4 trucos para rentabilizar tu armario como una 'celebrity'

Cuando tienes que lucir tantísimos vestidos al cabo del mes, es más que probable que acabes un poquito harta de todos los estilos que te favorecen. Te ves mona, sí (que para eso tienes a los mejores estilistas a tu disposición), pero puede que ya estés cansada de verte “mona” sin más. Para luchar contra ese hastío, quizás busques “emociones más fuertes”. Y eso parece ser que le ocurre de vez en cuanto a la estrella australiana quien, en busca de ese extra de riesgo (estilístico, se entiende), parece que ha encontrado la solución rebuscando en el cajón de los accesorios. Y su preciado tesoro no es otro que los cinturones de cuero de toda la vida, esos con tachuelas o remaches metálicos que lo mismos se llevan con un jean que con un pitillo de cuero. Y ahora, gracias a ella, también triunfan sobre vestidos de Alexander McQueen y Rodarte. Y no sólo uno, pues en el caso del diseño de las hermanas Mulleavi, Nicole llevó dos cinturones iguales. ¿Alguien da más?

Pero vamos a ver: si un calzado te resulta cómodo y, además, es absolutamente trendy, ¿para qué cambiar? Esto es lo que parece pensar la it girl por excelencia, Olivia Palermo. A veces, solo a veces. Pero no son pocas las ocasiones en las que la hemos visto con el mismo par de botines en cuero negro y con tiras cruzadas con tachuela (es modelo Chelsea de Miu Miu, por cierto). Es obvio que a ropero y zapatero no la gana nadie, pero también ella debe de estar algo cansada con tanto cambio de look y con tanto pensar qué outfit llevar hoy a la calle con el que los paparazzi no me puedan “acusar” de no cumplir bien con mi rol de súper influencer. Pues bien: llega ella y se planta los mismos zapatos cuando le da la gana. Y a nosotros nos parece genial porque todo lo que sea facilitarnos la vida es estupendo.

Teniendo en cuenta que el Festival de Cannes dura once días y que la actriz americana, que presidió una de las secciones oficiales, estuvo presente desde el principio hasta el final, parece fácil comprender que en alguno de los numerosos eventos a los que asistió no tuviera ganas ni de cambiarse de ropa. Vaya, que es lógico pensar que estuviera cansada ya de tanto fitting. ¿Y qué hizo? En una de las jornadas lució sobre la alfombra roja de una première un precioso vestido en satén rosa, con bajo de plumas de avestruz, de Prada. Y esas plumas eran precisamente las que asomaban bajo el outfit con el que apareció en el evento que se celebró a continuación. Y es que a ese mismo vestido le había sumado un jersey blanco con lazada y una chaquetita azul con un resultado sencillamente perfecto. Y sí, también cambió sus sandalias. Un truco sencillo y tremendamente efectivo.

Acostumbradas como nos tenía a estilismos sexys e hiperajustados, la cantante reconvertida en diseñadora de culto sorprende cada nueva colección que presenta en la Fashion Week de Nueva York (y de la que ella siempre es su mejor modelo). Su estilo más reciente se caracteriza por haber hecho de las camisas clásicas en popelín sus mejores aliadas y combinadas ya sea con faldas de tablas o con pantalones sastre. Y las exhibe por todo el mundo, sin importarle repetir looks completos. Blancas, a rayas o en azul Oxford, lleva estas camisas de su propia firma perfectamente planchadas, milimétricamente metidas por dentro de la falda o el pantalón, y con un aire pulcro y elegante difícil de superar.