Las que tienen menos azúcar, las que se consumen acompañadas de refrescos menos azucarados, las blancas en detrimento de las oscuras. Quizá eso sería lo que respondieras si te preguntaran ¿qué bebidas son más digestivas? Es probable que seas de los que piensan que hay bebidas más sanas que otras y que una copa después de una comilona "hace que la comida baje" y facilita la digestión. Algunas de estas cosas no andan del todo descaminadas pero, en general, a todos nos falta información.

Hemos recurrido al consejo del dietista- nutricionista Antonio Andújar para saber qué bebidas son más digestivas, qué son los congéneres, por qué el alcohol nos sienta peor a medida que vamos cumpliendo años, si es mejor un whisky o una ginebra y otras muchas cosas que es probable que te interesen dadas las fechas del año en las que nos encontramos. Respondemos cuestiones que nunca nos habíamos planteado. 

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Bebidas alcohólicas digestivas
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No es tanto la graduación como los congéneres

¿Has oído hablar de los congéneres? En palabras de Antonio Andújar son componentes biológicamente activos que contienen las bebidas. Son químicos naturales que irritan los vasos sanguíneos y el tejido cerebral y que pueden empeorar la resaca, entre otras cosas. Cuando pensamos en las bebidas alcohólicas pensamos en su graduación, es decir, en la cantidad de etanol que tienen. Sin embargo, no reparamos en que hay sustancias que derivan de las fermentaciones que también pueden ser perjudiciales. Los congéneres son una de ellas. A continuación veremos qué bebidas tienen más congéneres y cuáles tienen menos. 

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¿Mejor las bebidas claras o las oscuras?

Tal y como nos ha explicado el nutricionista las bebidas oscuras tienen más congéneres. Son más aromáticas y como consecuencia resultan menos digestivas y producen más resaca. "Con el proceso de la destilación de las bebidas, lo que se hace es que esos congéneres se van eliminando. Un whisky tendría muchos congéneres pero si nos vamos al otro extremo tendríamos un vodka con menos congéneres y tiene menos efectos sobre la resaca", explica. 

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¿Un digestivo después de las comidas?

Cuando el río suena agua, lleva. Que digamos que el alcohol después de las comidas es digestivo tiene en parte su explicación. Andújar nos cuenta que esto se debe a que el etanol es vasodilatador y favorece el riego sanguíneo. En consecuencia, surge la creencia popular de que la digestión es más rápida cuando tomamos alcohol después de las comidas. Sin embargo, por otro lado sucede que el alcohol es un tóxico que cuando llega al estómago irrita la mucosa, pues el ácido clorhídrico aumenta. Así, el vaciado gástrico se enlentece. Al mismo tiempo sufren el hígado y el riñón.

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¿Hay bebidas más sanas?

"Hay bebidas que son mejores que otras pero hay que quedarse siempre con el mensaje de que son menos malas, nunca buenas", dice el experto. Andújar nos dice que se justifica de alguna manera el consumo de vino tinto, por ejemplo, por la presencia en él de polifenoles, potentes antioxidantes. Pero nos recuerda que estos están asimismo presentes en otros alimentos y que no es necesario beber vino para aportárselos al organismo. 

"Todas las bebidas alcohólicas dificultan la digestión pero dependiendo de la graduación que tengan, es decir, del etanol que contengan, son más o menos malas", nos dice. "Pero siempre hay que tener en cuenta que no son digestivas por mucho que se diga",  recalca. 

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¿Por qué nos sienta peor el alcohol con el paso de los años?

"Cuando bebemos alcohol aumentan los triglicéridos", nos dice el nutricionista en primera instancia. "Por eso a todos nos sienta peor el alcohol en una edad más tardía", apuntala. "Normalmente de jóvenes nuestro cuerpo lo aguanta todo pero como consecuencia de ese consumo mantenido en el tiempo, perdemos líquidos, el organismo se deteriora y el alcohol nos va sentando cada vez peor", explica. "Es un tóxico para todos los tejidos del cuerpo humano pero esta socialmente muy aceptado y parece que no pasa nada por consumirlo", nos comenta.

Consumir alcohol con moderación y en ocasiones puntuales como son las fiestas de Navidad no tiene por qué ser malo. Lo importante es beber disfrutando y saborear sorbo a sorbo de manera excepcional. Hidratarnos bien, tratar de llevar una alimentación sana y equilibrada los días no festivos, descansar y practicar ejercicio físico es también fundamental. Como se suele decir, "una vez al año, no hace daño".