que tenían dinero, pero un gusto no demasiado refinado.” Juliet Polcsa, diseñadora de vestuario de Los Sopranorecuerda así a esta revista los referentes estéticos que la ayudaron a idear los looks icónicos de personajes como Carmela Soprano o Adriana La Cerva. Cuando se cumplen 25 años del estreno de la serie de HBO, los abrigos de pelo, el estampado de leopardo y el pelo cardado que popularizaron aquellas mujeres en la ficción vuelven a convertirse en inspiración para las nuevas generaciones.

Pero, más allá del streaming, el regreso de lo que se ha bautizado como estética Mob Wife (literalmente ‘esposa de la mafia’) nació en TikTok y ya ha encontrado su eco en los estilismos de celebrities como Dua Lipa, Hailey Bieber, Jennifer Lopez o Úrsula Corberó. “Las mujeres de Los Soprano eran fuertes y sexys. ¿Quién no querría emular eso?”, reflexiona Polcsa.

Después de muchos meses en los que el lujo silencioso y la clean girl aesthetic marcaron la pauta provocando que los diseños clásicos y minimalistas se convirtieran en tendencia global, las redes sociales reclaman una vuelta a los excesos de la moda de los ochenta y la estela que dejó en las décadas siguientes.

Así, los tutoriales que enseñaban cómo hacerse un moño pulido con raya al medio viraron hacia la grandilocuencia de las manicuras rojas de uñas largas, los peinados con mucho volumen y, por supuesto, la loable tarea de mezclar en un mismo look abrigo de pelo, vestido de leopardo, taconazos y relucientes joyones. Adiós, Carolyn Bessette Kennedy; hola, Connie Corleone.

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El giro de timón en el caprichoso universo de las tendencias fue impulsado en TikTok por creadoras de contenido como Sarah Arcuri, autoproclamada CEO de la estética Mob Wife. El vídeo en el que declaraba que la apuesta por la belleza natural de la clean girl había pasado a mejor vida y sería reemplazada por los excesos propios de la ‘esposa de un mafioso’ no tardó en alcanzar estatus de viral. El algoritmo de la red social detectó su potencial y el contenido destinado a copiarle el look a Sharon Stone en Casino, Edie Falco en Los Soprano o, más recientemente, Jennifer Lawrence en La gran estafa americana, empezó a multiplicarse a la misma velocidad con la que diseñadores y grandes marcas enfocaban sus colecciones hacia la nueva estética.

“En todos mis looks me gusta añadir un toque de glamour sumando una chaqueta de piel sintética a un conjunto deportivo o llevando joyas y gafas de sol llamativas cuando me pongo jeans y camiseta. Pero, más allá de lo que vistes, lo más importante es la confianza y la actitud”, explica a InStyle la madre de esta revolución estética. Y continúa: “Si te fijas en las ‘mujeres de la mafia’, como Victoria Gotti, Carmela Soprano o Karen Hill, todas encarnan una confianza inquebrantable, no solo en quiénes son sino también en cómo se visten”.

Para la periodista de moda Frances Solá-Santiago, una de las primeras en dedicar un reportaje a la revolución Mob Wife en el medio estadounidense Refinery29, la rápida aceptación de la tendencia se explica por el hastío que suponía en muchos la elegancia entendida como ‘menos es más’. “La moda funciona como un péndulo y el Mob Wife impulsa el regreso del maximalismo”, explica.

Así, y teniendo en cuenta que la nostalgia marca la pauta y que vuelve a llevarse lo que se vestía en los setenta, los ochenta o los noventa, décadas en las que surge la gran parte de la narrativa en torno a las familias mafiosas neoyorquinas con la trilogía El Padrino como uno de los mejores exponentes, la periodista concluye que “el Mob Wife no es una tendencia que surgiera de la noche a la mañana, sino un efecto más de otros fenómenos culturales”.

