Vale que, según Zara, este verano vamos a llevar las chanclas con todo pero...¿De verdad? ¿Chanclas? ¿En al escena más icónica de la película? ¡¿Por qué nadie había comentado esto antes?!
Ese momento se me quedó grabado en el cerebro principalmente porque, a parte de esa extraña elección de calzado, el resto de los looks de finales de los 90 de la película me encantaron. Estaba el vestido verde oscuro de cuero de Anna, que combinó con unas boina negra y unas Vans - algo que yo misma llevaría mañana si se diera la ocasión. También se puso un conjunto negro monísimo de crop top y falda después del incidente con el café, que me recuerda a los outfits que llevaría Emili Ratajkowski en 2019.
Incluso Will acierta con los estilismos, como con sus gafas redondas, que casualmente siempre pierde de camino al cine y tiene que acabar usando esas gafas graduadas. (Pro cierto, parece ser que me atrae bastante Hugh Grant de joven y con gafas, curioso). Pero no consigo entender por qué, en el momento más importante para Anna, cuando está pidiéndole a Will una segunda oportunidad, se le ocurre que llevar chanclas es una buena idea.