Salvo Montalbano es una figura literaria nacida de la prolífica mente del escritor italiano Andrea Camilleri, ya fallecido. Llamado así en homenaje al autor español Manuel Vázquez Montalbán, de quien Camilleri se declaraba admirador y amigo, este comisario siciliano desempeña su labor en la localidad de Vigata, en la provincia de Montelusa.
Ambas pertenecen a la ficción, pero reúnen todas las características del paisaje siciliano de donde era originario el autor. Fue tal el éxito de los libros que la RAI, la radio televisión italiana, recogió el guante y en 1999 puso en marcha una serie sobre los casos del famoso policía. De esa forma, Salvo, muy bien acompañado por su equipo (Augello, Catarella, Fazio o Galluzzo) resolvía entuertos muy conectados con el terruño, en los que no faltaban referencias a los tejemanejes de los terratenientes locales, al tráfico de sustancias (y también de personas) o a las andanzas de las mafias locales.
El actor Luca Zingaretti recibió el encargo de dar ‘forma’ al comisario y acabó convirtiéndolo en un inesperado sex symbol. Fue tal el éxito, que la serie permaneció en antena la friolera de 14 temporada en las que vimos a Montalbano-Zingaretti bañarse a primera hora de la mañana en la playa, comer –y beber– en su restaurante favorito y ser objeto de deseo de sospechosas habituales mientras seguía ennoviado con la sufridora Livia Burlando (papel interpretado en la ficción por dos actrices distintas a lo largo de los años), con quien mantenía una relación de continuas idas y venidas.
El comisario Montalbano, este verano en La 2
Por la pantalla, además del comisario y su equipo, desfilaron toda una colección de palacetes sicilianos y situaciones y ambientes que, en ocasiones, parecían sacados de una película de Mastroianni. El resultado es que Montalbano enganchaba mucho. Él y la serie. Este verano, La 2 ha empezado a emitir todos los capítulos (cada uno con un caso independiente) los martes a las 22.
Y nos ha dado una alegría, porque esa inmersión siciliana con la obra de Camilleri como hilo conductor es tan necesaria como adictiva. Buenos guiones, excelentes personajes, actores carismáticos y un aire meditarráneo que hace de El comisario Montalbano el complemento ideal para este tórrido verano. Y ojo, porque te entrarás unas ganas locas de comerte unos salmonetes fritos (el plato preferido de nuestro héroe) o acercarte a Punta Secca a ver la casa que se utilizó para recrear la vivienda del comisario y que ahora es alquiler vacacional.