Cintia Makeuupp, creadora de contenido de belleza cuyo vídeo sobre el maquillaje Mob Wife supera los dos millones de reproducciones en TikTok, asegura que el hecho de que influencers como ella expliquen el paso a paso para recrear esos looks ayuda mucho a que la tendencia salte del mundo virtual al real. “En el caso de la belleza, creo que ha llamado tanto la atención por el cambio drástico de pieles naturales a maquillajes mucho más cargados y mate”, afirma.

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Solo hay que echar un vistazo a lo que viene esta primavera/verano 2024 y el próximo otoño/invierno 2024-2025 para corroborar que lo que pasa en TikTok no se queda en la plataforma, sino que encuentra su eco en diseñadores encantados de servir en bandeja aquello que tiene papeletas para ser un éxito comercial.

El vestido rojo combinado con melena cardada de Kendall Jenner en el desfile de Schiaparelli es puro Mob Wife. También las gabardinas de leopardo de Dolce & Gabbana o los abrigos de pelo cubriendo un único body de Alaïa, por poner un par de ejemplos. Según Suzi Gardner, analista senior de la consultora Euromonitor, y a tenor de los guiños de Gucci, Ferragamo o Miu Miu a esta estética en sus colecciones para el próximo invierno, queda claro que tendremos Mob Wife para rato.

“La influencia de TikTok en el ciclo de tendencias no puede ser ignorada y tiene un impacto directo en las ventas”, cuenta Gardner. Y pone un ejemplo: “Muchas marcas están centrando sus acciones de marketing en alinearse con esta estética. Es el caso de la escandinava Ganni, que siempre ha incluido el estampado de leopardo en sus colecciones, pero que ahora publica mucho más contenido protagonizado por este print”. 

La ocurrencia de vestirse como la esposa de un mafioso, sin embargo, no está exenta de controversia. Algunas voces la han tachado de glamourizar una organización criminal e incluso mujeres que conocen de cerca la mafia han salido al paso recordando una vida aterradora que poco o nada tiene que ver con los joyas cegadoras y las pieles exuberantes.

Creo que esto es una tendencia de moda, en todos los sentidos, y no tiene nada que ver con el crimen organizadoMob Wife es la forma en que las redes sociales encapsulan esta estética en una expresión, pero se trata del resurgir del glamour de los ochenta. Nada más”, zanja al respecto la pionera de esta corriente.

La periodista Solá-Santiago concuerda: “Recibe este nombre porque está basada en la estética de personajes que literalmente tenían este rol, pero no creo que el propósito sea glorificar a la mafia. La moda en muchas de las películas y series que existen sobre este tema siempre ha sido idolatrada, y esto es solo una manifestación más de eso”.

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La sostenibilidad también ha salido a relucir. De hecho, la Mob Wife viste muchas prendas de piel que, ya sean de origen animal o sintético, generan prácticamente la misma preocupación medioambiental. Sin embargo, para la analista de Euromonitor, el fervor por esta estética juega a favor del mercado de la segunda mano.

“Encontramos muchas piezas vintage, lo que permite a los consumidores sumarse a la tendencia de una forma más sostenible.” Solo hay que echar un vistazo a las colecciones de Dior o Alaïa de principios de los 90, al Givenchy de finales de la década o al Saint Laurent y al Versace de comienzos de los 2000 para corroborar que la tendencia tiene más de viejo que de novedoso. 

Sea como fuere, la Mob Wife habla de un sentir general que trasciende las prendas, estampados o peinados propios de esta corriente. Después de que la pandemia encumbrarse al chándal como ‘uniforme’ y de que los años posteriores quedaran inundados por el minimalismo, por fin la moda cumple su propósito más lúdico: proporcionar alegría y sensaciones positivas.

La denominada CEO del Mob Wife lo explica muy bien: “La gente se está divirtiendo con los grandes abrigos de piel, el maquillaje audaz, el cabello voluminoso y la seguridad que proporcionan. Puede que nos acabemos cansando de la etiqueta y tengamos que idear otro nombre para designarla, pero ha llegado para quedarse”