Por fin ha llegado el día más esperado por los fans. UPA Next (producida por Atresmedia TV en colaboración con The Mediapro Studio) estrena sus dos primeros capítulos el 7 de mayo en ATRESplayer PREMIUM. Y vuelven varios de los personajes que enamoraron a los fans en 2002, cuando se estrenó aquella suerte de Fama a la española que atendió por el nombre de Un paso adelante y cuyo éxito traspasó fronteras.
Con motivo del estreno de esta ‘continuación’, que nos presenta a una nueva generación de bailarines, entrevistamos a Mónica Cruz, miembro del elenco original que repite en esta ‘segunda parte’, y quien repasa con nosotros el pasado, el futuro y el presente. De la serie, pero también suyos.
Junto con el regreso de Mecano, la vuelta de Un paso adelante estaba en el top de las wish list de los fans. Yo por mí lo hubiera hecho hace mucho tiempo. Te da por pensar que todo llega cuando tiene que llegar, pero cuando empiezas a escuchar eso de “vuelve esta serie y también esta otra, y la otra”… Me preguntaba que por qué nosotros no, con el boom que fue (y sigue siendo en muchos países) Un paso adelante. Sentía que esto había que hacerlo y siempre supe que lo íbamos a hacer llegado su momento. Así que aquí estoy, feliz de la vida.
Has escalado puestos y ahora interpretas a la directora de la Academia de baile. ¿Qué tal con los nuevos alumnos? ¿Mucha brecha generacional? Sí. Se nota ya solo en la forma de hablar…. Hay palabras que digo, “pero qué me estás contando”… En 20 años ha cambiado mucho la vida. Si en nuestro momento hubiera habido redes, imagínate la que se hubiera liado teniendo en cuenta que la serie fue un exitazo sin ellas. Siempre digo que el mundo de las redes tiene una doble cara, que hay que sacar la parte positiva y desechar el resto para que no te distraiga por el camino. El baile es una profesión donde hay que trabajar muy duro cada día de tu vida. Es cierto que al final tienes más oportunidades: audiciones abiertas, grabarte un vídeo y mandarlo a una prueba que haya en Nueva York… Son grandes beneficios, pero eso no quita que me de miedo que todo esto distraiga a la gente joven que se está preparando ahora: no por subir un vídeo y acumular miles de seguidores ya lo tienes hecho. Al contrario, debes seguir trabajando cada día. Algunos de los chicos de UPA Next aún no habían nacido cuando se estrenó Un paso adelante. Pero me maravilla lo bien preparados que vienen.
¿Tú eras una de esas bailarinas entregadas a las que le acababan sangrando los pies? Sí, pero es que el baile es así. Te duele, porque al final te cambia toda la forma del cuerpo natural, incluidos los huesos. Requiere muchos años de entrenamiento, de técnica, porque la técnica nunca se acaba de perfeccionar. En ese sentido es muy desagradecido. Tú puedes estar bailando toda la vida y parar dos semanas y te cuesta engancharte, vuelves a tener agujetas… Pero incluso esto también te engancha, superar el dolor, superar límites. Siempre has de ir un poquito más allá, ‘propinas’, como decían mis maestros. Si te quedas en el mismo sitio, no es ya que permanezcas en el mismo punto, es que vas para atrás. Pero como cualquier otro deportista.
A la gente que baila se os nota mucho. En la postura sobre todo. Se nota en la postura y en la disciplina. Si ya has tenido contacto con el baile de niño se te queda marcado y lo llevas a todo, a tu vida profesional y personal. Que se note en la postura me encanta. Tú ves a alguien andando y dices: “Esta persona baila”.
Volviendo a Un paso adelante… En Francia despertó un fenómeno fan sin precedentes. ¿Os siguen teniendo en los altares? En Francia han emitido la serie de forma continua en las últimas dos décadas. Hace años, no sé, siete u ocho…Bueno, un poquito menos, cinco o seis, volví a pisar suelo francés para un evento, el desfile de una marca de ropa. Llevaba mucho tiempo sin ir pero la gente, incluso la prensa, me reconoció. Veían la serie y continuamente nos escribían por redes preguntando cuándo volvía. Ahora que hemos regresado y hemos estado en Cannes, en el Festival de series, la gente ha sido increíble, una pasada. De hecho, te diría que el 85% de los comentarios que recibo en mi Instagram son de franceses.
