Si pasas una media de cinco minutos en TikTok diarios (viendo videos de perritos, actuaciones musicales, momentazos de programas, bailes con temazos rompedores o consejos para un pelo bonito, brillante y con las puntas selladas como este) estoy al 100% (casi) segura de que te has encontrado con algún vídeo que sopesa el efecto del filtro Bold Glamour.

Y no te creas que la cosa cambia mucho con respecto a todos los demás. Es decir, es un filtro como cualquier otro. Sin embargo, este acrecienta la responsabilidad de ser el filtro de la cara perfecta. A diferencia de otros que retocan la luz, te maquillan las pestañas o distorsionan algunos granitos subiendo el ruido de la foto, este te cambia la cara. 

¿Qué hace el filtro Bold Glamour?

Pareces otra persona. Bichectomía, efecto lifting, afinamiento, pómulos, rinoplastia y, por si fuera poco, encima te maquilla a la perfección.

A esta clase de filtros, en una primera instancia, no se le dan mucha importancia. Como este, hay miles. Sin embargo, el principal problema surge cuando miles de personas con afecciones cutáneas como acné, psoriasis o rosácea lo utilizan para perfeccionar su piel, sintiéndose orgullosos y viralizando ese contenido como una herramienta para ocultar imperfecciones. 

Esto ha dividido al mundo entero en dos. Los que están orgullosos y lo usan a diario, y para todo; y aquellas personas que han decidido apostar por el STOP Bold Glamour, tratando de concienciar sobre el problema que puede acarrerar en una persona esta dependencia hacia herramientas de una Inteligencia Artificial que moldea tu rostro. 

 

Los filtros de las redes sociales: la inseguridad del siglo XXI

Cuando las redes sociales desarrollaron los primeros filtros todo el mundo sucumbió a ellos. Eran poco realistas, extravagantes y, en su gran mayoría, creativos. Sin embargo, el tiempo y la experiencia ha provocado que cada vez sean más certeros, invisibles y perfeccionadores. 

Lo cual está muy bien cuando quieres probar un color de labios y no estás segura de que vaya a quedarte bien. El problema empieza cuando no eres capaz de hacerte una foto sin él, o lo que es más fuerte, cuando no eres capaz de verte sin él. "La exposición constante a mostrarnos y exponernos a los demás suele darse en las redes, y no es positiva. Si además su uso es excesivo y se acompaña de filtros que tratan de mostrar una imagen perfecta, puede generar problemas de autopercepción como dismorfofobia, baja autoestima e incluso ansiedad y depresión", nos explica Laura Palomares, directora de Avance Psicólogos Madrid.

La experta advierte de lo esencial que se vuelve ser cuidadosos con este tema, sobre todo, cuando se tratan de adolescentes, "ya que además de estar más expuestos a su uso, están en pleno desarrollo físico y mental, lo que le hace más vulnerables".

Piel con imperfecciones, el nuevo bodyshaming

Las pieles perfectas no existen. Y es hora de que lo sepas. "La piel tiene estructuras como los poros cuyo tamaño está determinado genéticamente y que no podemos borrar, aunque sí mejorar. Sonreímos, besamos y gesticulamos, es normal que con el tiempo se marquen más algunas líneas de expresión. Una piel sana es una piel equilibrada, sin exceso de grasa, jugosa, protegida del sol y por tanto es una piel bonita", cuenta Fátima Rivas de Farmacia Gómez-Ulla y colaboradora de Bioderma.

Sin embargo, en parte por las redes sociales, y en parte por nuevas corrientes como la Glass Skin (o piel de cristal), genera ansiedad y estrés vernos con alguna imperfección. En algunos casos, hasta nos da vergüenza que la gente nos vea. ¿La razón? La crítica y el juicio malintencionado. Laura Palomares lo explica muy bien: "en este caso, lo que me preocupa me preocupa es la razón que lleva a humillar a otros por su aspecto físico. Es decir, ¿qué hace que se normalice el hecho de dañar a otros con la excusa del anonimato de las redes sociales?".

En pleno 2023, parece que criticar al otro o buscar el defecto empieza a ser lo normal en las redes; y lo triste "es que se consigue una sensación falsa de seguridad que en el fondo redundará sobre el propio miedo a no ser perfectos y poder sufrir las mismas críticas", acuña.

Cosmeticorexia y casos de dismorfofobia: las consecuencias de la nueva obsesión

Es una pena, pero "se ha vuelto muy común que te enseñen fotos de chicas con filtros que parece que tienen la piel perfecta y tenemos que explicarles que ni los poros se pueden cerrar ni esa piel a la que aspiran es real", comienza a explicar la farmacéutica. Sobre todo, porque eso no es lo peor, lo peor es que "acaban queriendo la nariz, los pómulos y los labios que se ven con el filtro...". 

A la larga, y si no se tiene cuidado (y sobre todo, consciencia), la frustración por no tener un rostro liso aumenta. Esto puede desecadenar en problemas de cosmeticorexia (compra compulsiva de cosméticos) y dismorfofobia. Algo que no se ve solo en las salas de espera de los dermatólogos, sino en aquellas que prestan ayuda psicológica. Según la directora de Avance Psicólogos Madrid "encontramos más estos casos en adolescentes, que en pleno desarrollo y cambio de sus cuerpos, viven con excesiva angustia la aparición de granos, acné o cualquier otra manifestación física".

Cuida tu piel, pero también tu mente

Ten claro lo que es real, y lo que. no. Y cuida tu salud mental, porque tal y como describe Laura Palomares: "es importante cuidarnos, pero exigirnos entrar en un estereotipo físico extremo, además de imposible, es maltratarnos".

Todas debemos recordar que nuestra autoestima "es más que la percepción que tenemos de nuestro cuerpo o de una parte de él; se trata de los pensamientos, sentimientos y actitudes que conforman una auto percepción de nosotros mismos y que no debe recaer y simplificarse sobre un solo aspecto". 

En cuanto a nivel dérmico, "lo primero es que acuda a un profesional especializado para valorar en qué estado está su piel y qué necesidades tiene para establecer una rutina con la que obtenga el resultado que busca", concluye la colaboradora de Bioderma.