El pasado Festival de Cine de Venecia, celebrado hace unas semanas en la ciudad italiana, fue una especie de flashback, porque sobre su alfombra roja coincidieron dos de las exparejas más famosas de la historia del cine: lo hicieron el mismo día pero en distintos estrenos Jude Law y Sienna Miller, y compartieron photocall -pero no posaron a solas- Monica Belucci y Vincent Cassell, que incluso publicó una imagen en su Instagram en la que alababa a su exmujer por su papel en Irreversible, cuya revisión fue el motivo que les llevó a coincidir en la Mostra.
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Mucho han cambiado las vidas de estas dos estrellas del séptimo arte desde desde que pusieran punto y final a su matrimonio allá por el año 2013. Catorce años casados, desde 1999, 17 de relación, que comenzó después de que rodaran juntos la película Flash-Back(El Apartamento, en castellano), y dos hijas en común, la adolescente Deva y la todavía niña Léoni, que son el gran legado de la larga y mediática historia de amor de la pareja de artistas junto con un número importante de películas en las que coincidieron trabajando.
LOS REYES DEL CINE EUROPEO
Las dos estrellas del cine europeo no se prodigan demasiado en hablar de su vida privada, especialmente Belucci, que suele ser muy esquiva con los temas personales, pero su carrera es tan larga que en la hemeroteca se guardan algunas declaraciones muy enriquecedoras de cara a esta retrospectiva de su vida amorosa.
La italiana residente en Francia, que ya se había separado en 1991 del fotógrafo Claudio Carlos Basso, le dijo al diario transalpino La Reppublica en 2012, muy poco antes de finalizar su relación con Vincent Cassell, una reflexión muy interesante sobre el amor: "Creo en el amor, que es lo que me interesa, pero no en la fidelidad. De lo demás prefiero no enterarme. Lo que me basta es saber que la persona a quien quiero va a estar ahí si la necesito. Por eso, creo en la fidelidad del corazón y sobre la del cuerpo tengo mis dudas.Una traición de la carne es menos grave. Por desgracia no hay una ley que mantenga juntas a dos personas o un contrato que les fuerce a seguir. Ojalá fuera así porque lo respetaríamos y sabríamos a qué atenernos, pero no sabemos nada. Así es como funciona una relación de pareja. Es imposible saber hasta cuando…".
Solo ella sabe si dicho comentario estaba moldeado por su experiencia personal o solamente por sus convicciones personales, pero lo cierto es que apenas unos meses después de esta entrevista confirmó su segundo divorcio.
De los 14 años que duró su matrimonio, se pueden rescatar muchísimas apariciones públicas con motivo, sobre todo, de las distintas cintas que ambos fueron estrenando durante la década de los dos mil, una época prolífera en sus respectivas exitosas carreras. Tanto es así que ambos tienen bien ganado a pulso un hueco entre los más grandes del cine europeo de finales de siglo XX y comienzos del siglo XXI. Lo han demostrado allá donde han trabajado: Francia, Italia e incluso Estados Unidos, y la industria se lo ha reconocido en numerosas ocasiones.
Como pareja, además, siempre fueron admirados y, por qué no decirlo, envidiados, ya que los dos han ocupado durante mucho tiempo las listas de los famosos más atractivos del mundo. De hecho, Monica es una diva a la que se ha comparado con las más grandes del cine italiano y francés, por lo que ella ha pasado directamente al altar de las grandes damas del cine del Viejo Continente. Entre la fama acumulada por ambos y el hecho de que su relación siempre pareció muy estable a ojos tanto de la prensa como de la opinión pública, la ruptura fue muy ruidosa.
UN CAMINO CON DISTINTAS DIRECCIONES
Se escribió de todo acerca de los motivos que podían haber desencadenado la separación como suele ocurrir con estos casos de parejas muy mediáticas, pero la realidad era mucho más sencilla si hacemos caso a lo que Belucci le dijo a la revista Vanity Fair una vez soltera: "Somos dos individuos que están evolucionandoen distintas direcciones", explicó la actriz antes de dejar otra de sus reflexiones personales sobre su particular visión del concepto amor: "El amor no desaparece, se transforma. Muchas cosas pueden cambiar, pero nuestra familia sigue intocable".
Efectivamente, estaba en lo cierto la protagonista de Matrix en esta última afirmación, puesto que el amor se ha transformado para los dos artistas en los últimos tiempos. Y en ambos casos lo ha hecho de forma similar, en la figura de dos personas mucho más jóvenes que ellos.
Dieciocho años menos que Belucci tiene el artista francés Nicolas Lefebvre, y 34 años mayor es Cassell con respecto a su mujer actual -se han casado recientemente en Bidart-, la modelo Tuna Kinekey, con la que reside en Salvador de Bahía, Brasil, y con la que, si todo sigue el camino deseado, repetirá en unos meses la experiencia de la paternidad. "Yo no sabía la edad que tenía cuando la conocí -18 años, en Biarritz en 2015-, pero tú no eliges de quién te enamoras. Al día siguiente, estaba un poco sorprendido, pero pensé que había que tomar las cosas como vienen", le confesó el protagonista de La Haine(El Odio) a Journal de France al ser preguntado por la diferencia de edad tan amplia que existe en su relación actual. Tal y como demostraron en la última Mostra, ambos mantienen una relación cordial, o al menos según los rumores de cara a la galería.
En esta dirección se ha expresado Cassell cuando se ha referido en público a su exmujer, algo que hizo, por ejemplo, en la citada entrevista con el Journal de France: "Quiero mucho a Mónica y la respeto. Jamás le haría algo malo. Al contrario, si necesitara algo de mí iría al fin del mundo por ella. Lo peor es que se puede hacer es dañar a alguien intencionadamente, sobre todo por venganza".
Parece que el espíritu brasileño se ha introducido de lleno en el actor, que, como muestra siempre que puede en sus redes sociales, vive entregado a los encantos del país carioca -playa, surf, etc.-, a la vez que disfruta de una vida muy familiar, puesto que las dos hijas que tiene con Monica Belucci residen con él y su esposa en Salvador de Bahía.
Afortunadamente, eso sí, ni él ni Belucci han aparcado su carrera,que sigue muy viva. Y es que, más allá de su relación de amor, que al fin y al cabo es algo anecdótico para todas las que lo vemos desde lejos, lo que hace tan grandes a estas dos estrellas es su talento único para actuar. Así que si Cassell necesita vivir en Brasil y Belucci requiere de retos tan complejos como el que le obligó a aprender serbio para protagonizar en On The Milky Road, la cinta dirigida por Emir Kusturica, para mantenerse motivados e inspirados, que así sea. Todo sea por seguir disfrutando de ambos en la gran pantalla, aunque tenga que ser por separado.