Es que lo vuestro fue la bomba. Cuando rodábamos estábamos todo el día en plató, pero al salir éramos muy conscientes de lo que ocurría. Cada vez que actuábamos llenábamos todos los días con 10.000 personas, nos tenían que sacar y nos metían directamente en la furgoneta. En los hoteles se colaba gente (recuerdo una vez que una fan se metió en la habitación de Pablo Puyol). Lo que pasa es que cuando te viene un grupito, bien, pero cuando entre las masas se contagia la histeria… Es un poco contradictorio, ya que gracias a ellos estamos ahí, pero te da respeto. Ahora lo recuerdo con cariño porque estábamos protegidos, no había de otra.
¿Os prepararon en su día para asumir un éxito tan desorbitado? Ahí entran muchos factores. Es muy importante la base que tú tengas en tu casa, en tu familia, tu educación. Y el baile también me ha enseñado que las cosas están y luego no están, más en estas profesiones. Yo siempre he tenido claro que hay que desligarse del personaje. All final debes poner la energía en seguir trabajando y continuar aprendiendo. Eso siempre te va a aportar cosas buenas, en el sentido de que esta profesión es muy inestable y vas a tener momentos de parón. Debes centrarte en lo que tienes que centrarte, que es trabajar y trabajar. Y seguir avanzando y aprendiendo cada día, sin importar la edad que tengas. La etapa de estudiante, en estas carreras, no se termina nunca y menos en el baile.
Manu SevillanoMónica, en una escena de UPA Next.
Vuestros padres os permitieron volar del nido cuando erais unos adolescentes. No sé si tildarles de valientes o de insensatos. Lo pienso ahora que soy madre y les estaré agradecida toda mi vida porque gracias a su apoyo y a escucharnos y observarnos hemos podido trabajar en lo que realmente nos gusta. Jugándotela un poco, sí, pero es como “ no me voy a quedar con la duda”. En mi caso, a los 17 dije que no quería estudiar más, porque por la mañana iba a clase y por la tarde a la academia de baile donde, si por mi fuera, hubiera pasado el día entero. Ellos me apoyaron. Si hubieran visto que en vez de largarme a Madrid a mis clases me quedaba todo el día tirada en la cama o en el sofá me habrían obligado a ir al instituto de cabeza, pero como no era así, me apoyaron. Y eso es lo más importante. A los 17 empecé a viajar con la compañía de Joaquín Cortés por todo el mundo. Mi hermana también estaba viajando por aquel entonces. Hablamos de una época en la que no había móviles, así que imagínate decir en casa “me voy a Sídney” y hasta que llegaba a Australia no llamaba. Vale que éramos unas 50 o 60 personas, pero da igual. Lo pienso ahora que soy madre y me iría detrás de mi hija. No hay que cortar las alas, aunque al menos buscar un equilibrio.
Hay que confiar mucho en los hijos. Yo creo que mis padres confiaban mucho en nosotros, sí, en la disciplina que nos dieron ellos y en la que nos dio el baile, porque mi hermana también bailó durante muchos años. Al final, por ese lado se quedaban tranquilos. Nunca les estaré lo suficientemente agradecida, pero ahora que soy madre pienso que si mi hija se va fuera, me iría con ella. Aunque sea estar en la misma ciudad. No lo quiero ni pensar.
Pronto tendrás una preadolescente en casa. ¿Preparada para lo que se viene? Mi hija Antonella cumple diez años en mayo. Antes de ser madre me daba mucho susto la adolescencia, pero yo creo que es un trabajo que has de empezar a hacer desde que tus hijos nacen. Deben tener comunicación, saber que pueden contar contigo y contarte todo. Yo creo que al final eso es lo que lo hace más fácil. Que hagas tonterías de adolescente como hemos hecho todos es normal. Pero el trabajo no lo puedes hacer llegado ese momento, tienes que comenzar mucho antes. Conseguir esa unión, esa confianza, principalmente ellos en ti, para que todo lo que les pase o casi todo lo compartan contigo y sepan que vas a ser una ayuda y un apoyo siempre que lo necesiten. En mi caso y de momento, todo bien.
Te lo tengo que preguntar: ¿cómo están las cosas con las familias monoparentales? ¿Hay más ayudas? No. Yo tengo mi trabajo y nunca pediría una ayuda porque creo que hay mujeres en situaciones mucho peores que yo y prefiero que los esfuerzos vayan para ellas. Pero pienso que en este sentido todavía tenemos que ir avanzando mucho. A nivel moral, de educación, de ayudas, por supuesto. Ahí estamos, en el camino. A ver si no se complica.
