Por muy bonitas y elegantes que sean unas sandalias de tacón, no son lo más cómodo ni para salir una noche, ni bajar a comprar el pan y mucho menos para bregar con los adoquines de la calle. Ni los podólogos ni los médicos recomiendan llevar zapatos muy altos ni muy bajos y veranos tenemos la suerte de poder llevar alpargatas, que es lo más parecido a andar por las nubes porque tienen la suela ligeramente curvada y eso hace que los tendones del pie se encuentren muy cómodos. Y precisamente por eso, cuando usamos cuñas de esparto, nos sentimos tan cómodas. Amelia Bono, tú sí que sabes y te vamos a copiar tus cuñas.