Elegancia, distinción y buen gusto. Diana de Gales logró conquistarnos no solo con sus acciones sino también con su estilo. Fue toda una revolución tanto para la monarquía como institución (en aspectos de lo más variados), como para el mundo de la moda. Se convirtió en fuente de inspiración constante de muchas mujeres en la época. Y, ahora, veinte años después de su muerte lo sigue siendo. ¿Las claves? Su vestuario moderno al mismo tiempo que atemporal y su capacidad de lucir cualquier cosa que se pusiera con gran clase.