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1. Comer en los escalones del Met no tiene demasiado glamur

Las chicas de Gossip Girl nos hacen creer que almorzar en los escalones del Museo Metropolitano de Arte parezca la opción de comedor al aire libre más glamurosa de Manhattan. Sin embargo, en la vida real, Blair ni siquiera caminaría cerca del Met, excepto, tal vez, para asistir a la Met Gala. Pero lo cierto es que las escaleras de cualquier museo de Nueva York están plagadas de turistas y comer en ellas no esolo antihigiénico sino que además supone comer en medio de un aluvión de gente constante. No es nada exclusivo ni glamuroso. Nos pedirán indicaciones sin descanso y seguramente mil palomas vengan mientras comemos a molestarnos.

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2. La visión que Gossip Girl nos ofrece de la NYU es ridículamente ficticia

Cuando el sueño de Blair de asistir a Yale se desmorona y la única opción que le queda es la de ingresar en NYU, la serie nos lleva a pensar que prácticamente la han desterrado a Corea del Norte. Sin embargo la realidad es bien distinta. Resulta que NYU es una de las escuelas privadas más caras de los Estados Unidos y acoge a los estudiantes más elitistas de Manhattan. 

 

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3. El Upper East Side no es Young-friendly ni el lugar en el que se asientan las familias más poderosas

El Upper East Side alberga edificios preciosos y caras boutiques, pero con esto acaba su encanto en términos monetarios. Además, algunas partes del Upper East Side son bastante asequibles para estar en Manhattan. Por otro lado, esta zona no es especialmente atractiva para los jóvenes, es más tampoco hay mucho que hacer. De hecho, si los personajes de Gossip Girl hubieran existido realmente no buscarían la fiesta en Manhattan donde en la  noche el único reducto de fiesta se recoge en los bajos de la calle 14.

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4. ¡Los Humphreys no son pobres!

A juzgar por las propiedades que existen en el área en la que supuestamente habitan los Humphrey, el loft de tres habitaciones que tiene la familia (que en realidad está ubicado en DUMBO-455 Water St.) probablemente se vendería por alrededor de dos millones de dólares.

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5. El dinero no elimina la necesidad de identificación

Los protagonistas de Gossip Girl iban a bares y pubs aún llevando sus uniformes de colegio y nunca les pidieron el carné de identidad. Se entiende que su estatus los protege de la ley  los exime de estas cosas. Sin embargo nada funciona de esta forma. Es cierto que algunos bares son poco estrictos a la hora de pedir a un cliente su identidad, sobre todo si son gente VIP pero esto no se constituye ni mucho menos en ley universal de Nueva York. Los bares en los que los adolescentes pueden entrar porque sí no son tan elegantes. 

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6. Moverse en 'limo' no es lo más acertado

Los protagonistas de Gossip Girl se trasladan de un lado a otro en limusinas cuando esta es la forma de transporte más lenta para llegar a cualquier lugar de la ciudad de Nueva York. Sin embargo, casi nunca se quejan ni llaman la atención a los conductores por no llegar a tiempo. El servicio de transportes de Manhattan junto con su flujo de tráfico natural hace que llegues tarde una media de entre 10 y 25 minutos a cualquier sitio. Por eso es difícil de creer que los chicos de Gossip Girl viajen sin atascos bajo el sol todo el rato.

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7. Las discotecas no siempre están vacías. De hecho, nunca lo están.

Casi todas las escenas de Gossip Girl que tienen lugar en bares nocturnos cuentan con un servicio de bar rapidísimo porque ¡suelen estar vacías! En realidad cualquiera de los sitios que estos chicos pudieran considerar apto para una noche de fiesta en Manhattan estaría plagado de gente y las conversaciones en tono normal no tendrían prácticamente cabida. Por supuesto, las esperas en barra serían largas y los cócteles muy caros. 

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8. Nueva York es cosmopolita

A pesar de la reputación conocida de la ciudad como un crisol cultural y étnico, el 95% de los muchos, muchos personajes de que aparecen en Gossip Girl a lo largo de las temporadas son blancos. 

Todas vimos Gossip Girl cómodas desde la cama y soñamos con que llegase el día en que pudiéramos ponernos las diademas con diamntes de Henri Bendel y deleitarnos con copas de Veuve Clicquot y macarons franceses en cientos de brunch de inspiración parisina a los que, por supuesto, nos invitarían.

Sin embargo, la realidad de Nueva York es muy distinta. La vida en la ciudad poco tiene que ver con la que aparece reflejada en la serie Gossip Girl y las diademas... hacen daño. Por si fuera poco, los macarons franceses cuestan cuatro dólares la unidad.

Sobre decir que, como serie que aspira a hacer que nos evadamos de la realidad, Gossip Girl es una apuesta perfecta. Oscurece nuestro día a día y nos traslada a otra dimensión. Hoy cumple nada más y nada menos que 10 años y hemos aprovechado la ocasión para desvelarte algunos de los mitos que vimos en la pantalla. ¿Cuál de todos los que te hemos confesado te ha llamado más la atención?