Ahora que has pasado por Cannes, la prensa internacional te ha vuelto a comparar con Penélope. ¿Estás un poco harta? No, yo no tengo problemas. Somos hermanas y no me importa. Tampoco le dedico mucha energía a eso. La gente comenta y parece que lo que quieres es enfrentarnos aunque te estén echando un piropo tipo, “ay, me gustas más tú que tu hermana” o al revés. Me estás hablando de mi hermana, ¿hola? Menos mal que a nosotras eso nunca nos va a afectar ni a perjudicar. Tenemos muy claro que la familia es lo más importante y la gente que se maneje como quiera o como pueda, pero a mí que me digan que me parezco… Pues claro, los tres hermanos nos parecemos. Con mi hermana lo notan más cuando estamos separadas, porque si nos ves juntas te das cuenta de que no nos parecemos tanto. Estoy muy orgullosa de mis hermanos.
Félix Valiente
Ahora grabas la nueva temporada de El desafío (Antena 3). ¿Algún miedo que no puedas superar? A las alturas. Me bloqueo tanto que no me puedo ni bajar. En El desafío estoy haciendo cosas que nunca he hecho, porque con el baile jamás llegué a esquiar, por ejemplo, por aquello de que me podría hacer daño y sería un problema torcerme un tobillo. No soy yo muy cabra loca en plan, “venga, me voy a hacer puenting”. Menos mal que mi hija es como yo, porque vamos a los parques de atracciones y hay cosas en las que no me subiría aunque me pagaran. En el programa me estoy enfrentando a mi miedo a las alturas y lo paso muy mal, pero bueno… También estoy haciendo otras cosas que nunca me había planteado y salen, lo cual corrobora la idea de que trabajando y ensayando es como sale todo; tampoco hay mucho misterio.
Decías que durante un tiempo sufriste el síndrome del impostor. ¿Todavía lo padeces? Sí. Porque fue la primera vez que me llamaron para UPA y yo no había hecho teatro ni en el cole. Venía de trabajar con Joaquín Cortés, de bailar en los mejores teatros, pero no tenía ni idea de interpretación, ni me lo había planteado. Cuando me llamaron les dije que no, aunque cuando me contaron que iba a ser una serie tipo Fama, que yo conocía porque comencé a bailar con cuatro años y a los 8 ella emitieron en España, dije, “uy, yo quiero esto”. Y eso fue lo que me hizo ir al casting. Recuerdo que mi primera secuencia fue con Lola Herrera las dos solas y aquello fue como si te ponen a bailar con Baryshnikov. Y dije, bueno, le doy la vuelta a la tortilla y voy a aprender de esta señora que no puede ser más maravillosa. Además, ella te ayudaba mucho. Lo curioso, y siempre cuento esto porque me parece muy bonito, es que ahora, 20 años después, lo primero que yo grabo en UPA Next es la secuencia con Lola Herrera. Con 87 años venía de hacer teatro todo el día porque estaba preparando una obra. Su participación se grabó de madrugada, en plató y yo no entendía por qué rodábamos de noche, por qué no otro día, incluso un sábado. Lo decía por Lola, porque terminamos a las cuatro de la mañana. Yo quiero ser ella de mayor. Es una cosa… No sé si lo que te mantiene así es trabajar. Trabajar en esto, digo, porque somos unos privilegiados. Hay momentos duros sí, pero estás constantemente en algo creativo y eso te da mucha vida
Convives con seis perros… Y una coneja. Teníamos dos, lo que ocurre una se puso malita y murió. Mi casa es como un zoo; luego me llegan las golondrinas en primavera, la ardilla… Las golondrinas se meten en mi casa y me encanta. Llevan quince años haciendo ahí su nido y eso no se cae ni con la Filomena. Cada vez que hacen uno nuevo las observo: empiezan y al día siguiente ya está hecho.
O sea, que volver al centro ni se te pasa por la cabeza. No. Ahí viví ya muchos años: en la época de Joaquín Cortés en Embajadores y luego me fui más al centro. Ahora bajo lo justo a trabajar o cuando tengo algo. He ganado calidad de vida. Si vives cerca de El Retiro está muy bien, tiene su rollo, pero yo ya quemé esa etapa en su momento.
¿Cuáles son tus planes de futuro (y no nos referimos solo a la interpretación)? Me encanta estar leyendo, investigando cosas. No quiero dejar de diseñar porque me gusta mucho y quiero seguir aprendiendo. Lo último que hice fue con Carpisa, marca de bolsos y joyas y ahora una minicolección de bolsos con mi amiga Anna Cortina, que hace unas cosas increíbles. También estoy preparando algo con mi hermana… Pero todavía no os puedo contar nada; ya os enteraréis.