Existe el momento perfecto para todo y en el caso de la piel no iba a ser menos. Durante las horas nocturnas, más concretamente, entre las once de la noche y las 4 de la madrugada, las células de la piel trabajan con mayor intensidad para restaurarse a sí misma de los efectos sufridos durante el día. Así lo asegura la dermatóloga Paloma Cornejo, miembro de la AEDV: "hacer uso de estos productos de noche tiene una ventaja ya que en esas horas la piel se muestra mas receptiva a los tratamientos y se renueva con el descanso".
Cualquier tipo de piel es apta para aplicarse una mascarilla por la noche, pero sobre todo "las pieles grasas, que se benefician de las arcillas para absorber el sebo y cerrar el poro. Las pieles envejecidas por el sol y las pieles irritadas. En estas últimas, usamos mascarillas calmantes y descongestionantes capaces de reducir el ardor y bajar el eritema", señala la doctora Cornejo.
Hidratantes, detox, calmantes, revitalizantes... Las mascarillas toman el mando, en especial tras los meses de exposición al sol y su función SOS nos saca de más de un apuro en tiempo récord. Aunque cualquier momento es bueno para beneficiarse de sus ventajas, las horas nocturnas se han convertido en el momento favorito para aquellas que no disponen de mucho tiempo durante el día, o bien deseen hacer una cura intensiva de salud cutánea y aprovechar esas horas de mayor receptividad de las células hacia los principios activos. No obstante, aclara la doctora,"no debemos confundir mascarilla y crema. No son excluyentes sino complementarias. De hecho, tras una mascarilla debemos aplicar una crema al igual que hacemos con los serums", concluye.