Aunque no hace tanto que se divorciaron, quizá algunos no recuerden que Antonio Banderas estuvo casado 18 años con Melanie Griffith, que no tenía precisamente el mismo aura entonces que ahora, momento en el que vive en un perfil mucho más alejado de los focos. La perspectiva es fundamental, y esta nos recuerda que en 1996 era una de las grandes estrellas de Hollywood, mientras que Banderas era una de las caras nuevas con más proyección. El paso del tiempo ha hecho olvidar a mucha gente algunos de los pasajes de su relación, más propios de las pelis que ellos mismos protagonizan en la ficción que de la realidad. Uno de los mejores tiene como tercer ingrediente del triángulo a Madonna en pleno rodaje de Evita. Casi nada.
Hay clásicos que conviene no olvidar, así que igual que ha hecho Kim Kardashian recientemente en París luciendo vestidos míticos de Alta Costura de los años 90 históricos, nosotros vamos a sacar del almacén de los recuerdos esta historia a tres bandas que acabó por todo lo alto, con Melanie Griffith siendo expulsada del rodaje de la película en la que trabajaban la reina del pop y su por entonces marido. Pero antes de llegar a ese instante de final de culebrón de sobremesa (en el buen sentido, porque no habría nadie que se moviera del sofá con una historia así), conviene contextualizar todavía más las circunstancias mediáticas de aquel momento.
LA RELACIÓN DE ANTONIO BANDERAS Y MELANIE GRIFFITH, EN EL PUNTO DE MIRA
En los 90, Hollywood sonaba casi a otro planeta, y todo lo que brillaba allí tenía casi una repercusión enorme. Por eso, y por cómo sucedió, fue tal bomba la relación entre Antonio y Melanie, una diva a la que ver como España generaba (casi) tanta expectación que la que levantaban las musas del cine de los 60 que venían a grabar a Madrid. Era exótico y novedoso ver a una estrella del cine norteamericano tan cerca, sobre todo teniendo en cuenta la personalidad de Melanie, que respetaba todo lo que la leyenda decía sobre los mitos de Hollywood y sus excentricidades.
Ambos se conocieron en 1989, durante los Precios de la Academia, a los que la neoyorkina acudió con su esposo, Don Johnson. Banderas se quedó prendado de aquella mujer envuelta en un vestido color crema con perlas, y así se lo hizo saber a su acompañante de lujo aquel día, Pedro Almodóvar, con el que acudía al estar nominada su película Mujeres al borde de un ataque de nervios.
RON GALELLA/GETTY IMAGESMelanie Griffith y Antonio Banderas.
Todo quedó ahí. Y no creemos que ninguno de los dos se pudiera imaginar que sus caminos se cruzarían años después. Fernando Trueba y su Two Much tuvieron la culpa, un título premonitorio, ya que la atracción que ambos sentían el uno por el otro fue demasiado y acabó por desbordarse poco después. Y es necesario insistir en ese ‘poco después’ porque en aquel momento, mientras esa atracción rompía las cadenas, ambos decidieron separarse prácticamente de forma coetánea: Melanie del citado Johnson, con el que tenía a su hija Dakota, que hoy en día ha tomado el relevo de su madre como estrella del celuloide, y el malagueño de la actriz española Ana Leza.
"Intentamos todo lo que pudimos para ser respetuosos”, dijo en su día el malagueño sobre aquella situación, en la que la hoguera estaba a punto de empezar a arder. De hecho, Leza acusó públicamente a Griffith de “robar” a su marido. Sea como fuere, el fuego se hizo incontrolable entre ellos, así que la cosa terminó en una boda celebrada en Londres poco después, el 14 de mayo de 1996. Aquella pasión se transformó rápidamente en vínculos para toda la vida: enseguida llegó la hija que tienen en común, Stella del Carmen, pero también detalles más excéntricos como los tatuajes (imposible olvidar el enorme corazón que Melanie se tatuó en su brazo con el nombre de Antonio dentro de él).
MADONNA, LA TERCERA EN DISCORDIA
Pero esa pasión que la relación mostraba no solo de puertas para adentro no siempre jugó a su favor, y en días señalados como aquel en el set de rodaje de Evita les trajo muy malas pasadas, sobre todo a Melanie, aunque es posible que lo que haya llegado a la opinión pública de aquel episodio esté un poco tergiversado por todas las voces que han participado en darla a conocer.
La realidad es que Melanie sí estaba celosa de Madonna, y tenía miedo de lo que pudiera hacer aprovechando las horas que pasaba con Antonio en aquella época durante el rodaje de Evita. Además, estaba embarazada, así que las emociones las tenía todavía más a flor de piel de lo que en ella ya era habitual. No se sabe muy bien qué pasó en una de las visitas que hizo al set, pero la cosa se agrandó -o no, nunca sabremos su dimensión real- a través del altavoz de la prensa, y la cosa acabó con los propios compañeros de rodaje de Madonna y Banderas expulsándola del set, tal y como confesó la propia Melanie en el pasado.
De lo que sí estamos seguros es de que nada pasó en lo personal entre el español y la cantante, pero Melanie no debía tener el olfato tan desviado cuando la propia Madonna reconoció en 2015 en una entrevista con Howard Stern que “deseó” al protagonista de pelis como La máscara del zorro. "Estaba muy enamorado de él", le reconoció al presentador norteamericano la artista nacida en Michigan, pero "él estaba con Melanie Griffith. Ella nunca se apartó de él”, se lamentó. Ay Madonna, Madonna, menos mal que Melanie te tenía calada...
Lo cierto es que anécdotas como esta de por medio tendrán muchas otras en secreto, pero resistieron a todas ellas durante las casi dos décadas que permanecieron juntos, probablemente muchísimo más tiempo de lo que la mayoría de expertos en crónica social de la época a un lado y otro del Atlántico hubiesen vaticinado, aunque el matrimonio finalmente fracasó. La boda de Londres quedó en nada y hasta los tatuajes, que en principio están hechos para durar eternamente, desaparecieron.
Eso sí, que lo suyo fue de verdad lo demuestran cada vez que tienen oportunidad de referirse a ello en público, momentos que aprovechan para reivindicar el respeto y amor mutuo que siguen sintiendo el uno por el otro, aunque sea de otra índole, mucho menos fogosa evidentemente. Basten dos ejemplos como prueba de ello. Por un lado, las palabras de Banderas en Entertainment Tonight : "Amaré a esa mujer hasta el día en que me muera", algo que es recíproco, como muestra Melanie en diferentes publicaciones de Instagram.
Actualmente, Antonio Banderas vive un momento profesional de enorme éxito y mucho trabajo, mientras Melanie vive una vida menos estresada en este sentido y también en lo personal, ya que no parece estar dispuesta a casarse por quinta vez en su vida, tal y como se sinceró con InStyle hace unos meses:
"Realmente no creo que sea relevante -el matrimonio- para nadie, pero especialmente si tienes 60 años y tienes cuatro hijos y estás viviendo la vida que siempre has querido. Entonces, ¿por qué casarse? “. Genia y figura Melanie, cómo le echamos de menos.