Ser el tercero en la línea de sucesión al trono no es una tarea que el príncipe George se tome a la ligera. Cuando duerme unas buenas 10 horas de sueño, y no se pierde el último episodio de Sam el Bombero, le encanta cumplir con sus deberes reales.
Pero si, por ejemplo, una ceremonia interfiere con la hora de la siesta, como ocurrió con la Trooping the Colour (de los regimientos del Ejército británico y de otros países de la Commonwealth), el pequeño no duda en intentar dar penita ante la mirada circunspecta de sus padres, el príncipe William y Kate Middleton.
Su tendencias a las rabietas lo ha mantenido alejado incluso de los compromisos reales, como el viaje de mamá y papá a la India y Bután en 2016. "George es demasiado travieso", dijo Kate cuando se le preguntó por qué el pequeño príncipe no se había unido a ellos. "Estaría corriendo por todos lados. La próxima vez que vengamos, lo traeremos".
Afortunadamente, sus adorables mejillas regordetas hacen que sea difícil echar algo en cara a este pequeño miembro de la realeza durante demasiado tiempo. Pero con la llegada de otro hermano a la familia, tenemos la sensación de que estos ataques de bebé destronado no van a desaparecer.
Mira nuestra galería y descubre 12 ocasiones en las el príncipe ha sufrido alguna rabieta en un lugar público.